Miradas cómplices, sonrisas divertidas, pequeñas risas terminadas en besos.
La noche llegaba a su fin, y con ella, la energía de todos los adolescentes que se encontraban en la casa.
Hablaban entre murmullos casi inaudibles para los que no se encontraban cerca, reclinados en los colchones repartidos por la habitación y sumidos en sus propias conversaciones hasta que el sueño los alcanzara. La única persona que no se mezclaba con los demás era Valentín, quien se encontraba fumando apoyado en el umbral de la ventana.
Una inevitable sonrisa decoraba sus labios mientras observaba las estrellas dibujadas en el cielo, casi tantas como las que había sentido alrededor de su cabeza hacía solo unas pocas horas atrás. Ni siquiera le importaban las miradas descontentas de Bruno o el hecho de estar en un lugar en el que claramente no era bienvenido.
Si le agarraba una patada al corazón en ese mismo instante, entonces seguiría sin importarle, porque su objetivo más grande ya estaba logrado, y la verdad que eso ya había sido una patada que reacomodó todas sus ideas.
"¿Estás bien?" Cielo apareció a su lado con una mirada bastante divertida, dándole un ligero codazo en las costillas que lo hizo reír.
"Estoy perfecto." Sonrió, llevándose el cigarrillo a los labios y dejándolo ahí para intentar disimular esa mueca que no podía borrarse.
Sin embargo, aquel intento de querer ocultar su creciente picazón en los labios cuando ella estaba cerca, era tan solo un acto inútil que lo delataba aún más.
La castaña dejó salir una risita desde el centro de su pecho, causando que Valentín mordiera su mejilla para no delatar que le había contagiado el gesto. Hacía mucho que no sentía internamente ese golpe repetitivo en el corazón por causa de una chica, y mentiría mucho si negara el hecho de que no se sentía bien, porque Cielo lo hacía sentir más que bien.
Se acercó a él para retirar el cigarrillo de entre medio de sus labios, acopló su mano a su mejilla para girar su rostro y unió sus labios con suavidad. Un beso corto, lento, pero repleto de emociones.
"¿No te da cosa que digan algo?" Preguntó rozando su nariz con la de ella, sacudiendo la cabeza en dirección al grupo de chicos que tenían los ojos puestos en ellos sin nada de disimulo.
"¿Y qué van a decir?" Se encogió de hombros restando importancia. "Además no les importa, lo nuestro es tema nuestro y punto."
"Ojalá estuviéramos en otro lado." Susurró el muchacho después de un corto rato, jugando con el cigarrillo que yacía entre sus dedos.
"¿Otro lado?"
"Solos, ojalá estuviéramos en otro lado solos." Dejó salir humo de su boca para apresurarse a hablar cuando notó como las mejillas de ella se enrojecían. "No lo digo con doble sentido eh..." Rió despacio. "Me refiero a que me siento más cómodo cuando estamos solos los dos."
Cielo masticó su labio con delicadeza debido al gusto amargo que sentía en la lengua. Le parecía un acto injusto que sus compañeros se comportaran de esa forma infantil con él, no existían razones más que el pasado que justificaran aquellas acciones.
Respiró profundo y pegó su cadera a la de Valentín para apoyar su cabeza sobre su hombro, sintiéndolo tensarse debido a esa cercanía a la que aún no se acostumbraba del todo.
"No te hicieron sentir cómodo, ¿No?" Interrogó con un tono desanimado.
"Era obvio, Cielo." Una diminuta sonrisita ladeada se formó en sus labios para dejarle saber que no era tan grave. "Pero está bien, si no te hubiera hecho caso en venir no te hubiese comido la boca por cuenta propia ni en pedo."
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Nubes • 𝒘𝒐𝒔
Teen FictionEl cielo es muy revoltoso la mayoría del tiempo. Dicen que cuando está felíz sonríe mostrando una luz brillante, que cuando está triste llora gotas dulces que parecen perlas, que a veces está entre los dos y nunca sabes cuando va a explotar. Pero cu...