Capítulo 17

9K 496 47
                                    

Sí. Exacto. Me había vuelto a despertar porque se nos había olvidado lo mismo de siempre. Alba no se había inmutado, probablemente por estar de espaldas a la ventana, dormitando sobre mi pecho.

Probablemente ya no podría volver a coger el sueño, pero eso no significaba que fuese a privarla del suyo. Con mucho cuidado, fui deslizándome fuera de la cama, apoyando su cabeza con cuidado sobre la almohada. Bajé la persiana despacio, bostezando y frotándome un ojo al mismo tiempo.

Dudaba si meterme de nuevo en la cama o bajar a hacer café, algo que parecía que terminaría por volverse costumbre. Un gruñido decidió por mí; Alba parecía haber notado mi ausencia, así que no me quedaba más remedio que volver.

-Buenos días – musité - ¿Te he despertado?

-No - Su mueca se había transformado en una sonrisa, pero sus ojos se mantenían cerrados, por lo que dudé si realmente estaba despierta o estaba aún dormida – Ven – palmeó el hueco que acababa de dejar

-¿Qué pasa?

-Tengo frío – se quejó

-Alba, pero si no hace…

-Shhh – Reí. Tonta no era, eso desde luego

-¿Mejor? – susurré, sonriendo junto a su oído

-Mucho mejor – Echó el cuerpo hacia atrás, pegándose aún más – Ahora sí. Buenos días

El silencio y la respiración de Alba hicieron mella, devolviéndome casi por completo al mundo de los sueños. Y justo cuando estaba a punto de caer por completo, una idea fugaz atravesó mi mente.

-Alba

-Dime

-Voy a bajar a por café – anuncié como si tal cosa

-Vale. Aquí te espero – aceptó, arrebujándose bajo la manta

Me puse los pantalones cortos lo más rápido que pude y pillé el teléfono antes de salir, preparada para tramar una de las mías. Salí al pasillo con cuidado, poniendo especial atención por si alguien estaba despierto. Bajé las escaleras y me adentré en la cocina. Desierta también. Saqué el teléfono y comprobé, tal y como me imaginaba, que María estaba despierta y en línea.

Natalia [09:45]: Mariiiiii

María Escarmiento [09:46]: Que te pasa

Natalia [09:46]: Estás despierta?

María Escarmiento [09:47]: No, hablas cn el contestador automatico

Natalia [09:47]: Gilipollas

Natalia [09:47]: Escúchame. Necesito que bajes

María Escarmiento [09:48]: Cocina?

Natalia [09:48]: Yesssss

María Escarmiento [09:48]: Goinggg

Debió de pensar que tenía que contarle salseo, porque le faltó entrar derrapando. Esta vez había cambiado la manta por una sudadera hasta las rodillas, capucha enorme y pantalones cortos. Encendí la máquina del café y me apoyé en la encimera, sonriendo.

-Habéis follao

-¿Qué? – fruncí el ceño – No

-Ah, vale, vale

-María céntrate

-Me centro. ¿Qué necesitas?

Me ponía el corazón blandísimo lo dispuesta que estaba siempre a ayudarme. María era de esas amigas a las que les dices que has matado a alguien y pasa a buscarte con la pala y un saco para enterrar el cadáver.

-Necesito que me ayudes. Tengo una idea




La parte del plan que concernía a María ya estaba en marcha. Y esa era la más fácil, porque claro, María sí sabía lo que estaba pasando. Pero claro, no me había olvidado del pequeñísimo detalle de que, por mi propia sugerencia, los demás no podían saber ni media, y eso me dificultaba mucho urdir cualquier cosa sin que se notase. Eso no me impedía estar bastante emocionada y nerviosa, sobre todo eso último. Si salía también, iba a triunfar como los Chichos.

Miki era mi siguiente objetivo. Desde la esquina de la cocina podía ver cómo trataba de cuadrar los cuadrantes de la próxima semana, sentado en la mesa del salón. Miré a través del cristal que daba al patio delantero, asegurándome que no había nadie por los alrededores, y con “nadie” me refería a Carlos.

-Miki – aparecí de sopetón, sobresaltándole

-Joder Natalia. Si no me mata el puto virus, me mata un infarto – Sonrió, tocándose el pecho - ¿Qué pasa?

-Necesito…que me hagas un favor – Me senté, agarrándole del hombro – Necesito salir a comprar

-Eso sí que no

-Miki, por favor. Lo necesito. De verdad

-¿Por qué? Si necesitas algo, puedes pedírselo a Cris o a Carlos, que son quienes tienen que ir

Sí vamos, lo que me faltaba. Pedirle algo a sir Right

-Miki, por favor – rogué – Tengo que ir con María

-¿Pero qué pasa?

