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Cayó la noche. Jungkook estaba más que nervioso. Había llegado el momento. La luna apareció. Grande, majestuosa. Hermosa. Su estómago empezó a doler mucho. Empezó a desprender feromonas. Un olor dulce impregnó su nariz.

No...

Sí, aunque Jungkook no quisiera, era así. Se había presentado como omega. Un delicioso olor a galleta, fresa y un muy delicado y suave toque de piñón empezó a emanar de él. Gimió por el dolor que sentía y se sonrojó cuando empezó a despedir lubricante.

-T-Tae... alfa...

Estaba fuera de control. Su omega quería tomar el mando y entregarse a su alfa. El más suave de los roces lo hacía gemir. Estaba demasiado sensible. Necesitaba a Tae. Necesitaba a su alfa...

Siempre hay que tener cuidado con lo que se desea.

Taehyung entró, atraído por el delicioso aroma del menor. Sus pupilas dilatadas eran de un color caramelo y dorado.

-oh, Kookie. Has resultado ser un omega. Un bellísimo omega.

El menor gimió en respuesta.

-h-hyung... hyung, le necesito.

-lo sé, lindo.

El alfa se subió a la cama, junto al recién presentado omega. Estando a su lado, lo tomó por la barbilla y estampó sus labios contra los del menor. Era un beso lleno de deseo, lujurioso. Poco a poco, los pantalones de ambos estaban siendo muy incómodos.

-h-hyug...

El omega se restregó contra el alfa, ya controlado totalmente por el omega en su interior, provocando una mayor erección en el mayor y le hizo soltar un gruñido. Sin poderse contener más, el alfa se posicionó encima del omega.

-no podrás ni caminar mañana, conejito.

Pacientemente fue desabrochando botón por botón la pijama del omega hasta dejar al descubierto esos lindos pezones rosas. Antes de proseguir, atacó con deseo el cuello y hombros de menor, dejando marcas que durarían al menos una semana. Fue bajando por su pecho hasta esos apetecibles botones y mordió uno con delicadeza. El menor era puros jadeos y gemidos. La intensidad fue subiendo. El mayor estimuló el otro botón del menor con agilidad con su mano. Satisfecho ya ante esa parte del cuerpo del omega, empezó a bajar sus besos por su abdomen hasta llegar a aquel estorboso pants. Besó con amor al omega mientras iba deshaciéndose de la prenda. El menor, un poco avergonzado, empezó a despedir más feromonas y más lubricante.

-voltéate.

El menor obedeció. Cuando vio que el alfa puso ante él tres dedos, los empezó a lamer tal como si hubiera sido una paleta. Ya suficientemente húmedos, el mayor introdujo uno dentro de Jungkook, quién jadeó ante el intruso en su interior. El mayor volvió a besarlo, mientras introducía en él un segundo dedo, abriendo y cerrando en forma de tijeras para ir preparando al menor. Éste no paraba de soltar jadeos. Odiaba ser tan sensible, pero amaba esa sensación que tan sólo el alfa le podía brindar.

-¿estás listo, conejito?

Asintió dudoso. El alfa empezó a despojarse de su ropa. Jungkook abrió los ojos sorprendido al ver el tamaño del amigo de su hyung.

-hyung... ¿usted acaso quiere partirme a la mitad o qué?

El alfa rió. Sin previo aviso, empezó a introducirse en el omega. Él soltó un jadeo de dolor. El alfa se detuvo, consciente del dolor del menor y secó las lágrimas que se anegaron en los ojos de éste. Besó su cuello de manera tierna mientras terminaba de introducirse completamente en él. Se quedó quieto, esperando a que el omega se acostumbrara al tamaño. Poco después, Jungkook empezó a moverse, dando a entender que ya no dolía. Tenía al amor de su vida dentro de sí, causándole placer, disfrutando de su cuerpo y mirándole con un gran amor.

-maldición, ¿por qué eres tan sexy? Tu aroma... - se acercó al cuello del omega y aspiró con fuerza - me vuelves loco, Kookie.

Tae empezó a embestir a Jungkook, primero de una manera delicada, poco a poco haciéndolo más salvaje. Se sentían tan bien...

-¡a-ah! ¡Hyung!

Jungkook se corrió, manchando su abdomen.

-Kookie, yo jamás dije que ya podías correrte... voy a tener que castigarte.

La segunda ronda pasó a una tercera. La tercera a una cuarta. Taehyung tan sólo se había corrido una vez, todo lo contrario a Jungkook que lo había hecho como seis. Habían abierto la ventana por el calor que emitían.

-J-Junkookie... ah, conejito...

Tae soltó un gemido grave y se corrió dentro de Jungkook, anudando en él.

-te amo, mi omega.

Ése no era Tae, era su alfa.

-yo también, mi alfa.

Y ese no era Jungkook. Ambos se quedaron dormidos, abrazados.



Lo dije, perdón! Cuando no quiero, queda cortito. Lo intenté, pero no se me da muy bien ésto. De cualquier modo, espero les haya gustado. Oh, trataré de actualizar cada semana en miércoles. Disculpen si la hora cambia drásticamente, últimamente Itaewon Class me tiene absorta. Tienen que verla, es impresionante. Y si no han visto Hwarang, también véanla. No se arrepentirán!

¡No soy un alfa!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora