3. 𝐴𝑙𝑖𝑛𝑒𝑎𝑑𝑜𝑠

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Cerca de que tocara el timbre que indicaba el final del día, Cielo empezó a guardar sus cosas en su mochila para después no tener que hacerlo apurada. Tomó en sus manos los papeles que no le servían y se levantó del banco para tirarlos al tacho de basura, pero al darse vuelta su cuerpo chocó contra otro muy conocido para ella, haciéndola sonreír tímidamente cuando una de las manos de Bruno se posó en su cintura.

"Disculpame, no te vi." Mintió. Porque la verdad era que Bruno nunca había tenido ojos para otra que no fuese Cielo.

"No pasa nada." Musitó ella, dándole una ligera sonrisa antes de volver a su asiento.

La risa burlona del chico de ojos azules que se sentaba al lado suyo la hizo darse vuelta con interrogación. Levantó sus cejas buscando una respuesta de qué era lo que le causaba tanta gracia.

"Le gustas a Bruno." Afirmó, causando que sus mejillas tomaran un tono rojo.

"Nada que ver..." Dijo desviando su mirada de él. "Es mi amigo."

"Tu amigo te quiere entrar."

Cielo suspiró mordiéndose el labio. Estaba enterada de que él sentía una leve atracción por ella porque Bruno no era de guardarse mucho lo que le pasaba, y de vez en cuando, cuando salían entre amigos, él solía arrimarse bastante a ella esperando ser correspondido. Pero para lástima del castaño, a ella no le pasaba lo mismo. Sí le parecía muy lindo, porque esos ojos verdes le llamaban la atención de alguna manera, y algunas veces él había logrado poder besarla después de insistir un poco, más no creía poder ser capaz de que Bruno le gustara.

"¿Y vos nunca le quisiste entrar a una amiga?" Cuestionó, volviendo a recibir el mismo gesto burlón por parte de él.

"¿Vos crees que yo tengo amigas?"

No, nunca lo había visto de esa forma con ninguna chica. Al menos no adentro del colegio.

Ella se encogió de hombros y volvió a lo suyo bajo la mirada azul de Valentín, que parecía bastante curioso ante Cielo y su desprecio a él. De hecho le divertía que ella no tuviese ni un mínimo interés en toda la situación, por lo menos era mutuo.

El timbre sonó indicando el final del día escolar, causando que todos se levantaran de sus asientos con euforia porque finalmente era el momento de irse que casa. Valentín se levantó y salió del aula sin esperar a que su compañera terminara de ordenarse, a su espalda lo seguían sus amigos, quienes se reían de cosas que para él no parecían tener tanta importancia.

"¿Y a este que le pasa?" Se burló Camilo, haciendo que los otros tres largaran una risa.

"Se tiene que ver con Rinaldi hasta que termine el año." Facundo soltó una carcajada empujándolo levemente por los hombros, lo que hizo que el chico soltara un bufido de molestia y se volteara a mirarlo.

"Estás un poco obsesionado con Cielo, ¿No?"

"Uh, ¿Estás de malhumor?" Contestó confundido.

"Dejate de joder un poco con la mina, ya aburre." Y lo decía sincero. Desde el principio de año lo escuchaba hablar horroridades de la castaña, y aunque al principio le parecía gracioso, con el tiempo empezó a hacerse bastante pesado ya que la molestaba sin razón alguna. O al menos él no conocía ninguna razón.

"Es una joda, no te calentés."

Valentín se limitó a responder y siguió caminando hasta el portón, donde se despidió de sus tres amigos y optó por esperar a Cielo en uno de los bancos de en frente. Le inquietaba un poco la idea de llevarla a su casa, nunca llevaba a nadie a casa, de vez en cuando a sus amigos pero no era algo que pasaba tan seguido. No era alguien a quien le gustara tener que recibir visitas, mucho menos estando su familia presente, pero si quería cruzarse lo menos posible con Cielo no tenía más opción.

Nubes • 𝒘𝒐𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora