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Equilibrar sus prioridades escuela/Said/Lena, Fue más complicado de lo que se imaginaba, pero quería a Said, y Lena era cómo su hermana, no quería perder a ninguno de los dos, lo único bueno era que a su novio no le molestaba , hasta había desarrollado algo de afecto a su cuñadita, que con el paso de los años se convirtió en respeto, entendía que su mente era un mundo totalmente diferente y que muchas veces se tenía que seguir la corriente de sus ideas para que no se desbordara.

-Ya pues, ya vete. –Le gritó Lena a Said tras 10 minutos de silencio entre los tres, había pasado ya tanto tiempo desde la llegada de Lena a la casa y la de Saida su vida que ambos ya eran parte importante de la historia de su vida.
-No Lena esto importante. –Le dijo acariciándole la cabeza.
-No me toques. –Expresó con mirada malvada.
-No te toco. –Expresó levantando las manos.
-Bien, ya díganme que es tan importante ustedes dos par de adultos.
-Debe llegar mi mamá, pecosita.
-Yulia, Dime Lena. –Le pidió.
-Hum... ¿Cuándo dejé de ser bonita?
-Cuándo me cambiaste por él. –Le dijo apuntándolo sin ni siquiera dignarse a mirarlo.
-Las relaciones de pareja son diferentes.
-Tú me tienes que querer más a mí.
-No seas egoísta Elena.
-Te quiero Yul.
-Ay que linda, y yo a ti, pecosita chantajista.
-Cuéntame porque estoy aquí, hoy iba a salir con Amanda, se va a enojar.
-m... me cambias por tus amigas.
-No, solo por Amanda, tu te la pasas cambiándome por Said.
-Es diferente, Amanda es tú amiga, Said es mi novio.
-Amanda es mi novia. –Contestó sin pensar pero sin aparente arrepentimiento.
-no juegues pecosita.
-No estoy jugando, es la verdad, Amanda es mi novia, asi que tengo todo el derecho de cambiarte por ella.
-Elena, Amanda es mujer.
-Oh! ¿No me digas? –Exclamó sarcásticamente.
-Lena, no sabes lo que dices. –Afirmó Said.
-No te metas tú, Yulia sabía que los niños no me gustaban.
-Cuándo tenías 6 años, ahora tienes 13, la edad que yo tenía cuando te conocí y a esa edad ya te gustan los hombres.
-A mí, no, ya me cansé de sentirme frustrada y echa un mar de dudas, las mujeres son lo mío.
-Yo la entiendo. –Dijo Said mirando a Yulia.
-Tú eres hombre, mi vida, debemos orientar a Elena.
-¡Orientar a Elena, orientar a Elena, orientar a Elena!!!! Es demasiado tarde! –Gritó- Es más! Nunca fue temprano! Los niños no me gustan, nunca me gustaron.
-Elena, tranquila, esto debe ser una etapa. –Dijo Yulia mortificada. -¿Te rechazan los niños?
-Sí, Yulia, me miran feo pero porque les robo a su novia.
-¿Tú? ¿Novia? Me va a dar algo. –Dijo echándose aire con una revista.
-Tranquila mi amor, respira. –Le dijo Said.
-Ay Yulia, no seas tan melodramática.
-Vete Elena. –Exclamó con furia retenida.
-¿Qué?
-Me escuchaste.
-Pero...
-Nos hemos bañado juntas... nos hemos cambiado juntas...
-Ah! ¿Ahora qué quieres decir? ¿Acaso piensas que te deseo? Bah, ni que estuvieras tan buena, además ¡Eres cómo mi hermana! ¡No me gustas! Que idiota eres. –Gritó y salió de la casa golpeando fuertemente la puerta.

-Mi vida, eso no se hace. –Le dijo Said a Yulia.
-Lesbiana! ¡Es lesbiana! No, no, no, es una etapa, sí es una etapa, si, ella no sabe lo que quiere, no, nolo sabe. –Expresó hablando al vacío.
-Yulia, tranquila ¿Era necesario?
-¿Qué?
-Es tu hermanita, la sacaste de la casa.
-Que la consuele Amanda.
-¿Lo dices en serio?
-No, Said, estoy dolida.
-Y ella confundida.
-Ella me confrontó. Descaradamente salió del closet.
-Cuendo es hora de salir del closet no hay nada que se pueda hacer.
-¿Tú cómo lo sabes?
-Tengo un primo.
-Estoy confundida.
-Igual que ella, te ocupa.


-Estoy en casa! –Gritó su madre. -¿Qué es lo importante que querías decirma? –Preguntó entrando a la sala. -¿Y Elena?
-Am... Salió con Amanda.
-Ay esa niña, ¿Quieres que la llame para que escucha lo que tienes que decir?
-Am... no, puedo decírtelo solo a ti y luego decírselo a ella.
-Ok... ¿Qué cosa?
-Este... -Said la tomó de la mano- Mamá, nos vamos a casar.
-Ohh, Felicidades hijita, me da tanto gusto por ti!!!! Mi hija casada! Oh, sí! Eres todo un adulto, mi hija se casa a los 23, mi hija se va a casar!! Oh, tengo que llamar a todos, Susana se va a morir de la envidia. –Dijo con los ojos llorosos mientras bailoteaba por la habitación.
Yulia sonrió. Al menos su madre estaba feliz, ella se encontraba sumergida en un estado de shok.
-Hija, luces apagada ¿Estas embarazada? –Preguntó de improvisto.
-¿he? No, no, claro que no, me caso por amor. –Dijo poniendo su mejor sonrisa y abrazando a su madre.
-Pero díganme. ¿Cómo fue? –Preguntó dichosa.
-Me lo propuso anoche en la cena. –Dijo mostrándole el anillo.
-Oh, es hermoso Sair, eres un encanto.
-Su hija es un encanto. –Expresó tiernamente.
-Creo que voya ir a buscar a Elena.
-Sí, esta bien hija, voy a gritarlo a los 4 vientos. –Dijo saliendo en búsqueda de su agenda telefónica.
-¿Te llevo a la casa de Amanda? –Le preguntó Said.
-Que complicada es Elena, ¿Por qué no puede ser una niña normal?
-¿A que le llamas normal?
-Heterosexual!!! Es una etapa. –Dijo intentando convencerse a ella misma.
-Etapa o no etapa, te ocupa. –Le dijo de forma tranquila y dulce.


-No llores Lena. –Le dijo Amanda mientras la abrazaba.
Lloraba tanto que ni siquiera la escuchó solo la abrazó más fuerte.
-Yulia es una tonta, lo sabes, no vale la pena que llores por ella.
-hise algo muy estúpido. –Dijo apenas audiblemente.
-¿Qué cosa?
-Le dije que eras mi novia.
-Amanda rió- Eso es bastante interesante, pusiste en práctica tu plan para darle celos, no creí que me fueras a utilizar a mí.
-Soy terrible y amo a alguien 10 años mayor que yo.
-No eres terrible. –Expresó de forma cálida. –Eres un encanto. Es solo que para ella eres pequeña y mujer, 2 cosas que te impiden tenerla. –Le dijo mirándola fijamente con sus ojos acqua.
-No quiero quererla.
-Pero la quieres.
-Ay Amanda, no sé cómo me soportas.
-Te soporto porque te quiero, Lena es muy simple.
-No me quieras.
-Muy tarde, ya te quiero.
Lena sonrió y se encontró con sus labios, la besó tiernamente, incluso Amanda pude sentir un poco de alegría por parte de Lena, antes de que se soltara a llorar nuevamente.
-Deja de llorar, Elena. –Le pidió Yulia lo que causó un silencio inmediato entre las tres.
-¿Qué haces aquí? Vete. –Le dijo limpiándose las lágrimas.
-¿Lloras por mi falta de aprobación? –Preguntó.
-¿No es obvio?
-Perdóname Elena, no supe cómo reaccionar y sé que lo hice de la peor manera, perdóname por ofenderte y juzgarte, creo que simplemente era algo que no esperaba, y me da gusto que tu novia te haga feliz. –Dijo tímidamente. –Quiero que seas feliz.
-Seré feliz si tengo tu aprobación, es lo único que necesito, y que no me molestes, me gustan las mujeres, me gusta Amanda. –Dijo a la defensiva.
-Lo entiendo y te respeto.
-¿Aunque no sea una etapa?
-Sí, Said me explicó, me ayudó a entenderte.
-Aun así lo odio.
-Lo sé, yo solo te explico. Dame un abrazo. –Le pidió.


Lena se separó de Amanda y se acercó a Yulia.
-Te quiero Elena, discúlpame.
-Está bien, no pasa nada. –Le dijo sintiéndose aún herida por las palabras de hacía un rato.
-¿Te quedas con Amanda? Tenía la idea de que tú y yo pasáramos la noche juntas, tal vez ver una película...
-Está bien, yo llego a tu casa en un rato.
-Bien. –Le dijo sintiéndose fuera de lugar. –Me voy. –Completó antes de irse.

-¿Por qué no te fuiste con ella? –Le preguntó Amanda.
-Te besé. –Fue lo único que pudo decirle, se sentía culpablemente aprensiva.
-No importa, fue el momento, no pasa nada.
-Sí, mandy, si importa, tú si me quieres y yo nunca voy a tener a Yulia, sé mi novia.
-Suena a que soy tu plan "B".
-No, eres mi plan "A" Amanda, realmente nunca consideré a Yulia. –mintió.
-Me da miedo. –Confesó.
-¿De qué? –Preguntó lo más dulcemente que su hipocresía le permitía.
-De ti, Lena, de ti, porque cuando seas más grande lo vas a volver a intentar y me vas a lastimar, si Yulia te abriera su corazón yo pasaría a ser un cero a la izquierda.
-Claro que no. –Le dijo a unos milímetros de su boca antes de besarla, tenía labios dulces y suaves, besaba bien y con un lindo sentimiento; Amanda de cierta forma le recordaba a Yulia, tenía un lindo cabello castaño que le caía en ondas a media espalda pero que recogía en una cola de caballo, unos ojos grandes y de color acqua que resaltaban con su cabello y tono de piel; Ciertamente en el aspecto físico era distinta a Yulia, incluso sentimental e interiormente pues Yulia era fuerte y amanda débil; sin embargo, ambas eran total y completamente manipulables, con palabras lindas y amables se ponían a su disposición, Quería jugar con amanda, quería tenerla cerca y disponiblepor si su plan con Yulia no funcionaba, sin duda el paso del tiempo y el mantenerse en el closet le había formado un carácter fuerte y frívolo que la mantenía a la defensiva y era por eso que Yulia lograba lastimarla con tanta facilidad.

Esa tarde la pasó con Amanda, ganándose su confianza, haciéndole promesas que no sabía si cumpliría pero que hacían que sus ojos se iluminaran y viera con optimismo.
Al momento de despedirse Amanda le pidió que no fuera, le rogaba con dulzura lo que realmente molestaba a la pelirroja "Solo voy a hablar con ella ¿Qué puede pasar?" Le dijo para tranquilizarla y la dejó en su casa.

Algun DiaWhere stories live. Discover now