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Te amo Yulia.-Le dijo Said mientras la cargaba hacia el cuarto del hotel.
La pelinegra iba agarrada de su cuello, con la cabeza descansándole en el hombro, agotada por la fiesta y resignada por lo que pasaría.
-Yo a ti.-Le dijo con una sonrisa tierna.
Al igual que con la lluvia no podía mantenerse negativa ante algo que debía de pasar y hasta lo disfrutó, imaginaba que esas manos que la recorrían no eran de él, recordando los imaginarios toques de Elena, deseando que esa pequeña la hiciera gritar.


-Tenías razón. – Dijo en vos baja al vacío. –Está dormido. Se levantó de la cama y entró al baño. EL espejo era grande, miró su cuerpo desnudo, tenía mordidas y rasguños que no recordaba cómo se los había hecho, no había sido una experiencia traumática ni negativa, simplemente carente de significado, simple y terrenal sexo.

"Lo hice pensando en Elena, estoy loca" "Es una niña, no puedo corromperla" "Es mujer, soy mujer" "¿Estoy enferma" Se llenó de interrogantes y dudas que casi lograron convencerla de que lo que sentía no era lo que sentía. "Bueno, mejor me hago a la idea de que ella no me ama, de seguro le gusta alguien joven, desearía ser menor" Pensó antes de salir hacia el cuarto nuevamente.



Lena miró el reloj, eran las 9 de la mañana y Domingo, su madre ya no estaba junto a ella así que iría a despertar a Larissa para no desayunar sola, el primer Domingo desde hacía 10 años que no desayunaba con la pelinegra, todas sus esperanzas desaparecieron y se resignó.
Se metió a bañar y pudo ver cómo sus rizos tomaban forma nuevamente; ya vestida, bajó las escaleras y vio a su madre en el sofá.

-Mami, mami, te quedaste dormida, tienes que ir a trabajar. –Le dijo sacudiéndola. –Mamá, despierta, ándale, mamá! –Gritó aún sacudiéndola.Cada vez era más complicado despertarla. –Mamá, mami, despiértate. –Le pidió sin recibir respuesta

Sobre la mesa había un sobre que decía "Lena"
La pelirroja lo vio y una onda de terror le atravezó el cuerpo.
-Mamé! Mamá! Mamá! Mamá! Mamá! –Gritó lo más fuerte que sus pulmones le permitieron. –Mamá! Despierta! No me hagas esto! Mamá! –Temblorosa marcó los 3 números para emergencias.
"Quiero una ambulancia, mi mamá no respira" Dijo en un llanto escadalizado.
Tras darle la dirección colgó y siguió gritándole a su madre que despertara
No pasó mucho antes de que llegara Larissa, alarmada por los gritos.
-¿Lenita? ¿Estás bien?
-No! Está muerta! ¡Muerta! –Le gritó desesperada antes de desmayarse.
Se despertó en la ambulancia, Larissa estaba con ella y le daba la mano. –Tranquila, pequeña, todo va a estar bien.
-No, no va a estar bien, nada, nunca. –Dijo desecha antes de que la sedaran.

Tuvo un sueño; estaba desnuda en un lugar desierto, había mucho viento y hacía mucho calor, de la nada apareció ella misma pero pequeña y se le acercó. –Hola Lena. –Le dijo, pero ella no contestó nada.
-¿Por qué no traes ropa? –Le preguntó la pequeña.
-Porque ya no tengo nada. –Contestó.
-¿Y vas a quedarte desnuda por siempre?
-Espero que no.
-No estés triste.
-¿Por qué no? Estoy en todo mi derecho.
-Tienes que ser fuerte, estás sola. –Le dijo y desapareció.
No supo cuanto durmió, pero en el sueño simplemente estuvo sola, de pie y sin ropa.


Su teléfono sonó 2 veces, debía de ser una emergencia si la estaban interrumpiendo en su luna de miel.
-¿Qué pasa? –Preguntó en un bostezo.
-Ay, hija, perdón por interrumpirte, pero no sé que hacer.
-¿Está todo bien?
-No. –Dijo llorando.
-Tranquila, mamá ¿Estás bien? ¿Elena está bien?
-Sí, sí, es Inessa, está muerta.
Yulia guardó silencio incrédula.
-Hija, dime algo.
-¿Cómo está Elena? –Preguntó con ansiedad.
-Dormida, la sedaron, está destrozada.
-Ay, no, mi bebé. ¿En qué hospital están?
-En el general.
-Estoy allí en dos horas máximo, sí Elena despierta dile que no me tardo.
-Ay, hija, perdón.
-No te preocupes mamá, hubiera sido peor si no me avisabas, intenta tranquilizarte, se fuerte.
-Sí hija, nos vemos. –Le dijo y colgó.

-¿Qué pasa Yul? –Le preguntó Said.
-Regreso a casa, Inessa murió.
-Ay Dios, ¿Y Elena?
-La durmieron, tengo que llevármela, es mia.
-Vamos antes de que llegen servicios infantiles, no te la pueden quitar.
-Gracias. –Le dijo Yulia poniéndose ropa.
Said tomó su teléfono y comenzó a hacer llamadas.
-"Sí, ya sé que le deben poner en un lugar adoptivo" –Decía al teléfono mientras manejaba rápido. "Lo que quiero es que ese hogar adoptivo sea mi casa" "Sí, si es posible por que estoy casado con Yulia" "Sí, queremos que sea nuestra" "Claro que si vamos a pasar la prueba del trabajador social" "No importa, ya vamos para allá, que nadie la toque" "No, solo tenía a su madre" "No me importa, la queremos nosotros" "Claro que estamos listos para esa responsabilidad, de lo contrario no estaríamos discutiendo" "No, escúchame, que nadie la toque, nadie, que Larissa este junto a ella, y ya" "¡Es una orden! Elena es nuestra" Gritó y colgó.
-¿Qué te dijeron? –Preguntó Yulia.
-Todo va a estar bien, vamos a pedir su custodia, conozco personas que van a lograr que así sea.
-¿Me vas a ayudar?
-Claro que sí, soy tu esposo, te amo y sé que Lena es demasiado importante.
Yulia lloraba triste y tranquilizada a la vez, quería llegar con Elena.
*

-Elena, princesa, levántate, vámonos de aquí. –Escuchó entre sueños lo que la despertó.
Aliviada abrió los brazos y Yulia la abrazó.
-¿Qué haces aquí? –Le preguntó.
-Vine a estar contigo.
-Pero... tú luna de miel.
-El sexo ininterrumpido no es tan divertido como dicen.
Lena sonrió y luego volvió a ponerse seria. –Te necesito, te necesito para no quedarme desnuda por siempre.
-Me tienes, aquí estoy, nada te va a pasar, acabo de hablar con la trabajadora social, puedes venir con migo.
-¿A casa de Larissa?
-No, mi vida, a mi casa.
-Mi mamá me dejó algo escrito, ¿Dónde está?
-Aquí, nadie lo ha leído, lo trajeron para que lo leyeras si ese es tu deseo.
Temblorosa abrió el sobre, era blanco, nada especial.
"Perdóname bebé, de verdad que nunca quise causarte daño, te quiero demasiado, no lo olvides."
Lena hiso bola el papel y lo lanzó.
-No me ama, me dejó aquí sola, se mató.
-Eso no lo sabemos hasta que terminen los análisis.
-Se mató, sus medicinas siempre fueron una tentación.
-Tal vez fue un accidente.
-No la justifiques, Yulia.
-Bien, vámonos de aquí.
Lena le dio la mano y salieron del hospital, Said pagó la cuenta y se dirigieron a la casa.
Silenciosamente se mantenían pensativos.
-De seguro me odias. –Dijo Lena rompiendo el silencio. –Ni siquiera casándote con ella te puedes deshacer de mi.
-Claro que no te odio, Lena, no me imagino ni siquiera un poco cómo debes sentirte, cuentas con nosotros para todo.
-Sí Lena, no te voy a dejar sola.

La pelirroja comenzó a llorar, todo estaba pasando demasiado rápido, nada tenía sentido.
-Llora.- Le dijo Yulia abrazándola.


La casa era un lugar de buen tamaño, 3 cuartos y grandes espacios abiertos, pero Lena no lo notó, Yulia la acomodó en un cuarto con una cama matrimonial, cerró las cortinas y se recostó junto a ella.
-¿Dónde está Said? –Preguntó después de un tiempo, no estaba segura de cuánto había pasado.
-Con mi mamá, preparando todo. –Le dijo Yulia un poco molesta consigo mismo apor tener que usar la palabra "mamá".
-wow, un velorio para 4 personas. –Dijo secamente. –Mejor entiérrenla ya.
-No solo son 4 personas, van a ir sus compañeros de trabajo, la familia de Said y nosotros.
-Me muero de ganas de que me vean con ojos de lástima.
.Mira, Elena, si no quieres ir, me quedo contigo, pero es tú mamá, y en algún momento de tu vida te vas a arrepentir.
-Abrázame más fuerte. Por favor. –Le rogó.
-Nada te va a pasar.
-Tengo que hablar contigo, es que, nada va a estar bien.
-¿Por qué lo dices?
-Por que el que mi mamá esté muerta no quiere decir que mi papá lo esté.

Algun DiaWhere stories live. Discover now