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Hoseok suspiró y salió del cuarto del menor, seguido del susodicho. Se las cobraría a Taehyung. De eso no había duda.

Bueno, Hoseok no contaba con que el alfa también hubiera entrado en celo.

Al pasar junto al cuarto del menor de los alfas, la puerta se se abrió y Taehyung jaló a Jungkook dentro de su cuarto, sin que Hoseok se enterara siquiera.

Ni bien cerró la puerta, el alfa acorraló al omega contra la pared, con los ojos dilatados, de un intenso color caramelo y dorado. Antes de que Jungkook pudiese decir algo, el mayor empezó a besarle el cuello y dejando marcas rojizas, gruñendo al percibir un olor de roble y naranja. El omega lo empujó con fuerza. No iba a caer dos veces en la misma trampa.

Un intenso aroma de canela, tierra mojada y chocolate le nubló un poco los sentidos al menor. Dejó de respirar, pero con el delicioso olor del alfa ya dolorosamente impregnado en su olfato. Trató de huir, de abrir la puerta; pero no lo logró. Taehyung estaba pegado a la puerta, impidiendo siquiera ver la perilla.

-oh, no. Tú te quedas aquí, conejito.

Con una fuerza y rapidez impresionante, el alfa atrajo hacia sí al omega, haciéndolo gemir levemente ante el impacto que su trasero recibió contra el miembro del mayor.

-Taehyung, suéltame. Ahora - dijo, intentando que su voz no le temblara.

El mencionado lo ignoró y empezó a desvestir con trabajo al contrario, tapando la boca del menor para que no gritara. Recibió varios codazos y patadas, pero no desistió.

-te voy a hacer arrepentirte de ser un alfa.

Introdujo un dedo en el menor, quien lanzó un grito, opacado por las grandes manos de su captor. Intentó alejarse, maldiciendo ser un omega y que su fuerza fuera menor a la de ese alfa. Lanzó pestes a su lobo, que, por muy mal que se vea, le gustaba eso.

-Khtm thgrafeyun, sthjfme.

-no, conejito. No te voy a soltar.

Taehyung metió un segundo dedo en Jungkook, seguido de un tercero a los pocos segundos. El omega dentro de Jungkook se quería hacer presente. Por muy herido y traicionado que se hubiera sentido luego de ser usado (sí, esa es la palabra), quería volver a tener la atención completa del alfa.

Maldito omega masoquista.

Un gemidos salió de los labios del menor sin el permiso de éste. Se estaba desesperando. No quería volver a pasar la maldita humillación de que Taehyung no recordara lo sucedido. Así que, con la fuerza que había estado ganando los últimos tres meses para recuperar su magnífico físico, empujó al alfa en celo, sacando de manera brusca los dedos dentro de él y, por un momento, sintiéndose vacío. Se zafó también en ese movimiento del agarre sobre su boca. Inmediatamente el alfa quiso acercarse al omega, pero éste, con la voz temblorosa, le advirtió.

-No te acerques.

El alfa gruñó, pero se quedó en su lugar. Cierta parte racional quería disculparse y dejar salir al "alfa", pero el animal dentro de sí era dueño de la situación y no se lo dejaría tan fácil. Sin hacer caso a la anterior advertencia, dio unos grandes pasos para acercarse al menor.

-si me tocas, te juro que te voy a odiar toda la vida.

Eso bastó para que el alfa frenara sus movimientos. Jungkook se acomodó la ropa y se limpió el cuello con la manga de su camisa.

-déjame salir - le dijo en tono frío.

El menor le miró, con los ojos encendidos de furia. Deseaba golpear al alfa. Quería abrazarlo. Anhelaba salir de ahí. Esperaba quedarse y complacer al mayor. Su maldito omega lo hacía contrariarse. Su estúpido animal quería ponerse de rodillas y entregarse al alfa. Su pobre lobo quería ser aceptado por el contrario. Quería sanar esa dolorosa herida que tenía. Pero Jungkook no era tan idiota. No era tan masoquista para aceptar que el mayor lo desconociera después.

¡No soy un alfa!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora