Capítulo 25: Mil a uno

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Daira llegó sin uniforme a la base de la policía militar, para el anochecer

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Daira llegó sin uniforme a la base de la policía militar, para el anochecer.

El gran castillo resaltaba entre el pueblo debido a sus altas antorchas.

Bajó del caballo y lo amarró a un árbol mal alumbrado para que nadie lo viera.

Además debido a la hora, no había mucha gente fuera de sus casas. De hecho, casi no había nadie.

Daira avanzó hacia el castillo. Lo primero que había para acceder, era un puente bien alumbrado y con guardias en la mitad y en la puerta de entrada, por lo que Daira tuvo que ir por debajo de esto.
Con cuidado de no hacer ruido, se agachó cuando estuvo cerca del puente y bajó la colina hasta quedar bajo el puente.

Lejos de haber agua, mas bien había mucha basura y residuos, que desprendían un olor asqueroso.

Avanzó cuidando sus pisadas y justo al quedar bajo la puerta, subió el puente y miró a uno de los guardias de la entrada.

Acercó un poco su mano y de esta salió el aura roja, que viajó hasta entrar por la cien del hombre.

Sus ojos destellaron un segundo y para el otro ya estaba caminando hacia enfrente.

-¿Eh... a dónde vas Neit?- preguntó el otro guardia empezando a seguirlo.

Daira voló un poco, solo hasta quedar sobre el puente y entró al castillo sin hacer ruido.

El efecto del guardia se disipó sin más, liberando su mente. Luego se tomó la cabeza con un poco de molestia.

Lo primero que Daira vio al entrar al castillo, fue un patio enorme y la entrada principal, que estaba más que vigilada.

Siguiendo estrategicamente las sombras que las antorchas no llegan a alumbrar, Daira llegó hasta la pared del castillo y voló de nuevo hasta la ventana por la que entró tan sigilosa como un gato.

Estaba en el segundo piso, y lo primero que vió fue un largo pasillo con salida a un comedor muy grande.

Entró ahí entre la penumbra y la soledad, para encontrar al fondo, más escaleras hacia arriba.

Al subirlas, escuchó más voces, de almenos una docena de soldados platicando mientras compartían un amplio juego de cartas.

Al subirlas, escuchó más voces, de almenos una docena de soldados platicando mientras compartían un amplio juego de cartas

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