Nueve.

362 39 4
                                    

Luego de que Ella me abrazara, decidimos caminar por Holmes Chapel. No sé el por qué de nuestra decisión, simplemente sé que estamos caminando por estas calles solitarias, con el humo que escapa de nuestras bocas por la culpa de este frío otoñal. También soy consciente de la pequeña sonrisa que escapa de mis labios sin razón aparente.

Me gusta caminar en silencio pero no solo. Me gusta sentir la presencia de alguien a mi lado, aunque no estemos teniendo ninguna conexión física. Me gusta tener el poder de dejar que mis pensamientos vuelen sin que alguien esté pidiendo que hable. Me gusta que mis pensamientos sean tan ruidosos y me encanta que al mismo tiempo; nada salga de mis labios. Me gusta, me gusta demasiado.

—Tienes una sonrisa y eso es algo que no se ve todos los días, ¿se puede saber por qué? —Cuestiona Ella.

Me encojo de hombros y observo el humo que sale de su boca al hablar, también observo cómo sus labios se mueven y pienso en lo maravilloso que es tener el poder de escucharla, de observarla.

—No todos los días se puede caminar a las 3 am por Holmes Chapel contigo. —Respondo, sin preámbulos.

—¿Debo sentirme halagada? —Me dice con una sonrisa traviesa en sus labios.

Sus mejillas están rosadas, como probablemente las mías también, y sus ojos destacan más que nunca.

—Me gusta caminar a la madrugada. —Admito.

Ella asiente en forma de respuesta y me observa con curiosidad en sus ojos, prácticamente obligándome a continuar hablando.

—Cuando era pequeño, a los 6 años, me gustaba salir con mi madre a mirar las estrellas. Es uno de esos recuerdos que no puedo sacar de mi cabeza. Ahora, con 19 años, quisiera poder salir al patio y observar las estrellas sin ningún pensamiento en mi cabeza.

—¿A qué te refieres? —Alza una ceja en mi dirección.

—A que ahora mismo, cada vez que observo las estrellas, no puedo dejar de cuestionarme miles de cosas, miles de incógnitas. Cuando era pequeño sólo las contemplaba; feliz porque pensaba que al menos existía algo ahí arriba.

—Me encantan las estrellas, me encanta que haya algo ahí arriba brillando. Me gusta pensar que cuando morimos; terminamos brillando como esas estrellas. —Murmura Ella.

De un momento a otro, observo como Ella se sienta en el medio de la calle y saca un cigarro de su empaque. Frunzo el ceño: —Podrían atropellarnos, lo sabes, ¿no? —Pregunto pero aún así me siento a detrás de su cuerpo, logrando que se dé media vuelta para observarme.

Ella sonríe ampliamente al verme sentado a su lado y su mirada me agradece algo que no entiendo.

—¿Qué? —Pregunto luego de varios minutos contemplándonos.

—Que aunque pienses que pueden aplastarnos, aún así te sientas al lado mío. Y no solo eso, te sientas detrás mío, cubriendo mi espalda. —Está sonriendo tanto que sus ojos se arrugan levemente.

Me encojo de hombros y la observo pitar de su cigarro para luego expulsar el humo inhalado.

—La vida es tan rara. —Susurra, más para si misma.

—¿Por qué?

—Si alguien hace un mes atrás me dijese que iba a estar sentada en medio de una calle contigo; no le hubiese creído ni un poco. Quizás hasta me hubiese burlado. —Admite, observando a todos lados excepto a mis ojos.

Tiene razón. Nunca hubiese imaginado esta situación y mucho menos con Ella. La vida puede ser una caja llena de sorpresas.

—Opino lo mismo que tú, Ella —Digo soltando una pequeña risa.

Me acuesto sobre el asfalto y suspiro mientras cierro mis ojos. Me gustaría hacer esto cada vez que una situación me destroza por dentro.

-------

¡FELIZ NAVIDAD! Quise subirles un capítulo antes de Navidad pero se me pasaron las horas y bueno, acá estamos. ¡Pero no importa, feliz navidad! Espero que hayan tenido un hermoso día, y si no fue así; sepan que pueden hablarme, me encanta escuchar a la gente.

Las quiero, chicas. Terminen bien navidad<3.

Pd: No me maten, sé que es corto el capítulo pero sepan entender ¡estamos en medio de las fiestas!

Pd 2: ¿Podemos llegar a +10 votos y 10 comentarios?

her | h.s.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora