En cuanto supe la ubicación y la hora en la que me encontraría con Lucas, llamé a Thalía, siendo ella la única en esos momentos en la que confiaba. En Mona también lo hacía pero recordaría mucho menos de anoche que Thalía a quién vi más sobria.
Le pregunté si había hablado con Finn o Kika sobre lo de anoche pero ella no le dio más importancia a eso que a lo de Harry así que ni siquiera lo nombró cuando se fueron y la primera con la que había hablado en el día de hoy era conmigo por lo tanto no sabían que lo sabíamos. Bien. No quería que lo supieran así que le dije que se hiciera la tonta al igual que yo haría y que le dijera a Mona lo mismo —si es que recordaba ese momento. Todo con la excusa de que debíamos dejar que nos lo contaran ellos mismos cuando estuvieran preparados.
Y una leche. No confiaban lo suficiente en nosotras para contárnoslo, ni siquiera en mí que era la mejor amiga de ambos. Que se jodan.
Lo último que le dije fue dónde iba a estar esa misma tarde a las seis ya que cuando regresara la llamaría para hacerle saber que había llegado sana y salva. Si eso no ocurría podía contarle a mi padre dónde y con quién había quedado. Mejor ser precavida.
Obviamente tuve que prometerle después que le contaría de qué iba aquello y que tendría cuidado.
Ese día mi padre y Ruby comieron fuera, teniendo más trabajo que cualquier otro día y eso ya era decir. Me dio mucha tristeza el no comer con ellos. Nótese el sarcasmo.
En cuanto me dio hambre me hice algo rápido para comer y Harry más de lo mismo pero después de eso salió de casa sin dar ninguna explicación. Tampoco me importó.
Llamé a mi madre para ver qué tal le iba. La echaba tantísimo de menos. Me había estado mandando alguna que otra foto increíble de su viaje, pero había una en especial que no me gustó tanto y a la vez sí. Un selfie de mi madre y Tom sonriendo con la piscina del crucero de fondo.
Como sospechaba por esa misma foto, me dijo que lo estaba pasando muy bien y que estaba muy feliz con Tom, aunque me recordó que me echaba mucho de menos y que me quería.
Cuando se estaba acercando la hora de la pequeña reunión con Lucas, fui a prepararme, dándome una ducha primero. Tenía la casa para mí sola así que fue una gozada.
¿Qué se supone que te pones para quedar con un lunático buenorro que te va a contar los secretos del hermanastro al que odias y no veías hacía diez años pero ahora convives con él?
Opté por vestir un mono veraniego de estampado floral que solía ponerme para pasear por la playa. Cómodo y sin tener que pensar mucho con qué combinarlo. Mi cabello lo dejé suelto y con sus ondas naturales a excepción de mi flequillo que siempre lo alisaba. Solo me maquillé con máscara de pestañas y gloss rosa.
"Espero que no me dejes plantado :("
Leí el mensaje de Lucas y rodé los ojos. ¿Pretendía dar pena? Porque ya la dio bastante anoche.
"Allí estaré."
Le contesté, seca. Mi plan no era llevarme bien con él ni ser su amiga así que mejor que no se molestase en intentarlo.
***
Habíamos quedado en una cafetería que quedaba cerca de la playa y —si la memoria no me fallaba— de la casa del lunático buenorro. Lo agradecí ya que habría gente a nuestro al rededor y no corría tanto peligro. A ver, en un principio parecía un chico normal pero sin muchas luces, aún así era un desconocido y visto lo visto anoche, no me podía fiar.
No lo vi en las mesas de dentro ni en las de la terraza así que escogí una mesa vacía en la terraza que era donde más gente había y además hacía un día estupendo para desperdiciarlo dentro de un local.
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Para tanto y más ©
Novela JuvenilIsabella y Harry no se soportan. Se provocan y discuten, discuten y se provocan. Pero teniendo en cuenta que les ha tocado ser familia cuando no han pedido serlo, es normal, ¿no? Hermanastros, ni siquiera eso era válido para Isabella. No quería tene...