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-Negativo, negativo, negativo, negativo NEGATIVOOOO. –Gritó Yulia al ver el resultado de su prueba de embarazo.
-Tranquila mi amor.
-¿¡Cómo quieres que me tranquilice?!
-Tal vez sea el momento de utilizar algún método diferente, no se... ver a un médico.
-¡Yo tengo que poder! –Gritó.
-¿Qué tal si yo soy el problema? –Preguntó Said.
Yulia guardó silencio un momento. -¿Y si soy yo?
-Ay mas formas de tener un bebé.
-¡No! Agosto. –Dijo lanzando una prueba de embarazo negativa. –Septiembre. –Gritó lanzando otra. –Octubre, noviembre, diciembre, enero, febrero, marzo, abril, mayo, junio, julio. Oh, agosto de nuevo. –Rió irónicamente al ver las pruebas. –Septiembre, octubre, noviembre, diciembre, enero, febrero, marzo, abril, mayo, junio, julio ¿Y adivina qué? Agosto de nuevo!!!!! Octubre, noviembre, diciembre!! ¿Cuántos agostos más? –Dijo burlándose de ella misma por haber guardado las más de 20 pruebas de embarazo.
-Quiero un bebé! Quiero a Elena! Hace tres días que no sé nada de ella.
-Ya no estás hablando del bebé. –Dijo al escuchar la puerta. –Ahora vengo.
-¡Ábreme la puerta, Yulia Volkova! Sé que la tienes aquí. –Se escuchó desde afuera.
-¿Qué? –Preguntó la pelinegra corriendo a la puerta y abriéndola.
-¿Tú eres Yulia Volkova?
-Sí, ¿Y usted?
-Soy Sergey Katin, entrégame a mi hija en este momento y no levantaré cargos.
-¿Perdió a Elena? ¿Cómo pudo? –Preguntó con indignación ensayada.
-No me salgas con que no sabes. La niña no iría a ningún lado que no fuera aquí.
-Se equivoca, aquí no está, puede pasar y buscar, yo no la tengo, al parecer está escapando de los dos. ¿Qué le hiso?
-Nada.
-Vallase de mi casa, no puede acusarme de nada, no sé nada, no la tengo. –Gritó y cerró la puerta.
-¿Qué sabes de Elena? –Le preguntó Said en vos baja.
-Se escapó, espero que esté bien.
-¿Sabes dónde está?
-Es un secreto, mío y de ella.
-Yulia, pueden meterte a la cárcel.
-No, por qué no sé dónde está.
-Pero acabas de decir que sabes.
-No sé de que hablas.
-Bien, espero no nos metas en un lio grande.


De: Yulia.
Para: Elena.
Asunto: ¿Dónde estás, corazón?
Por favor, en cuanto tengas oportunidad, contéstame, ya supe que tu fuga funcionó, pero me tienes con el corazón en la garganta, necesito saber si estás bien, afuera de mi casa hay policías vigilándome, y anoche revisaron la casa entera, me gustaría que te hubieran encontrado debajo de mi cama, así sabría si estás bien.
Por favor, contéstame pronto. Feliz navidad.
*
De: Yulia.
Para: Elena.
Asunto: Dame una razón para no buscarte.
Ya pasó un mes, no sé nada de ti, me había abstenido de mandarte mails, tu sabes... por si me están rastreando, pero ya no hay vigilancia afuera de mi casa, cuando se dieron cuenta de que solo salgo de aquí para ir a bobos desayunos con mi suegra y a llorar en casa de mi madre, al fin cayeron en cuenta de que yo no tengo ni idea de dónde estás.
Anoche me desperté llorando, Said dice que gritaba tu nombre, no me acuerdo, solo sé que no pude quedarme junto a él en la cama por qué me dolía hasta el contacto de las sábanas con mi piel, me puse a ver televisión en la sala y caí en cuenta de que si no sé nada de ti pronto, definitivamente voy a volverme loca.
Estoy muy triste pequeña, ya han pasado más de tres años, no sé si pueda aguantar más.
*
De: Lena.
Para: Yulia.
Asunto: Ya puedes respirar, estoy bien.
Yulia, estoy tan afligida cómo tú.
Tengo tantas cosas en la cabeza que no sé ni siquiera que decirte.
A ver, am... llegué bien, estoy sana... estuve escondida por 3 días en el convento antes de salir a la calle, la madre superior me dijo que ocupaba aportar algo al convento y que había hablado con un padre de la localidad para que me buscara algún trabajo, estoy yendo a una escuela religiosa, todos son medio apáticos, pero al fin yo, soy mía. Estoy escribiéndote desde mi clase de computación.
En las mañanas me levanto a las 5 y vendo periódicos, me cuesta mucho trabajo llegar a la escuela, me la paso viendo el reloj, no puedo quitarme de allí hasta que los vendí todos, un par de veces he tenido que comprar yo misma el último ejemplar, después de la escuela me gusta salir, al fin el mundo no está rodeado de 4 paredes, pero te mentiría si te dijera que no pienso en ti, lo hago a diario.
Me siento tan... desprotegida. Extraño a mi mamá y te extraño a ti.
Sigo llorando de noche, llorando de odio, odio a Sergey, todo es su culpa, lo odio.
Para escaparme le tenía que demostrar a Alejandra que él era malo, y lo logré, todo lo que decía mi madre era cierto, pero era mucho peor, descubrí que había una cámara en mi habitación...
Me da asco, estoy mejor sola.
Te quiero mucho, perdón si ahora no soy tan buena y rápida contestando mails, pero estoy bien.
*
Lena presionó "Enviar" y sonrió.
-No creo que las diapositivas de Power point sean divertidas. –Le dijo la maestra de computación.
-Perdón, Madre Anahí, es solo que me da risa que nunca puedo elegir entre el azul marino y el negro de fondo.
-Es fácil, solo escoges el azul marino, el negro es muy obscuro.
-Creo que ese es el punto, Madre Anahi.
-No, Elenita, escoge el azul marino.
-Bien, azul marino será.
Elena salía todos los días de la escuela a las 3 de la tarde, ese día era martes, había escogido los días martes para ir a la lavandería, así que llevaba su ropa sucia en un cesto junto con su bolsa de jabón en polvo, esto no le tomaba más de dos horas, y cuando volvía al convento, ya tenía su ropa limpia.
-No puedo creer que si metas tu ropa en dos cargas, yo nunca le hice caso, meto todo en la misma. –Dijo la chica de rizos negros al sentarse junto a una Lena distraída.
-Rebecca!! –Gritó al mirarla.
-¿Cómo estás? –Le preguntó riendo.
-Oh, esto es terrible.
-Lo se, pero vas a estar bien.
-Ay, pero, dime ¿Qué has hecho? ¿Cómo estás?
-Bueno, mi historia es larga y complicada, vengo a verte por que tienes a Alejandra y a las demás, muy preocupadas por ti, les escribes cosas muy cortas y concretas.
-m... pues hasta hoy le mande un mail a Yulia.
-Estas siendo extremadamente cuidadosa, ¿Estás segura de qué es lo correcto?
-¿Alejandra te contó de mi papá?
-Sí, ese cerdo... ¿estás bien, muñeca?
-Me siento muy mal de pensar que me utilizó, desde pequeña, a mí, su hija.
-Después de todo, los lazos sanguíneos no son tan importantes, ¿cuándo vas a ver a Yulia?
-Ya ni se, comienzo a sentirme desilusionada.
-No te frustres, ella te ocupa tanto cómo tú a ella.
-¿Cómo está Natalia?
-Embarazada.
-¿he? Pero... ¿ya no está contigo?
-Sí, está conmigo.
-¿Entonces cómo...?
-Un hombre... la agarró mientras iba de camino al departamento en el que vivimos le dijo que le iba a quitar lo lesbiana.
-Ay... Dios...
-Se suponía que yo la acompañaría a casa, pero tuve que quedarme más en el trabajo, nos aumentaron la renta... cuando iba hacia allá vi que alguien estaba tirado en el suelo y cuando me acerqué me di cuenta de que era mi Natalia, estaba llorando, la cargué hasta la casa y la metí en la regadera, estuvo varios días sin hablar y cuando me habló al fin dijo que ella no era digna de mí, me contó todo y yo le dije que no era su culpa... un par de meses después ella comenzó a tener ascos y antojos...
-¿Van a quedarse con él bebé?
-Lo discutimos mucho, no en forma de pelea, solo... lo hablamos, ambas creemos que un bebé es lo único bueno que salió de la violación.
-¿Se lo van a quedar?
-Sí, ese hombre nos regaló un bebé, no lo vamos a matar ni dar en adopción, me preocupaba que Natalia lo pudiera ver con cierto odio, pero hace unos días la descubrí hablándole a su estómago, contándole lo buena que era yo, cómo íbamos a vivir, haciéndole saber lo maravilloso que es. –Dijo con una sonrisa. –Tendré que trabajar más, pero... está bien, todo sea por mi hijo.
-Eres tan... quiero ser cómo tú.
-Ay no, Lena, soy un caos, duermo 4 horas, no he podido estudiar... tomate las cosas con calma.
-Voy con calma, es solo que al escuchar tu historia, siento como si yo no tuviera un propósito para escapar.
-Lena, nosotras fuimos las estúpidas, es decir, lo volvería a hacer, soy tan feliz con ella, pero en nuestra casa nos trataban bien, no teníamos porque dejarla, tu vivías con un pederasta que te usaba como conejillo de indias sexual, antes pienso que te tardaste en irte.
-Sí, en eso tienes razón, pero no sé cómo sentirme respecto a Yulia.
-El tiempo dirá las cosas, ella te ama, ¿No?
-Sí, eso dice ella.
-¿Y tu?
-Ella es lo que me mantiene viva.
-Entonces vas por buen camino.
-¿De verdad piensas eso?
-Sí, ven, quiero que conozcas a Naty. –Le dijo tomándola de la mano.
Lena fijó su mirada en la chica, era muy bonita, se veía más joven que ella, su cabello ondulado era mayormente castaño pero unos mechones rosas y rubios ocupaban la capa inferior, su piel blanca contrastaba con su mirada café y sus grandes ojos la volvían armónica, traía sus uñas pintadas de un color violeta que le empalidecía las manos sobre el vientre abultado, debía de tener unos 6 meses, llevaba una playera larga, el pantalón de mezclilla desabrochado pues ya no le cerraba y unos tenis cerrados que parecían que estaban a punto de romperse, hasta ese momento se dio cuenta de que Rebecca tenía el mismo aspecto descuidado y entendió lo que le quiso decir Alejandra con lo de "Ropa que aguante la mala vida"
-bebé, ella es Lena. –La presentó.
La pelirroja le estiró la mano pero Natalia la abrazó. –He escuchado mucho de ti, siento que te conozco.
-Yo también. –Dijo correspondiendo el abrazo. –Que rico hueles. –expresó sintiéndose un poco extraña por decirlo.
Natalia rió.
-¿Ves? Te dije que no me lo estaba inventando, hueles delicioso. –Alegó Rebecca.
-De seguro le dijiste que me dijera. –Expresó con una sonrisa tan dulce cómo su aroma.
-Claro que no, es la verdad. –Dijo Lena sonriendo.
-Bueno, de seguro Michelle es responsable de eso.
-¿Michelle? –Preguntó la pelirroja.
-Sí, nuestro bebé, Michelle es nombre de niña y de niño. –Aclaró Rebecca.
-Además es un bonito nombre. –Completo Natalia.
-Que bonitas son. –Dijo riéndose de sus propias palabras. –Es decir... ay no se lo que quiero decir, las invito a comer, en lo que sale mi ropa de la lavadora, conozco una cafetería aquí a la vuelta.
-Ay no. –Dijo Natalia. –Como cómo si fuera 3 personas, no quiero que gastes.
