CINCO AÑOS ANTES.
El timbre del ingreso a las aulas sonó fuerte cuando terminó el recreo.
Valentín se levantó del suelo limpiándose el pantalón del uniforme. Todos los alumnos iban a sus salones metidos en su propia cabeza, algunos corrían de un lado a otro y otros se reían entre ellos de algún que otro chiste.
Cuando Valentín cruzó las rejas para pasar al pasillo de los salones sintió como un cuerpo lo empujaba de atrás haciéndolo parar a él y su grupo.
"Ay Ro, ¿Sos boluda?" Le murmuró Cielo a su amiga, que la había chocado jugando, provocando que empuje accidentalmente a la persona que tenía adelante.
Valentín miró a su compañera con el ceño fruncido, haciéndola diminuta ante su mirada.
"Me empujaste." Soltó.
"Sí, disculpame, fue sin querer." Respondió ella un poco apenada.
"Fijate bien, parece que no te sirven mucho los anteojos." Alegó Facundo, uno de los amigos del castaño, y una de las grandes pesadillas de Cielo.
La chica respiró profundo y lo miró, tratando de contenerse de no decir algo que pudiera provocar un problema más grande.
"Le pedí perdón, ya le dije que fue sin querer."
"Vamos Cielo, nos van a cerrar la puerta, no le hagas caso." Le susurró Rocío al oído, agarrandola del brazo y empezando a caminar hasta su aula, desapareciendo entre las demás personas.
"Amigo no las banco, a ninguna de las dos." Habló Facundo, con una notable molestia cuando empezaron a caminar.
"Igual Rinaldi está bastante linda." Opinó Marcos, haciendo un gesto con las manos como si le estuviese apretando el culo. "Si fuera más suelta yo le re daría."
Todos se rieron, menos Facundo, que rodó los ojos negando.
"Sos un asco, es la mina más detestable que conocí en mi vida."
Entraron al salón después de la profesora y se dirigieron a sus asientos, Cielo los observaba desde su lugar, a Valentín en especial. Siempre le había parecido lindo, eran compañeros desde el primer día de jardín y en todos los años que llevaban juntos hasta el último nunca habían cruzado muchas palabras. Valentín era medio reservado, la mayoría del tiempo estaba serio o con el ceño fruncido, y a pesar de que sus amigos largaban la lengua todo el tiempo, él no hablaba mucho. Sin embargo solía reírse de las cosas que hacían, o decir algún comentario fuera de lugar, que por alguna razón causaba varios suspiros de la gran parte femenina de la institución, y Cielo pensaba que cómo alguien tan lindo y serio como él pudiese tener un cerebro tan diminuto, comido y escupido por cascarudos.
Valentín levantó la vista, chocando su mirada con los ojos marrones de Cielo, que lo miraba atenta.
"¿Qué mirás?" Le dijo bruscamente, haciendo que ella ponga la mirada en blanco y devuelva la atención a su amiga.
"¿Ya hablaste con tu papá de Bariloche?" Rocío la miraba con un brillo esperanzador en los ojos, esperando tener alguna respuesta positiva de parte de ella.
"No tengo muchas ganas de ir..." Admitió. "Lo de mi mamá fue hace muy poco, y papá la extraña mucho, no lo demuestra pero se le nota, y no lo quiero dejar solo, sería muy triste para él."
"Tenés que distraerte Cielo, a lo mejor podemos convencer a los demás de que lo elijan como padre acompañante y que venga a despejarse él también."
Cielo sonrió ligeramente, había perdido a su mamá hacía unas semanas y todavía no se sentía recuperada del todo. Faltó al colegio una semana entera y le había costado volver por el hecho de no dejar a su papá solo en la casa. Ninguno de ellos dos estaba acostumbrado a estar solo, pero sabía que su papá era el que peor la estaba pasando aunque no se lo dijera.
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Nubes • 𝒘𝒐𝒔
Teen FictionEl cielo es muy revoltoso la mayoría del tiempo. Dicen que cuando está felíz sonríe mostrando una luz brillante, que cuando está triste llora gotas dulces que parecen perlas, que a veces está entre los dos y nunca sabes cuando va a explotar. Pero cu...