El Último Adiós de un Gran Amor.

Capitulo VI

Camila y yo llegamos al lugar que alquilamos por internet para estas semanas. Cami no quería dejarme sola y en la casa de sus papás no había suficiente espacio para alguien más, así que nos pareció buena idea alquilar un pequeño lugar no tan lejos de donde ellos viven para tener nuestro propio espacio, y poder de todas maneras estar cerca de ellos.

—Medio rarito el encuentro. —Conozco las palabras correctas que decir para hacer enojar un poco a Camila y hacerla hablar del tema.

—No sé que esperabas, ¿Que me le lanzara a los brazos y le declarara todo mi amor? —Me dice dramatizando su frase. —No seas ridícula.

—Para haber sido tan buena actriz como todos dicen como que hoy se te perdió lo Natalie Portman. —Le respondo aún tratando de hacerla enojar, es la única manera que encuentro para saber si la idea que tengo en mente funcionaría.

Me doy cuenta como a ella le hierve un poco la sangre por mi comentario.

—Lo que pasó hoy no es ninguna serie para tu entretenimiento, Paula. No sabes lo incómodo que fue verlo con... —Hace una pausa, tomando aire. —Siendo feliz. —No se permite a sí misma decir la palabra porque le duele, aunque no lo admita. Le duele no ser a quien se refieran cuando hablan de la mujer con la que formó una familia.

—¿Por qué no solo vas, le decís como te sentís y ves que es lo que pasa? —Sugiero con tranquilidad. Ella me mira incrédula.

—¿Vos alguna vez te enamoraste posta o solo decís taradeses porque te salen?

Sonrío y bajo la cabeza, ahora ella fue la que toco un punto frágil en mi sin siquiera saberlo.  

Lanzo un suspiro largo y luego niego con la misma. 

—Sí. —Respondo.

Noto como cambia su expresión a una de sopresa. Se que ella no esperaba una respuesta real, y menos esta. Jamás ha sabido de algo de mi vida amorosa  porque nunca he sido tan abierta con el tema, prefiero no tocarlo.

—Sí lo estuve —Repito y me acerco a ella. —Por eso sé que estás cometiendo un grave error. Créeme que aún no es lo suficientemente tarde para volver al menos a decir la verdad, intentar. No está bien que te quedes con ese dolor. Tenés que buscar una manera de superar esto, al menos de decirle la verdad. Se lo merece.

—¿No es suficientemente tarde? ¡Paula! Tiene una hija, una familia. Yo creo que es lo suficientemente tarde.

—No para decirle la verdad, no esperes a que pase lo peor.

Me observa, tal vez tratando de decifrar lo que ''suficientemente tarde'' significa para mí, pero aún no es el momento de contarselo, o aún yo no estoy preparada para contarselo.

—¿Me das el número de Felipe? —Pregunto y ella parece sorprenderse ante el drástico cambio que le dí a la conversación..

—También tiene familia, y es muy feliz. —Bromea.

—No seas tarada, te voy ayudar.

—Vos te volviste loca, definitavemente.

Yo no digo nada. Le mantengo mi mirada, y mi mano extendida con mi celular, exigiendole que me haga caso. Se rinde y me anota el número en el celular.

Yo me levanto, y sin pensarlo mucho empiezo la llamada.

—Pará, ¿Qué haces? —Ella se levanta tras de mí con miedo y curiosidad sobre lo que estoy haciendo.

—Hola, Felipe. ¿Cómo andas? Soy Paula, la amiga de Cami. Nos conocimos e la fiesta de tu hija esta tarde. 

Felipe me responde del otro lado de la llamada, escuchandose sorprendido ante mi llamado.

—Necesito un favor de vos, pero Camila está escuchando y definitivamente no quiero que lo haga, Te escribo ¿Bueno? — Yo trato de sonar segura con todas mis palabras, y el acepta el intercambio de mensajes conmigo.

Cuando cuelgo la llamada volteo a ver a Camila. Entiendo por su mirada que quiere saber qué es lo que pienso hacer. 

—Nada de tu incumbencia. —Le contesto.

Ella parece rendirse ante la situación. Tal vez porque sabe que aunque insista no le diré nada, o porque realmente quiere de mí ayuda ante las circunstancias que están pasando.