-Bah, no tengo en quien gastar mi dinero, déjenme alimentar a Michelle, es más, no les estoy preguntando, les estoy diciendo. –Dijo tomándola del brazo y caminando con seguridad.
De: Lena.
Para: Yulia.
Asunto: Encontré un ciber-café que cuesta barato y que te regala una taza de café por cada hora que pasas allí ¿Por qué nade me dijo que él café causaba adicción?

Hola Yuli, hoy me conecté esperando que me hubieras respondido, ¿Está todo en orden?
Tengo muchas cosas que contarte, hace unos días estaba lavando ropa cuando llegó Rebecca, ¿La recuerdas? Es esa chica con la que comparto intereses, la que se escapó hace un tiempo, para estar con su novia, ¿Qué crees? Natalia (su novia) está embarazada, es una historia triste, la violaron por lesbiana :/ me da miedo ser lo que soy, no sé qué haría yo a mi edad, Natalia es un par de meses menor que yo pero se ve mucho mas menor, no sé cómo un año o dos, y al mismo tiempo la veo realizada como mujer al hablar de su bebé, lo llaman Michelle, no saben si es niña o niño, por eso le pusieron un nombre "unisex" son tan lindas, no sé cómo le vayan a hacer, bueno, Rebecca dice que tiene ahorros, que ya no han comprado nada que se les antoje, solo lo más elemental y alguno que otro capricho que Natalia dice que si no le cumplen morirá, dice que el embarazo la vuelve exagerada y dramática, Rebecca dice que desde antes del embarazo ella ya era exagerada y dramática, me hicieron reír mucho, me contaron que han comprado ropa de bebé en unas tiendas de segunda mano, en colores neutros y pañales y que también encontraron una clínica gratuita, ese era su mayor preocupación ¿Dónde iba a nacer su hijo? Dicen que la clínica tiene un aspecto poco agradable, pero que la doctora es muy agradable, dicen que allí no hay máquinas de ultrasonido, y que por eso no saben si es niña o niño, Natalia tomó Ácido Fólico, así que esperan que este sano y dicen que su corazón se escucha fuerte, ay no, deberías verlas, se ven dichosas.
Cuéntame cómo te va a ti con lo del bebé.
Te quiero mucho, espero respuesta tuya, la madre superior ya me deja salir más a la calle, buscare algún segundo trabajo para no tener tiempo de llorar.
*

-¿Cómo es posible que una niña, sí, una niña, tenga la dicha de ser mamá y yo no? –Dijo enojada tras contarle de Natalia a Said.
-No te lo tomes personal, Lena no sabe que te lastima contándote cosas, no le has dicho nada de eso ¿Cierto?
-No, ella no sabe.
-Díselo, dile que te lastima.
-¿Por qué no puedo tener bebés?
-No lo sé Yuli, mañana mismo me entregan los exámenes, para saber si el problema soy yo.
-Eso no me va a hacer sentir mejor.
-Pero te va a dar la respuesta y la solución.
Yulia lo abrazó y le dijo que lo amaba.
De: Yulia.
Para: Lena.
Asunto: Que envidia.
Yo no puedo tener un bebé, no sé por qué, y te juro que me da mucho coraje que una adolecente tenga la dicha y yo no.
Te extraño mucho, pecosita, me haces falta, comienzo a dejar de sentirme mujer, ¿por qué no puedo ser mamá?
Por otro lado, me da mucho gusto que tengas amigas, y que te la estés pasando bien, porque yo, en lo personal, estoy miserable, me quejo de todo.
No se que más decirte, solo que espero que tu papá, algún día, se pudra en prisión por todas las cosas que ha hecho, te extraño, escríbeme en cuento puedas, leerte me tranquiliza un poco.
*
Presionó "Enviar" y se quedó dormida, había pasado esas últimas semanas dormida o pensando en el momento de irse a dormir, levantándose para intentar tener un bebé...
Sintiéndose miserable consigo misma, las horas dejaron de pasar para ella, una soledad que no entendía.

Algun DiaWhere stories live. Discover now