¿Iba a jugar la carta de la mentira? Evidentemente

-Que he tenido movida gordísima con Alba y necesito salir. Te lo pido por favor. Eso, o la mato. Tú verás – amenacé. Torció el gesto, no demasiado convencido – María y yo doblaremos turno de cocina o de recoger

Vale. Eso no lo había hablado con mi amiga y posiblemente me mandaría a la mierda, pero lo acabaría entendiendo. O eso esperaba

-Está bien – aceptó de mala gana, rodando los ojos – Pero como Carlos se cabree, hablas tú con él

-Sí, sí – admití, dejándole un rastro de besos en las mejillas – Gracias, gracias, gracias

Fase dos completada. Sólo quedaba ir a buscar a María, hacer la compra, y llevar a cabo la fase tres. La más importante de todas. Si fallaba esa, la pelea que había firmado con Carlos al aceptar las condiciones de Miki sería en vano. Bueno, en realidad no. Mandarle a la mierda, fuese cual fuese el contexto, siempre era satisfactorio.




Todo estaba yendo bien. Tremendamente bien. Para compensar mi racha de buena suerte, al volver del Mercadona, la ira personificada nos esperaba en la cocina. Ni tiempo nos dio a soltar las bolsas. Gracias, karma

-Natalia – voceó

-¿Qué quieres? – me hice la desentendida, sin prestarle atención

-Nos tocaba a Cris y a mí ir a comprar – se quejó, ligeramente alterado

-Carlos, cálmate – María intervino, interponiéndose entre nosotros – Natalia necesitaba salir. Tenía ansiedad

-Ya, claro – bufó, mirándome por encima de mi amiga - ¿Te crees que los demás no tenemos y no necesitamos salir?

-Nadie ha dicho eso – menos mal que era ella la que estaba hablando, porque si yo hubiera abierto la boca…

Respiré hondo varias veces. Es verdad que le habíamos mentido en su puta cara, pero eso no significaba que pudiese ponerse como un energúmeno

-Terminad de guardar las cosas rápido que tengo que venir a hacer la cena – Dedicó una última mirada a María, dándole la espalda y saliendo

-Tirminid di giirdir lis cisis rípidi qui tingui qui cicinir – me burlé, una vez se hubo marchado

-Mira que eres cabrona - Se echó a reír, dándome un golpe en el hombro – Toma, anda – me acercó la bolsa con las cosas que había comprado específicamente para mi plan

-Tía. ¿Dónde guardo esto?

-En el cuarto de la depuradora. Hay unas cajas de cartón

-¿Y tú?

-Yo termino de guardar las cosas y subo




POV Alba

La cena estaría lista en breve. Por suerte y por una vez en la vida me había metido en la ducha con tiempo suficiente para que no tuviesen que estar esperándome. Terminé de peinarme y cogí la sudadera, abriendo la puerta de la habitación.

-¡Ahhh! – grité al encontrarme a María al otro lado de la puerta, que también gritó

-Tía, iba a llamar ahora mismo – soltó, respirando agitada

-Hombre, ya me imagino que no estabas montando guardia – reí – Si buscas a Natalia, no está. Hace bastantes horas que no la veo

-No, no la estoy buscando a ella. Quería hablar contigo – Se encogió de hombros, nerviosa

-¿Conmigo? – me sorprendí, haciéndome a un lado para dejarla pasar

-Sí – Se sentó en la cama, indicándome con un gesto que la imitase

-¿Qué te pasa? -entorné los ojos y posé la mano sobre su espalda

-Es que…a ver. Esto no se lo puedo contar a Natalia porque mira, no tiene ni puta idea de ligar – soltó. Se me escapó una carcajada

-¿Por qué necesitas tú un consejo para eso? Mari, si tiras las mejores fichas del mundo

-Ya, ya. Pero es que esta vez es…diferente

No necesitaba muchas más pistas para saber lo que quería decir. O al menos, eso creía

-¿Es por Sabela? – me aventuré, recibiendo una confirmación muda – Lo suponía. Se nota

-¿Crees que ella…?

-No lo sé, Mari. Pero podría ser. Desde luego, tenéis muchísima química
"Casi tanta como yo con Natalia" me faltó decir

-¿En serio?

-Sí

-¿Qué  crees que podría hacer?

-Hablar con ella. Sabela es muy comprensiva. Pase lo que pase, lo entenderá. Pero en serio, habla con ella. La comunicación es lo más importante – Meditó la idea durante unos segundos

-Creo que tienes razón. Hablaré con ella. Gracias tía

María se lanzó eufórica para abrazarme, tirándome sobre el colchón. Me alegraba haberla ayudado, aunque fuese mínimamente.

-Deberíamos bajar a cenar, que seguro que han empezado sin nosotros – sugerí, poniéndome de pie

-Antes de bajar, creo que deberías ver esto – Se llevó la mano al bolsillo y me entregó un papel cuidadosamente doblado

“Alba:

Te espero a las 00:00 en el jardín trasero, junto a la piscina. No faltes.
P.d. Sí, es una cita

                                              Natalia”

______________________________________

Cuquisimas, que no? Ha habido un amago de drama, pero tampoco será el ultimo. Quedan muuuchas cosas, pero de momento, disfrutad de lo monas que son. A ver cómo sale la cita y si no hay ningún problema. Buenas noches y mañana nos vemos. Espero que os haya gustado!!

Tw: @Srgio_Aguilar

A otro ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora