Me sorprendo a mi misma limpiando el mesón de la cocina con fuerza, asentando cada uno de mis movimientos, en un intento por mantener mi mente ocupada en otra cosa. Paula salió hacer compras y yo he recapitulado cada momento de mi vida desde que volví a Buenos Aires como cuando encontrás tu nueva canción favorita y no podes dejar de darle Replay.
La mezcla de sentimiento se mantiene. El escalofrío y la adrenalina aún recorre por todo mi cuerpo atravesando mi pecho, mi cabeza, y haciendo mi corazón saltar al recordar ese último momento compartido con Benjamín.
El aroma de su cabello, el sabor de sus besos, que aún podía recordar con total exactitud, ese sabor no ha cambiado en lo absoluto. Todo entra en mi memoria y puedo sentir como si lo estuviera sintiendo ahora mismo. Recuerdo su piel cerca de la mía, rosandose. Nuestras respiraciones mezcladas mientras nuestro ritmo cardiaco aceleraba pero solo para hacer un mismo tañido.
El sonido de alguien tocando la puerta me saca con brusquedad de mis pensamientos, haciéndome dar un pequeño salto y que tire a suelo el trapo que tenía en la mano.
Lanzo un bufido de mala gana, paso mi mano por mis ojos con fuerza, agarro el trapo del suelo, lo tiro hacia el mesón y prosigo abrir la puerta.
Aseguro a mis adentros ser Paula con las comprar y necesitando ayuda, pero me veo sorprendida ante la inesperada persona frente a mi.
Luce bastante cansada, con unas grandes ojeras, ojos irritados y solo exclama un ''hola'' muy poco audible.
Yo estoy aún en un estado de shock ante su presencia, me cuesta mover la boca para responderle el saludo.
—¿Puedo pasar? —Pregunta Martina tímida. Yo asiento, me hago a un lado para abrirle el camino.
Ella entra, y ahora siento curiosidad y algo de miedo ante su oportuna e inusual llegada.
Trato de enderezarme y darme seguridad para poder mostrarme ante ella de tal manera. Mis manos tiemblan y mi sudor es helado, pero yo escondo mis manos traa de mí. Supongo que su repentina presencia es porque Benjamín ya debió haber hablado con ella, y aunque eso son buenas noticias para mi, no puedo evitar un sentimiento que comparo con la culpa en mis adentros.
Yo arrugo mi frente, y a claro mi garganta antes de decir:
—Martina, que...Sorpresa. —Trato de evitar que mi voz se escuche temblorosa, aunque siento que muy probablemente fallé en ese intento.
Ella trata de sonreir, pero es notorio que sus ganas de llorar son más fuertes. Porque las comisuras de sus labios están hacia bajo y sus ojos totalmente rojos. Ella parece estar buscando fuerzas para hablarme, y yo decido ayudarla.
Tomo aire.
—Viniste hablar de Benjamín, ¿cierto? —Ella me observa, y parece asentir. —Martina, mi intención jamás fue destruir tu familia, no es contra ti. No estoy segura que fue lo qué pasó.—Empiezo hablar excusandome, tal vez en un tono algo desesperado.
—Solo mantenlo feliz. —Me interrumpe ella, haciendo que me calle cuando termino de escuchar completamente la oración. —Yo sabía que solo era algo de cuestión de tiempo. —Agrega. Yo abro mis ojos al escuchar su respuesta. Y mantengo mi silencio.
Ella se acerca un poco más a mi al notar que me quedé sin palabras. Puedo sentir su vibra, es tristeza plena, pero no parece sentir rencor. Ella sonríe en muy pocas medidas, pero lo hace.
—Supe que algo así iba a pasar porque el jamás ha podido verme de la manera en la que lo hizo cuando te vio en el cumple de Aurora.—Habla de nuevo. —Nunca. —Asegura y mueve la cabeza al ritmo de sus palabras. Aprieta los labios.
—Nunca volví con la intención de separarlos. —Es lo único que me permito decir.
Ella se encoge de hombres y vuelve hablar.
—Da igual sinceramente. —Replica por lo bajo. —Sos lo que yo jamás fui para el. —Suspira. —El amor de su vida. Lo amo, y por eso comprendo que su felicidad, plenamente, es a tu lado.
Sus palabras me incan como agujas, porque yo entiendo que es el dejar ir a alguien que amas porque sentis que su felicidad no pertenece a tu lado.
Da la casualidad que es por el mismo hombre por quien ambas hemos hecho lo mismo.
Yo me mantengo callada, y puedo entender el porqué Benjamín la escogió: Ella lo amaba a tal medida que haría lo que a él lo haga feliz sin importarle cómo ella quede. Todo lo que yo no soy, todo lo que Benjamín es, todo lo que el quiso.
Porque aunque yo lo dejé porque sentía que sus sueños no pertenecían a mi lado, porque me aterraba el amor tan frenético que tenía hacia mí,sabía que al momento de mi partida el sentiría tristeza pura.
Mi decisión iba más allá de solo él, si no del hecho que sabía que yo no podría vivir con la culpa de sentir que el lo dejaba todo por mi, sin importarle nada, y yo nunca me atrevería hacer algo parecido por él.
Mi decisión fue por él, pero fue más por mí.
Por miedo a sentirme culpable.
Martina puso por delante a la persona que ella ama, sobre lo que ella siente. Algo que haría Benjamín. Porque aceptó todo esto sin pelear, sin luchar.
No sé si es algo que yo haría, pero muy seguramente Benjamín sí.
Me mantengo de brazos cruzados, salgo de mis propios pensamientos y sigo buscando las palabras correctas que decir sin éxito. Así que ella sonríe una última vez, mientras pone ambas manos en mis brazos, para luego encaminarse hacia la puerta.
Escucho la puerta cerrarse, y un nudo crece en mi pecho.
¿Es esto realmente lo correcto? Vuelvo a cuestionarme,mientras siento el impulso de huír, pero eso es algo de cobardes.
¿Me puedo considerar como una?
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El Último Adiós de un Gran Amor.
FanfictionCamila Es una actriz retirada, pero recordada por todos como una de las más talentosas, sin miedo a decir lo que piensa; pero es más recordada por Benjamín. Un viejo amor que no surgió por sus miedos, y tal vez egoísmo. Aparentemente esta historia p...