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Espero que les guste leer. Esto será un poco más largo de lo normal.

También lean la nota importante al final, por favor.

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Seis años después.

Las puertas se abrieron con gran fuerza, asustando a todo quien estuviese cerca. El omega ignoró las miradas de los demás y se fue corriendo a la recepción... pero como no sabía dónde estaba, terminó yendo de aquí para allá, murmurando entre dientes algo incomprensible. Dos minutos después, un agitado alfa entró con lentitud, jadeando por aire. Su esposo había salido volando y no se había detenido hasta llegar a ese lugar.

-lo siento, lo siento - dijo con una mirada apenada a las chicas que lo veían con desaprobación -. Ya llegó, ¿verdad?

-como un toro. Creímos que tiraría la puerta. Señor, le hemos dicho que aquí evitamos ruidos muy... fuertes. Los niños se llegan a asustar. De verdad les agradecemos mucho su interés pero...

-lo sé, lo sé... mi esposo está demasiado emocionado, ya sabe... hemos venido tres veces y no deja de correr por todas partes.

-¡TaeTae, ven, ven! ¡Miraaaa!

De nuevo la chica lo miró mal, así que pidió disculpas otra vez y fue con su marido. Todo regaño que quería darle se le olvidó al ver esos ojos color chocolate llenos de alegría y esperanza. Sin poder molestarse con él, le dio un pequeño beso y le tomó la mano.

-Kookie, trata de no gritar. Nos van a regañar... ahora dime, ¿qué pasó?

-ven, ven... creo que encontré lo que queríamos.

¿Cómo decirle no a esa sonrisa? Tan llena de luz... parecía un niño más. Y a Taehyung le parecía la criatura más hermosa y perfecta que existía.

Sus ojos se llenaron de lágrimas al llegar a donde su omega quería, mirando con dicha a su pareja. Definitivamente era lo que buscaban. ¿Cómo ignorar a esos lindos bebés?

-TaeTae, no creo poder sólo llevarme uno - dijo Kook con un puchero.

-que sean cinco entonces... o la cantidad suficiente para un equipo de fútbol... no, no, no. Todos, todos, todos... hay que comprar una casa con diez toboganes, una montaña rusa, pondremos un comedor con un tren, las camas serán de esas que tienen agua y... y... ¿qué?

El rubio omega rió un poco, abrazando a su alfa que, sin darse cuenta, había comenzado a dar pequeños saltos de emoción y movido sus manos como si fuera un niño. Sus labios se habían hecho un precioso puchero que su pareja no pudo evitar besar con cariño.

-TaeTae, ya escuchó lo que los hyungs dijeron. No más de tres... se los debemos por lo que hicieron el año pasado.

-pero Kookie, ¿no ves estas caritas preciosas? Jin hyung no se molestará si llevamos uno más. Por favoooooor.

-Tae, me encantaría, de verdad, pero quedamos en algo. Quienes se llevaron todo el discurso de PD nim fueron ellos por defendernos. Es lo menos que podemos hacer como agradecimiento. Cuando el contrato termine, nos mudaremos a esa casa y vendremos por más. Sólo seamos pacientes, cariño.

-bieen. Detesto que tengas razón - murmuró con un nuevo puchero.

-anda, vamos a ver, anda, anda, andaaaaa.

Con una pequeña risa, cedió ante su esposo y comenzaron a pasear entre las cunas. Los ojos de ambos se critalizaron al ver a tanto bebé. Y la idea de dejar corazones rotos les dolía demasiado.

¡No soy un alfa!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora