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Al día siguiente fue a la escuela, básicamente solo debía revisar documentos y despedirse de su compañero, las vacaciones de verano eran algo real.
-Yul... ¿Te gustaría ir unos días a la casa de campo de mis papás? Vamos a hacer un viaje al lago. –Le preguntó su amiga Paula.
-No gracias, Pau, le prometí a Elena estar con ella.
-¿Lo dices en serio?
-Sí, se lo prometí, soy mujer de palabra.
-Pero Yul, tiene 3 años.
-Ya casi cumple 4, le prometí enseñarla a leer.
-A ver, déjame ver si entiendo, ¿Estas rechazando un viaje genial solo por que quieres jugar a la mamá con un bebé?
-Elena no es un bebé, es una niña grande que piensa y razona muy bien, si el abandono se va a indignar.
-¿Desde cuándo te importa?
-Es como la hermana que nunca tuve.
-Bien como sea, llevaré a alguien más. –Expresó molesta mientras se alejaba.
"Tiene razón, acabo de rechazar una invitación por ella, definitivamente es especial" –Pensó.
-Ya vineeeee. –Gritó Yulia al llegar a su casa antes de sentir el emocionado abrazo de la pelirroja.
-¿Para siempre? –Preguntó.
-¿2 meses y medio no te bastan?
-¿Eso es mucho?
-Sí.
-Entonces sí.
-Mamá, voy a salir con la pecosita. –Gritó.
-No, Lena está castigada.
-Uy, ¿Qué hiciste?
-Nada. –Dijo escondiendo su cabeza.
-¿Que hiso?
-Me dio una patada cuándo intenté quitarle el pañal.
-Elena Katina! ¿Golpeaste a mi santa madre?
-Elena feo.
-Pues sí, eres una niña fea, vamos a quitarte el pañal y a que te disculpes con mi mami.
-No. –Pidió llorando.
-Si no te estoy preguntando. –Le dijo acostándola en la cama y quitándole el pañal.
-No me quites mi ropa!! Mi mami dijo que no dejara que nadie me tocara.
-No te voy a tocar Elena. –Le dijo lanzando el pañal y subiéndole el pantalón. -¿Mucho mejor no? ¿Acaso no te sientes libre?
-Oh, pero... ¿Si quiero hacer pipi?
-Pues comienzas a gritar ¡Pipipipipipi!
Lena se rio y en seguida se volvió a poner seria.-¿Me llevarás al baño?
-Claro que sí.
-Pero me da miedo.
-Yo me quedaré contigo y matare a todos los que te quieran lastimar.
-El baño es malo.
-No, claro que no ¿Qué podemos hacer para que te guste?
-Hacerlo bueno.
-¿Asi como pintándolo de rosa?
-Sí. –Dijo riéndose.
-Creo que nos matarían pecosa.
-Me da miedo el baño y Lairssa.
-No sé por qué tienes miedo, yo estoy aquí. ¿No confías en mí?
-Vamos a ver los Backyardigans.
-M... buena evasiva, aun no sé cómo es que logras pronunciarlo, ¿Qué habrán estado pensando cuando le pusieron el nombre a la caricatura?
Con Lena en brazos se dirigió a la sala y se sentaron frente a la televisión.
-No están los Backyard...eso, está poko yo! –Le dijo Yulia.
-Pero luego siguen.
-Mientras tanto ve a disculparte con mi mami, dile que estas muy arrepentida.
-Me da miedo.
-Yo te acompaño. –Le dijo llevándola de la mano a la cocina.
.Lari, ya no tengo pañal. –Le dijo sin mirarla.
-¿Eso es una disculpa? –Preguntó fingiendo indignación.
-No, perdón Lari, Lena no te pega nunca más. –Le dijo dulcemente.
-Está bien. –Le dijo poniéndose a su nivel. –Dame un abrazo. ¿De verdad vas a ir al baño?
-Ya empezaron los backyardigans! –Dijo corriendo hacia la sala.
-Suerte. –Le dijo Larissa a Yulia.
-Gracias. –Sonrió fatigada y fue a seguirla.
Lena estaba sentada en el piso viéndolas así que se sentó junto a ella. Era un episodio viejo, ambas ya lo habían visto, Yulia básicamente se sabía los diálogos antes de que los personajes los dijeran, era sumamente frustrante.
-Yulia! Pip...! Ya no.
-¿Qué? ¿Cómo que ya no?
-Ya no.
-Elena levántate.
-No, Elena malo.
Yulia la tomó de los hombros y en un movimiento la puso de pie.
-me mojé. –Dijo Lena apenada.
-Se suponía que debías avisarme!
-Te avisé pero me ganó.
-Mamá ¿Qué hago si Lena se orinó?
-Déjala asi para que aprenda que es incómodo. –Dijo entrando en la sala.
-Eso es cruel.
-m... entonces métela a bañar.
-No! El baño no, no me bañes. –Gritó.
-Sí pecosa, vamos. –Le dijo llevándola de la mano.
-No. –Insistió poniendo resistencia.
-Sí. –Le dijo cerrando la puerta del baño y dejando que la tina se llenara.
-No.
-Que sí, Elena. –Le dijo desesperadamente levantando la vos mientras le quitaba los zapatos y el pantalón.
-¡No me pegues, no me pegues! Por favor. –Expresó escandalizada.
-Elena, Elena, tranquila. –Le dijo abrazándola. –Te juro que no te voy a pegar, soy tu amiga Yulia, no te voy a pegar.
-Te quiero.
-Yo a ti, princesa, déjame quitarte la ropa.
-No.
-¿Qué tengo que hacer para que te metas a bañar?
-Entra con migo. –Dijo abrazándola cómo si la tina le provocara un miedo realmente grande.
-Ay Elena, ni siquiera hemos tenido nuestra primera cita y ya quieres quitarme la ropa. –Le dijo en tono divertido mientras se quitaba la falda de la escuela y las calcetas. –Ya estamos iguales ¿Me dejas quitarte la playera?
Lena levantó los brazos sintiéndose cómoda con el trato, Yulia estuvo pronto en ropa interior y juntas se metieron a la tina.
-¿Me prestas tu patito? Le preguntó a la pelinegra.
-Claro que si pecosita, mi pato es tú pato, pero ten, ponte jabón. –Le dijo entregándole una esponja.
-Yo so se.
-Pecosa, no seas ridícula, primero no querías ni que te mirara y ahora quieres que te enjabone,.
Lena comenzó a llorar y se tapó la cara.
-Ay pecosita, eres la niña de tres años con más conflictos del mundo. –Le dijo abrazándola. –Vamos, tranquila, yo te enjabono.
-Gracias bonita
-Eres una chantajista pecosa, a ver, dime porque te da miedo quitarte el pañal.
-Es que pañal bueno.
-No te entiendo. –Le dijo tallándola suavemente con la esponja .
-Yo no quiero hablar.
-Bien, Elena, hagamos un trato, no te voy a pedir que hables, pero si te voy a pedir que confíes en mi, con migo, nada malo te va a pasar nunca.
Lena no dijo nada, pero Yulia supo que había entendido, salieron de bañarse y le puso ropa limpia que había dejado Inessa en una pañalera, las dos se pusieron a pintar el baño con plumones y pinturas, la pelinegra esperaba que su madre tuviera piedad.

Inessa no entendía cómo Yulia podía hacer magia con su hija, pero esta no volvió a usar pañal.

-Mami... ¿Por qué a la pecosita le da miedo que la toquen? –Le preguntó Yulia un día antes de que llegara.
-Creo que Lena no tuvo los primeros 3 años más felices de todos. –Le dijo de manera cortante para que Yulia no siguiera preguntando.
-yo la voy a hacer feliz.

Algun DiaWhere stories live. Discover now