Ocho.

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—Ella, ¿quieres ir a mi casa? Está mi hermano pero debe estar dormido... —La observo como puedo y noto que se está quedando semi-dormida sobre mi cuello.

—¿Para qué quieres ir a tu casa? —Me pregunta suavemente sobre mi cuello, logrando que mi piel se erice.

—Hace frío —digo.

—No tengo ganas de moverme —Susurra.

Tomo su pequeño cuerpo entre mis brazos y me levanto de la hamaca.

—¡Harry! ¿Qué haces? —Grita.

—Dijiste que estabas cansada —me encojo de hombros y comienzo a caminar.

—¡Pero puedo moverme por mí misma!

—¿Quieres que te baje, entonces?

—¡Sí! —Vuelve a gritar.

Amago con soltarla en el aire y Ella grita y se aferra más fuerte a mi cuello.

—Bájame —Pide observándome.

Niego con la cabeza.

—Ya tuviste la oportunidad de bajar y no la aprovechaste.

Noto como muerde su labio y esconde su rostro, nuevamente, en mi cuello.

—Bien. Tú ganas, Styles.

Reprimo la sonrisa que se avecina en mis labios y sigo caminando.

Luego de unos minutos, llegamos a mi casa y sacudo un poco el cuerpo de Ella, para levantarla.

—¿Qué quieres? —Se queja adormilada.

—Necesito que saques mis llaves.

—¿Dónde están? —Cuestiona.

—Eh... Creo que en el bolsillo trasero.

—Tú sólo quieres que te toque el trasero, ¿verdad? —Se burla y larga una carcajada.

Niego con la cabeza. Ella dirige su mano a mi trasero y saca las llaves de mi casa. Ya con las llaves en mano, aprieta suavemente mi trasero y ríe escandalosamente.

—¡No tienes trasero, Harry! —Se burla entre risas.

Ruedo los ojos con una sonrisa en mi rostro y observo como abre la puerta.

Entro al living y lo primero que veo es a Jason dormido en el sillón, con un frasco lleno de pochoclos y sus dedos prácticamente bañados en chocolate.

—Oh, mierda. No creí que lo encontraría así —Muerdo mi labio, intentando retener una carcajada para no despertarlo.

—¡¿Ese es tu hermano?! ¡Son indénticos! —Grita Ella entusiasmada.

A la mierda con hacer silencio.

—¡No grites así, Harry! —Se queja Jason aún dormido.

Observo al par de ojos azules que tengo entre mis brazos y noto que ríe fuertemente ya que fue ella quien había hablado, no yo.

Me acerco hasta el sillón y dejo a Ella sobre el pequeño espacio que no está ocupando Jason.

—Jason... —Lo empujo un poco y él instantaneamente abraza lo primero que puede, en este caso; mis piernas— ¡Jason!

—¡¿Qué mierda quieres?! —Gruñe y se sienta en el sillón, restregando sus ojos.

Una vez que abre los ojos, observa fijamente a Ella.

—¿Sigo soñando? —Cuestiona bostezando.

Ella niega con la cabeza repetidas veces.

—No, estás despierto —Le sonríe y Jason le devuelve la sonrisa.

her | h.s.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora