El Amanecer(Remasterización)

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Todo comenzó en una mañana nublada de noviembre del año 2006, en la ciudad de San José, Costa Rica. Era uno de esos días en los que el aire ya traía consigo las frescas brisas de diciembre, insinuando la llegada inminente de la temporada navideña. La familia García, como de costumbre, se encontraba reunida en el comedor, disfrutando del desayuno antes de comenzar con sus actividades diarias. El aroma del café recién hecho llenaba la casa, mezclándose con el dulce olor del pan tostado y la mantequilla. Los niños, Luca y Ashly, conversaban animadamente sobre sus planes para el día mientras disfrutaban de sus cereales y frutas. Ambos estaban emocionados por los próximos eventos escolares y las vacaciones que se aproximaban.

Don Nicholas García, el padre, hojeaba el periódico con interés, buscando las noticias del día mientras tomaba sorbos de su café. Doña Kaylee, la madre, servía jugo de naranja fresco en los vasos de los niños, sonriendo al ver la energía y entusiasmo de sus hijos.

"Terminen rápido, no queremos llegar tarde," dijo Kaylee con su tono habitual de cariño y firmeza. Nicholas asintió, doblando el periódico y dejándolo a un lado. Sabía que pronto tendría que dirigirse a su oficina, donde le esperaban una serie de reuniones importantes. Kaylee, por su parte, se preparaba mentalmente para su jornada en la clínica donde trabajaba como enfermera.

Los niños se levantaron de la mesa, recogiendo sus mochilas y preparándose para salir. Luca revisó que todos sus libros estuvieran en su lugar, mientras Ashly ajustaba su bufanda, anticipando el frío matutino. Nicholas ajustó su corbata y recogió su maletín, dándole un beso rápido a Kaylee antes de dirigirse al garaje. "Que tengas un buen día," le dijo con una sonrisa. Kaylee, tras asegurarse de que los niños tenían todo lo necesario para la escuela, les dio un último abrazo y un consejo materno para que se portaran bien. Lucas y Ashly salieron corriendo hacia la parada de buses, donde se encontraron con algunos de sus amigos del vecindario. Las risas y conversaciones animadas de los niños contrastaban con la tranquila despedida de sus padres. Kaylee observó a sus hijos mientras subían al autobús, sintiendo una mezcla de orgullo y amor.

Finalmente, Kaylee subió a su coche y encendió el motor, echando un último vistazo a la casa antes de partir. Nicholas ya estaba en camino, concentrado en las tareas que le esperaban en la oficina. Ambos padres sabían que les esperaba un día ocupado, pero esa mañana no se imaginaban que su rutina diaria se vería interrumpida por eventos imprevistos. Con un último beso y abrazo, la familia se despidió, cada uno dirigiéndose hacia sus respectivos destinos. Era una mañana típica para los García, llena de rutinas familiares y calidez. Sin embargo, esa sensación de normalidad y paz estaba a punto de ser sacudida por eventos que ninguno de ellos podía prever. Lo que comenzó como un día ordinario pronto se convertiría en el inicio de una serie de acontecimientos extraordinarios que cambiarían sus vidas para siempre.

Después de una larga jornada en la oficina, Nicholas se encontraba exhausto, pero con la mente llena de pensamientos. Entre el ruido de la ciudad y las luces de neón que marcaban el final del día, una idea se abrió paso en su mente cansada: unas vacaciones familiares para el próximo invierno. Había visto un anuncio por la mañana en el periódico sobre unas cabañas económicas en Canadá, y la idea de escapar de la rutina diaria y explorar un nuevo país resonaba en su espíritu aventurero.

Decidido a investigar más, Nicholas se dirigió directamente a la agencia de viajes mencionada en el anuncio. El ambiente cálido y acogedor de la agencia contrastaba con el bullicio de la ciudad que había dejado atrás. Habló con un agente de viajes que le ofreció detalles sobre las opciones de cabañas disponibles, las actividades locales y las atracciones turísticas en Canadá. Intrigado por las posibilidades, Nicholas tomó folletos y anotó información importante antes de regresar a casa. Estaba ansioso por compartir la idea con Kaylee y los niños. Durante el camino de regreso, su mente se llenaba de imágenes de paisajes nevados y experiencias familiares en un entorno completamente diferente al habitual. Al llegar a casa, Nicholas fue recibido por el bullicio familiar habitual. Kaylee estaba en la cocina preparando la cena mientras Lucas y Ashly hacían los deberes en la sala. Respirando hondo, Nicholas se acercó a su esposa y, con entusiasmo contenido, compartió la emocionante posibilidad de unas vacaciones en Canadá para el invierno. Después de comentarle brevemente la idea del viaje, Kaylee accedió con una sonrisa y rápidamente involucró a los niños en la emocionante noticia de que irían a Canadá. Lucas y Ashly no pudieron contener su emoción y comenzaron a saltar en la cama, dejando escapar gritos de alegría que llenaron la habitación. Nicholas, feliz de ver la reacción de su familia, se comprometió a organizar todo lo necesario para que el viaje fuera una experiencia inolvidable.

Al día siguiente, Nicholas se levantó temprano y se ocupó de todos los preparativos. Desde reservar los boletos de avión hasta asegurarse de que las maletas estuvieran correctamente empacadas con ropa adecuada para el clima invernal de Canadá, cada detalle fue meticulosamente planeado para garantizar una experiencia de viaje sin contratiempos. Durante esos tres días previos al viaje, la casa estaba llena de un torbellino de emociones. Los niños no dejaban de hablar sobre las cosas que esperaban ver y hacer en Canadá, mientras que Kaylee y Nicholas compartían momentos de anticipación y preparación. La familia estaba en un tren de emociones, experimentando la excitación de lo desconocido y la emoción de estar juntos en esta aventura. Cada noche, antes de acostarse, revisaban una y otra vez la lista de cosas por hacer y soñaban despiertos con los lugares que explorarían juntos. La casa resonaba con risas y conversaciones sobre lo que el destino les depararía. Para Lucas y Ashly, este viaje significaba mucho más que una simple escapada; era una oportunidad para descubrir un mundo nuevo y crear recuerdos que atesorarían por siempre. El día finalmente llegó, y la familia García partió hacia el aeropuerto con corazones llenos de expectativas y sonrisas radiantes. La primera vez que los niños viajaban se convirtió en una experiencia que fortaleció aún más los lazos familiares y les dejó una sensación de aventura que nunca olvidarían.

PRESAS DEL INVIERNO (Remasterización)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora