26. 𝑃𝑟𝑜𝑛𝑡𝑎 𝑒𝑛𝑡𝑟𝑒𝑔𝑎

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Cielo observaba la espalda de Valentín, quien estaba sentado en su escritorio resolviendo algunos ejercicios que le habían mandado los últimos meses para ayudarlo a ponerse al día.

Le gustaba bastante mirarlo, mucho más en esa posición. Encorvado hacia abajo y rascándose la cabeza cuando algún cálculo se le hacía complicado o cuando una pregunta era confusa. Juraba que podría tirarse a llenarlo de besos si no estuviera enojada con él en ese instante.

Bueno... no estaba del todo enojada en realidad, pero debía fingir para llamarle la atención.

Se levantó de la cama del chico y caminó hasta el escritorio para agarrar su celular, no sin antes mirar por el rabillo del ojo que Valentín le echaba un vistazo a todos sus movimientos con muy mal disimulo. Lo escuchó reírse en un soplido cuando le dio la espalda, lo que la hizo retroceder hacia él para mirarlo con una ceja levantada.

"¿Pasó algo?" Inquirió con un tono prepotente, demostrando su tan conocido mal carácter cuando se encontraban en una discusión.

"No necesitás pararte y venir cada dos minutos a mirar tu celular al lado mío solamente porque buscás que te diga algo."

"No vengo a buscar nada."

"Entonces llevate tu celular con vos a la cama en vez de dejarlo acá."

Ella no contestó, en cambió agarró su teléfono de mala gana y caminó a pasos fuertes de nuevo hasta la cama. Valentín no podía evitar encontrar la situación un tanto divertida, a veces era bastante entretenido hacerla enojar por cosas tan simples como decirle que no cuando se encaprichaba con algo.

No obstante, extrañaba un poco que hayan pasado unos largos minutos sin que Cielo lo abrazara o lo moleste para robarle algún que otro beso, por lo que sabía que debía encontrar una vuelta para acabar con la situación.

"Cielo, no podés enojarte conmigo por negarme a salir con vos y tus amigos. No quiero, no tengo ganas." Dijo girándose en su silla para encontrar a su novia tirada en la cama con la cara más enfurecida que le había visto jamás. "Salí vos y divertite vos, no es necesario que estemos juntos todo el tiempo." Mentira, él sí necesitaba eso.

"A mí no me importaría salir con tus amigos si me invitás por más mal que me cayeran."

Valentín rió por lo bajo.

"Lo decís como si me juntara con alguien más aparte de vos."

"No te hagas el gracioso." Reprochó sentándose en la cama, sin darle importancia a su uniforme completamente arrugado. "Para mí es importante que vengas conmigo, estuve toda la noche pensando en lo lindo que te quedaría un disfraz y en lo mucho que te besaría si no fueras tan anti-diversión."

El chico sonrió ladeando la cabeza, se rascó los muslos y arrastró la silla hasta que sus rodillas tocaron el borde del colchón y estuvo frente a frente con su novia.

"Podés darme un beso ahora, no hace falta un disfraz." Ronroneó con un tono seductor intentando distraerla. Y fallando, por supuesto.

"Ni te creas que me vas a comprar sacudiendo tus pestañas así." Se levantó de la cama empujándolo por los hombros y se dirigió hacia uno de los muebles de la habitación para mantener distancia. La forma en la que sus brazos se cruzaban por debajo de su pecho dejaban a la vista que de verdad estaba enfadada, o al menos que trataba de estarlo. "Te lo estoy pidiendo por favor, no seas malo conmigo."

"Pero no soy malo, Cielo. Te estoy diciendo que vayas vos sola, yo no quiero."

Ella lo miró fijamente durante algunos segundos, procediendo a bajar la cabeza y jugar con sus pies en el momento en el que la inseguridad la invadió.

Nubes • 𝒘𝒐𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora