Capítulo IX

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Veo a Felipe tensarse ante mi pregunta, sus ojos miran a un punto fijo en la mesa, y el parece estar buscando con mucho cuidado las palabras correctas para responder mi pregunta.

—Creo que da muy igual la respuesta a eso, ¿Por qué te interesa a vos saberlo? —Me pregunta, puedo darme cuenta que realmente no quiere responderme.

Yo lo observo, preguntandome si es el momento adecuado para decirle el porqué lo traje hasta acá. Tomo aire, y divagueo un poco antes de tomar mi decisión.

—Porque si la respuesta es no, entonces tal vez aún haya una esperanza para ellos. —Finalmente confieso.

 Felipe me mira con incredulidad,  para luego lanzar una carcajada.

Yo me mantengo solo mirándolo, no me muevo, no parpadeo, a penas respiro. El me vuelve a observar.

—Si me trajiste acá con la esperanza de que esté dispuesto a ayudarte en eso creo que viniste con la persona equivocada —Dice aún con una sonrisa en su cara. —A mi Martina me cae muy bien.

—¿Pero vos lo ves enamorado a él? —Me acerco más a la mesa, mi voz es desafiante, puedo percibir que el está intimidado, pero no pierde su postura.

El se limita a observarme 

—Lo veo feliz —Responde cortante y se encoge de hombros.

—¿Pero lo ves enamorado, realmente enamorado? —Insisto, me mantengo de la misma manera, pero ahora busco verlo directo a los ojos, tratando de así hacerle decir la verdad. El toma un largo suspiro.

—La quiere, y creo que eso le es suficiente. 

Yo mantengo mi mirada y asiento levemente la cabeza. Me vuelvo a pegar con brusquedad al respaldad de la silla, y resoplo.

—Bueno, digamos que le es suficiente solo ser feliz, ¿Pero crees que realmente ya no siente absolutamente nada por Camila?

El se mantiene en silencio, parece dudar en si seguir con la conversación o no. Niega con la cabeza.

—La verdad evito hablar del tema, pero...—Toma una pausa y se pasa la mano por la cara, siento que hice que ponga en duda la felicidad de su amigo, lo noto algo desesperado. —El y yo tuvimos una banda.

—¿Erreway? —Lo interrumpo y frunzo el ceño.

—A parte, RoCo se llamaba. No duró mucho, pero si habían un par de canciones para Camila. Hay una en concreto que habla explícitamente de que nunca la va a olvidar. —Ríe —Camila la llegó a escuchar, se la mostré, ella solo río y me cambió de tema, jamás voy a poder terminar de entenderla. Pero recuerdo cuando Benja me enseñó lo poco que tenía escrito de la canción, también me contó de un rollo que ellos tuvieron por allá en el 2008, y una pelea en el 2011, el día de mi cumpleaños.

—¿Qué rollo? ¿Qué pelea? Contame. 

Una vez Camila vino de visita, y fuimos a comer los tres, fue la noche en que Cecilia me llamó a decirme que creía estar embarazada, yo fui corriendo a donde ella y los dejé solos, pero prometí que los alcanzaría luego en el apartamento de Benja, para ese momento no me contó lo que había pasado, pero cuando llegué lo encontre sentado en el mueble, solo, con la mano en la cara, se notaba que no la había pasado bien. Le pregunté que qué le pasaba y que donde estaba Camila, el solo respondió que ''se fue'' sin más. Yo le pregunté que a donde se fue, que si se encontraba el bien, que qué había pasado y sí quería hablar del tema. El solo movió la cabeza, Preferí no seguir preguntando, pero una vez más me tocó consolar el corazón roto de mi mejor amigo, ocasionado por mi mejor amiga.

Cuando Benja me enseñó Pasarán años, lo que el tenía escrito, ya que el resto lo escribimos juntos, me contó de ese rollo, y también de la discusión del día de mi cumpleaños, la última vez que se volvieron a ver. No me contó a detalle eso, pero se que fue ahí cuando el puso un límite.

Sin embargo, cuando escribió la canción me dijo que le costaba aceptar que debe de formar otra vida sin ella, pero que ella lo obliga a eso, y que sí, que la ama, que siempre lo va hacer, pero la vida los puso en dstintos caminos, y no le queda otra cosa que la resginación. Aceptando, al fin, que todo este tiempo no había sido nada más que el resignandose, y no aceptando como tanto alegaba.


—¿Ves porqué es necesario tratar de que al menos ellos hablen de lo suyo? —Espeto con tono irónico.

Felipe me observa con detenimiento, pareciera estar sediendo ante mi propuesta.

—Si, pero eso fue antes de Rita. No sabes lo feliz que es desde la llegada de esa niña. Mira. —Contesta. El pone el codo sobre la mesa, y ahora es el quien se acerca, como si fuera a compartirme un secreto, yo lo imito.—No hay nada que más quisiera en el mundo que verlos juntos, pero si antes era complicado, ahora será el doble.

—Bueno, pero ayúdame a que al menos no sé, hablen. Que Camila le diga la verdad. —Le ruego.

—¿Qué verdad? —Pregunta, en tono neutro.

—Que la razón por la que se fue no fue por que no lo quiera.—Le cuento, y lo veo abrir un poco los ojos.

—¿Por que le tenía miedo al amor? —Trata de adivinar.

—No, tampoco. —Muevo la cabeza de forma exagerada y tomo un poco de mi té, tratando de calmarme.

—¿Entonces? —Vuelve a insistir.

—Porque ella sentía que Benjamín estaba dejando todo lo que el quería, por ella. Camila piensa que no podés amar a alguien más de lo que te amás a vos mismo, y ella creía que eso hacía él.

—Y es que eso hacía él. —Reafirma con obviedad.

—¡Y bueno! —Grito exasperada —Por lo menos que lo hablen, que lo sepan, que el no muera pensando algo que no es, y que ella pueda sacarse ese peso de encima.

—¿Para que? ¿De qué sirve?

—Para que se den un adiós, un adiós merecido. El último. Camila necesita un cierre, porque ahora todas sus acciones si la estan afectando, y mucho. —Lo interrumpo, siento que sudo mucho, la situación me desespera.

Me mira, sin parpadear, mueve la cabeza vencido.

—Está bien, te ayudaré. Pero a que hablen, porque no sé si Benja realmente esté dispuesto ahora a dejar una familia segura, y todo lo que tiene que lo hace feliz, por algo que siempre fue dudoso e incierto.

Yo sonrío satisfecha y asiento, aceptando su condición. El me da la mano, y yo la tomo. Cerrando un trato.






El Último Adiós de un Gran Amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora