"Perdoname, pero no te voy a prometer eso. Y si querés enojarte, hacelo, no me importa."
Cielo sintió su labio temblar, los minutos pasaban, las puertas del colegio se cerraban, y de su boca aún no salía ni una palabra. Le dolía inmensamente que él no quisiera comprenderla, como si fuera tan difícil entender el por qué de su negación a involucrarlo.
"Entonces no quiero que me vuelvas a hablar."
"¿Cielo, me estás cargando?" Resopló con fastidio. Pellizcó el puente de su nariz para intentar controlar su irritación y volvió a mirarla. "No entiendo por qué te la agarrás conmigo, no estoy haciendo nada más que querer defenderte."
"¡Pero yo no quiero que lo hagas!" Tiró sus brazos por el aire, demostrando su obvia exasperación. "¿Por qué te cuesta entender tanto que no quiero que te metas en problemas que te pueden traer más problemas todavía?"
"¡Porque no me importa!" La chica dio un paso atrás ante aquel tono de voz. Él nunca lo hacía, jamás le gritaba ni se molestaba de esa manera. "Es grave, Cielo ¿Qué pasa si se lo hizo a otras chicas también?, ¿Qué pasa si lo sigue haciendo?, ¿Qué hago yo si te lo vuelve a hacer?, ¿Eh?" Cuestionó con el ceño fruncido, y un severo enojo incrementándose en su rostro. "¿Sabés todas las veces que entró a mi casa?, ¿Las veces que estuvo en el mismo lugar que mi hermana?, ¿Todas las veces que lo dejé que se quede solo con Tamara?, me enoja que quieras defenderlo así." Escupió incrédulo.
"No lo defiendo." Aclaró sorbiéndose la nariz. "Me da lo mismo su existencia, me da lo mismo si se muere, me da lo mismo si lo matan, me da lo mismo si se mata. Pero el que no me da lo mismo sos vos." Sus ojos cafés buscaban con desesperación los del muchacho, que seguían incomprensibles ante cualquier palabra que saliera de su boca. "Sos mayor de edad Valentín, él no, y no estás pensando en las mil cagadas que eso te puede traer por meterte en esto."
Ahí comprendió un poco mejor su punto, y sabía que tenía razón, pero Valentín era la persona menos razonable con la que Cielo alguna vez tuvo que tratar.
"No me importa, Cielo."
¿Por qué tenía que ser tan terco y cerrado?, solo tenía que escucharla. No le estaba pidiendo más que por favor abriera sus oídos para entender y cambiar a una idea menos peligrosa.
Había perdido su paciencia, y no iba a lidiar con la personalidad negadora del chico.
"¿Sabés qué?, hacé lo que se te cante el orto. Andá y seguí con tu pelotudez de querer arreglar las cosas a las trompadas, pero sabé muy bien que yo no me merezco tener que estar preocupada todo el tiempo porque te pase algo." Valentín se cruzó de brazos, apretó los dientes y no le sacó la mirada de encima. Era como si sus oídos estuvieran absolutamente sordos, porque nada iba a hacerlo cambiar de opinión. "Me molesta muchísimo que te quieras portar como un pendejo pelotudo. Un problema tuyo se vuelve un problema mío, y yo cargo con demasiadas cosas como para también estar llorando porque te desfiguraron todo y te metieron una denuncia por no querer esc-"
ESTÁS LEYENDO
Nubes • 𝒘𝒐𝒔
Teen FictionEl cielo es muy revoltoso la mayoría del tiempo. Dicen que cuando está felíz sonríe mostrando una luz brillante, que cuando está triste llora gotas dulces que parecen perlas, que a veces está entre los dos y nunca sabes cuando va a explotar. Pero cu...