Capítulo X

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Vuelvo de visitar a mis papás. Entro al lugar que alquilamos, y puedo sentir la ausencia de Paula en el lugar. Me extraño ante la falta de ella dentro pero decido no darle muchas vueltas.

Me siento a la cama y abro una caja que mis papás me dieron con viejas pertenencias mías. Empiezo a sonreír ante cada recuerdo que tiene cada una de esas cosas. Recuadros, fotos, papeles, incluso plumillas con la marca Erreway. 

No puedo evitar sentir melancolía ante eso. Estoy a punto de cerrar la caja cuando noto algo pequeño brillando en una esquina de esta. Me extraña, y decido tomarlo. 

 Es un anillo. Un nudo se forma en mi pecho al reconocer que se trata del anillo que me regaló Benjamín cuando me pidió ser su novia por primera vez. Yo lo alzo para poder observarlo mejor, juego con el anillo sosteniendolo con la yema de mis dedos pulgar y medio. Mi corazón late al sentir todos los recuerdos que el anillo lleva consigo. Yo lo coloco en mi dedo anular.

El brusco sonido de la puerta me saca de mis pensamientos. Veo a Paula entrar.

—¿Vos donde estuviste? —Le pregunto, ella voltea a verme. La puedo notar un poco agitada.

—Fui a encontrarme con un amigo en un café, nada más. —Responde.

Yo no puedo evitar sentir que me esconde algo. La fulmino con la mirada, pero ella solo me ignora.

—¿Vos que hiciste? —Me pregunta como en un intento para tratar de cambiarme el tema.

—Fui a casa de mis padres, estuvimos comiendo, me dieron esto. —Le muestro la caja, veo a Paula fruncir el ceño. —Son antiguos objetos míos.

—¿Algo interesante que recordar? —Me pregunta ansiosa.

Yo sonrío a medias y agacho la mirada al recordar lo que había encontrado. Niego con la cabeza, mintiendo. La escucho tomar aire.

 —Bueno, te informo que hoy a la noche saldremos con Felipe.

Volteo mi cabeza con rapidez hacia ella, desentendida. Pero prefiero no preguntar.  Paula parece sorprendida ante mi falta de cuestionamiento, pero tampoco dice nada.

La noche llega rápido, Paula me dice que iremos a comer algo. Yo solo asiento, pero hay una duda que me tiene inquieta.

—¿Solo irá Felipe? —Le pregunto.

Ella me observa, y la veo negar con la cabeza. Yo la miro enojada. No hace falta que me diga quien es la otra persona, yo sé perfectamente de quien se trata.

—Antes de que te heches para atrás. —Se acerca hacia mí. —Míralo como una oportunidad de que se acerquen, tal vez así puedas ir formando una confianza, una amistad y en un punto poder decirle todo lo que sentís. Felipe y yo te vamos ayudar, dejanos hacerlo.

Yo la observo, respiro sonoramente, y acepto.

El camino hacia el lugar fue bastante silencioso. Yo no emití palabra alguna, no porque estuviera enojada, si no porque tenía miedo de lo que pudiera pasar. Mis recuerdos me llevan al cumpleaños de Aurora. A las imagenes antes que el notara mi presencia, ¿Realmente tengo el derecho de desestabilizar eso que tanto quiso tener y al fin lo tiene?

Nos detenemos frente al restaurante, yo tomo aire al ver a Felipe y Benjamín sentados, me pregunto si el tendrá idea de que yo vendría. Escucho a Paula decirme, ''Si no estás lista entiendo.'' Estoy a punto de decirle que no, que no estoy nada lista, pero me repito que es la única manera. Tomo confianza en mi. Soy Camila, siempre he sido valiente.

Entro al lugar.

Noto como sus ojos cambian por uno de total sorpresa. Puedo leer que dice un ''ya llegó'' y Felipe voltea a vernos. 

El Último Adiós de un Gran Amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora