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-No, Doctor, tiene que estar equivocado, por favor, vuelva a revisarlo.
-Pero, señor, usted no tiene ningún problema para procrear, debería estar contento. –Contestó el médico contrariado por la reacción de Said.
-Es que... usted no lo entiende, si no soy yo el problema, quiere decir que es mi esposa, y estoy seguro de que la noticia la va a poner muy mal.
-Puede que su esposa esté bajo mucha presión, ¿Por qué no la trae y hacemos unos análisis?
-Automáticamente se va a culpar asimismo cuando sepa que yo no soy el problema.
-¿Su esposa lo culpa a usted?
-No, de hecho se culpa a ella misma.
-Entonces no creo que haga mucha diferencia.
-Claro que sí, usted no la conoce, creo que ni siquiera yo la conozco, me muero de ganas por verla contenta de nuevo... cómo cuando nos conocimos, antes de que se llevaran a la única persona que la hace sonreír, Dios... necesitamos a Elena.
-Creo que usted y su esposa deberían ver a un psicólogo, tal vez él pueda ayudarlos, por lo pronto, lo primero que puedo recomendarle, es que traiga a su mujer, le haremos unos estudios y podremos determinar la causa.
-Está bien, haber que consigo.
Said salió de los consultorios sintiéndose mal consigo mismo, deseaba poder tener un bebé con Yulia, no la dejaría aunque ella fuera el problema y necesitaba la fuerza para hacerla entender que no importaba él método, ella tendría su pequeño propio.
Se subió al auto y condujo de forma lenta, observó a una pareja con sus hijos y a una madre con pequeño en una tienda de mascotas, en el parque estaba un hombre con su hija, comprando ese helado antihigiénico que venden en un carrito que no sabes si está limpio, y de pronto pudo sentir, en un grado leve, la frustración de su esposa.

-Mi vida, estoy en casa. –Dijo sin esperar respuesta, pues hacía casi un año que a Yulia no le importaba si llegaba o no.
-Ah que bien. –Se escuchó desde la sala.
-¿Estás despierta?
Yulia rió. –No, estoy en los brazos de Morfeo.
-¿Quién es ese? –Preguntó para hacerla reír y lo logró.
-¿Cómo te fue en el trabajo?
-Bien, ¿Tu que hiciste el día de hoy? –Le preguntó sentándose junto a ella, no recordaba la última vez que la había visto peinada y con ropa que no fuera el pijama.
-Tu madre me llamó y me invitó a desayunar, así que fui con ella, luego fui con mi mamá y lloré como psicópata mientras me abrazaba, luego comí de su pastel imposible y me sentí mejor, luego vine a la casa y me puse a leer e-mails de Elena, eso me alegra siempre, no sé cuánto me dure este "lapsus" de buen ánimo.
-Me gusta verte de buen ánimo.
-Lo sé, perdón por ser una terrible carga.
-No seas ridícula, no eres una carga, eres mi mujer.
-Said, se que tú no eres el problema, ¿Sabes? Yo, cómo mujer, no se... puedo sentir que yo soy lo que anda mal en el asunto del bebé. Quiero hacerme análisis, quiero intentar todo lo que esté en mis manos para poder salir de esta situación, pero si no puedo tener un bebé mio... creo que mejor no quiero un bebé.
-Mi vida, podemos adoptar.
-No puedo querer a un niño que no sea mío.
-Bien... te entiendo, vamos a ver al médico mañana. –Le dijo pasándole la mano por los hombros.
-Gracias.
*

-No lo entiendo, Rebecca, ¿Por qué no me lo dijo antes? Pude haber cuidado lo que yo decía.
-Lenita, tranquila, es obvio que Yul no quería afligirte.
-Sí, lo hiso para que no te sintieras mal, Tengo entendido que no iban a hablar de sentimientos ¿No? –Interrumpió Natalia entrando a la sala con 3 vasos, leche y galletas.
-Quiero ir con ella en este momento.
-No. –Dijo Natalia. -Mira, no te puedo dejar ir... si te encuentran en casa de Yulia, la acusarán de secuestro, y no hay poder humano que la salve de prisión, no puedo permitir que te arriesgues a verte en la necesidad de volver con ese hombre. –Dijo sonando como una madre.
Lena sonrió. –Está bien, está bien pero... ¿Qué le puedo decir?
-Mira, tu tranquila, dile que estas con ella, recuérdale algún momento de tu infancia que recuerdes, aunque no haya sido relevante en el que ella te haya hecho sentir mejor. –Le dijo Rebecca sentándose junto a Natalia y acariciándole el estómago.
-Siempre haces que se mueva. –Dijo Naty sonriendo en un suspiro.
-¿puedo? –Preguntó Lena.
-Ay claro que sí. –Le contestó tomándole la mano y llevándola a su vientre. –Apriétale, anda, si no, no se va a mover. –Le reclamó.
-Siento que te lastimo. –Dijo intimidada.
-No, para nada.
-Ay, se mueve! –Exclamó sonriendo, puso las dos manos en el estómago y pegó cara al instante justo para sentir la patadita en su mejilla. –Qué hermoso...
-Lo sé, es algo sumamente perfecto.
-sí, Dios... Hola, bebé, soy tu tía Lena. –Dijo tiernamente hablándole al estómago.
Natalia sonrió al mismo tiempo que Rebecca.
-Será mejor que me valla, no voy a alcanzar a llegar al convento, se está haciendo tarde y las madres cierran exactamente a las 8 de la noche, pero las voy a seguir visitando.
-Me parece perfecto.
-solo vivimos a una hora y media de distancia, sería tonto si no lo hiciera, además estando con ustedes es como si le pusiera "pausa" a mis problemas.
-Puedes venir y ponerle pausa todo el tiempo que quieras. –Le dijo Rebecca. ¿Quieres que te acompañemos a la estación del tren?
-No, yo puedo sola, cuida a tu esposa, nos vemos pronto, "adiós Michelle". –Completó en un tono meloso.
Salió del edificio de apartamentos y caminó a la estación del tren, aún tenía tiempo para llegar, pero quería pasar al ciber-café a mandarle el mail a Yulia.

De: Lena.
Para: Yulia.
Asunto: Yulia, te amo.

Al demonio, hablemos claro, nada de ocultarnos cosas, te amo, me amas, estas casada y me duele, me duele mucho saber que en la noche, cuando tienes frio él está allí para hacerte sentir mejor, es un hombro en el que puedes llorar... te ama, aunque tu digas que no lo amas.
Si me hubieras dicho que no estabas pudiendo tener bebé, te habría comprendido, cariño, dime cómo te sientes, desahógate, quítate todo ese peso que tienes encima, es muy probable que yo no pueda decirte nada que te sirva mucho, pero el simple hecho de contar tus problemas te va a hacer sentir mejor, yo lo sé porque tengo a Rebecca y a Natalia que me escuchan, pero por lo que tú me has contado, no tienes a nadie, y no por qué no puedas, sino porque no quieres, y está bien, si no quieres tener amigos, no importa, pero no me trates cómo si yo no fuera nada, ¿Recuerdas esa noche en la que me diste el mejor beso de todos? Te pedí que me trataras como si yo fuera grande, te lo pido de nuevo, trátame como si tuviera 18 y tú 22, quiero la confianza de esa noche.
Te amo, y por favor, no omitas nada.
*

-Me es muy difícil tener que decirle esto señora, pero...
-No sirvo. –Contestó Yulia.
-Es estéril, no puede tener bebés.
-No sirvo. –Repitió.
-Tranquila, mi amor, si sirves. –Le dijo Said.
-No ¡No sirvo! ¿¡Para que soy mujer?! ¿Por qué? ¿Por qué soy una mujer que no sirve? ¡¿Cuál es el propósito de una mujer si no puede tener hijos?! –Gritó llorando.
-¿No hay algún tratamiento...? –Preguntó Said al médico con su esposa en brazos.
-No, lamento informarles que no hay nada que se pueda hacer.
-Gracias Doctor, no lo molestaré más. –Dijo Yulia poniéndose de pie y saliendo del consultorio.
De regreso a casa se fue llorando en silencio.
-Yulia, mi vida...
-¡Cállate! –Le gritó al entrar en la casa.
Junto a la puerta había un jarrón de porcelana pintado con flores, en un movimiento intencional lo tiró y sonrió al sonido de la pieza partiéndose en mil pedazos, caminó por la casa y tiró los cuadros a su paso, volteó las mesas que contenían las lámparas de la sala y caminó sobre los trozos rotos de todos los adornos que se iban cayendo, una risa demente se apoderó de ella, entró al baño de su cuarto y tiró todos los productos de belleza que tenía en el tocador, levantó la mirada y se encontró con su reflejo al espejo; "Te odio" se dijo asimisma lanzando uno de los soportes para mantener la puerta abierta y sonriendo al ver cómo el espejo se destrozaba al instante
-Yulia, tranquilízate!! –Le gritó al verla con intensiones de continuar con su arranque de ira y la abrazó, Yulia se quebró en sus brazos y lloró toda la noche, incluso cuando el agotamiento venció a Said.
Se levantó de la cama, tanto llorar la había dejado con sed, caminó a la cocina, pisando los pedazos rotos que se clavaban en sus pies y se sentó a la mesa, su laptop estaba abierta, y revisó sus mensajes.
De: Yulia.
Para: Lena.
Asunto: Ay Elena, mi amor, sálvame de mi.
Hoy fui al doctor, me confirmó, que no puedo tener bebés, no sé cómo deba de sentirme, estoy muy mal, quiero morir, hace un rato estaba pensando en quitarme la vida, pero algo no me lo permitía y me di cuenta de que no puedo morir porque ocupo verte y sé que en cuanto te vea, las ganas de morir se me van a quitar, eso fue reconfortante, saber que aun tengo una razón para estar viva, me di cuenta de que el mundo no se puede detener por mí, y no voy a dejar que esto me arrastre hasta el fondo, cuento los días para verte, dejemos de pensar en cuanto llevamos sin vernos y comencemos a pensar en cuanto nos falta para estar juntas.
Sé que tu quieres que te cuente más cosas, pero, no quiero revivir la horrible tarde que tuve, ya te conté lo más elemental, te amo. Pórtate bien y por favor, cuídate mucho.
*
¿Entonces no puede tener bebés? ¿Es definitivo? –Preguntó Natalia sintiéndose mal por Yulia.
-Eso parece, eso le dijo el médico, así que ay... les juro que no se que decirle, creí que yo podría soportar sus problemas, pero al leer lo que ella me mandó, me rompí, es decir, no estaba preparada, creí que eran cosas menos... angustiosas, menos fuertes.
-Ahora entiendes por que ella te omitían cosas. –Le dijo Rebecca.
-Si, lo entiendo, pero no puedo mandarle un mail diciendo "Mi amor, me estresas, deja de contarme tu problemas por que no se que decirte"
-No, pero tampoco puedes jugar a ser gente grande.
-¿he?
-El que tengamos responsabilidades, y todas esas cosas de gente grande, simplemente estamos jugando, somos jóvenes.
-Bien... supongo que si estamos jugando a ser gente grande, pero no tenemos tiempo de ser adolescentes, ustedes lo saben, están por ser madres.
-Bien, ¿Qué quieres hacer?
-Quiero saber que decirle.
-Ay Lena, ¿Cómo quieres que sepamos?
-No lo se. –Dijo empezando a llorar.
La pelirroja se había escapado de la escuela en el momento en que leyó el mail en su clase de computación, angustiada llegó a la estación del tren, se vio en un dilema, queria ir con yulia ne ese momento, abrazarla y decirle que todo estaria bien, ansiosa de que las palabras de consuelo llegaran a su mente y asi saber que decirle, pero se dio cuenta de que ella misma no podía contolarse y fue a dar nuevamente a casa de Rebecca.
-Quiero aprender a ser gente grande y asi saber que decirle.
-¿Por qué no comienzas diciendole simplemente cómo te sientes respecto a su problema y le das ánimos, dile que el mundo no se acaba y que pronto se van a reencontrar.
-Eso me parece bien.
*
De: Lena.
Para: Yulia.
Asunto: Te amo.
Yulia, me da mucha tristeza saber que la estas pasando tan mal, te juro que lo único que quiero es que todo sea perfecto para ti, es solo que no se cómo hacerlo.
¿Sabes? Tú me mantienes viva a mí.
Honestamente no se que decirte, solo que si pudiera hacer algo al respecto lo haría.
Puedo pensar en un millón de cosas que quiero hacer, quiero jugar a ser gente grande y llegar a tu casa, decirte que te amo y dejar a Said afuera... o robarte... o abrazarte... o simplemente respirar en la misma habitación que tu, me haces mucha falta.
*
De: Yulia.
Para: Elena.
Asunto: yo sabía que te preocuparía.
No quiero que te pongas mal por mi culpa, nena, no me agrada la idea, te quiero demasiado, pero también estoy consciente de que has tenido tus grandes dosis de realidad, por eso quise contarte, tú... mi única amiga.
Hoy estuve meditando con mi madre, esto no me va a detener, deseo mucho un bebé, pero no puedo tenerlo, asi que voy a concentrarme en cosas mas que si pueda hacer, como trabajar, o no se... lo que sea, tal vez sea momento de usar esa subscripción al spa que me regaló mi suegra.
Te amo.
*
De: Lena.
Para: Yulia.
Asunto: tú única suegra es mi mamá y ella te regaló un diccionario, ponte a leerlo!

(inhalo, exhalo) ya, ya tuve mi momento de capricho adolecente. Perdón por explotar, bueno, no me viste indignarme, así que no tiene el mismo efecto para ti que para mi.
No tengo idea de por que no puedo tocar el tema de tu intento de tener bebé, siento que va mas allá de mi conocimiento :S perdón.
¿Qué vas a hacer ahora que no tienes que andar de ninfómana? ¿Seguirás de ninfómana? ¿Puedes pensar en mi mientras eres ninfómana? ¿Te parece una petición muy enferma? Te amo. Quiero verte.
El otro día Rebecca dijo que somos adolecentes jugando a ser gente grande, eso no me agrada, pero eso soy, de pronto no puedo evitar portarme egoísta y creo que eso es lo que les cuesta mas trabajo a ellas dos, ¿Sabes? Me gustaría ayudarlas mas, tengo muchas dudas que quiero que me contesten pero tengo miedo de preguntarles, cosas asi como ¿De que forma van a seguir pagando la renta del departamento si solo una de las dos trabaja? ¿Cuánto tiempo va a estar Naty en casa? ... No se... son cosas que yo se que a ellas les aterran tanto que prefieren no pensarlas, es parte de su etapa de jugar a ser adultas, les va a doler tener que enfrentarlo, eso lo se. ¿Tienes alguna sugerencia?
Pero bueno, te hablaré de mi: m... ¿Qué te puedo decir? Nadie le da trabajo a una niña de 16 años, ni siquiera por que en 6 meses cumplo 17, no puedo creer que ya tengo tanto tiempo afuera de mi casa, me siento tan descuidada que comienzo a acostumbrarme a estar así, me rio de mi misma.
Ya se, mantengámonos en comunicación muy constante ¿Ok?
*
De: Yulia.
Para: Elena.
Asunto: Demonios, olvidé que mi única suegra es tú mamá, :S perdón, ya me puse a leer el diccionario

Bueno, en orden a la aparición de temas en el politemático mail que me mandaste:
Entiendo que no puedas tocar el tema del bebé porque yo tampoco puedo tocarlo, asi que dejemos de rascarle a esa herida.
Sobre el sexo con Said, disminuirá de forma considerable pero no enteramente, y por supuesto que desde siempre pienso en ti mientras lo hago, je, y sí, pienso que es enfermo porque ay... bueno, no sé cómo seas ahora, pero yo tengo una hermosa imagen de una pequeña adulta de 13 años y sigo pensando en ti de esa manera, aunque lo que me has contado de tu desarrollo me encanta echar a volar mi imaginación, yo también te amo y quiero verte.
Sobre lo de Natalia y Rebecca... bueno, yo en el momento en que leí tus dudas, mi mente me dio una solución, que no se si te agrade pero bueno... nada pierdo en decirte. Creo que debes irte a vivir con ellas y ayudar a mantener a esa familia, al menos hasta que Natalia esté recuperada, y aun cuando se recupera, alguien va a tener que cuidar al bebé así que no se... podrías ofrecerte a vivir con ellas, no ahorita, porque me imagino que interrumpirías sus momentos de intimidad, pero cuando nazca el bebé ofrécete, acomídete y pórtate bien; en la última parte de tu mail, me contaste de ti, así que yo te contaré de mi.
Bueno... lloro mucho, eso me hace sentir mejor, y me la paso mayormente sola, eso me pone más mal, pero... ¿Sabes qué? Said comenzó hace algunos meses a inscribirse en organizaciones de beneficencia así que en los próximos meses tendremos así como un millón de cenas llenas de "gente bien" te prometo conocer a personas con las cuales pueda tener conversaciones tontas y vacías, ¿A quién crees que me encontré en el supermercado? A Amanda, sí, tu novia esa... me miró con odio, como si todos sus males fueran mi culpa, ay no, que mujer tan extraña, pero verla me permitió darme una idea de tu complexión física, eso fue divertido, Said piensa que estoy medio loca por que hace algún tiempo estábamos discutiendo sobre lo del bebé y dije "Quiero un bebé" y luego enseguida dije "Quiero a Elena" muchas veces sales en nuestras conversaciones, creo que él piensa que si tu estuvieras cerca, yo sería muy pero muy feliz, y tiene razón.
Me haces falta, tonta, ¿Dame una razón para no ir hacia ti?
*
De: Lena.
Para: Yulia.
Asunto: Bueno... si vienes hacia a mí, te meterían a la cárcel y yo tendría que esperarme a cumplir 18 y luego cometer un crimen y rogar que me tocara en la misma prisión que a ti.

Yuli, estate tranquila, todo va a estar bien.
¿De verdad piensas en mi al tener sexo? Quiere decir que te estás resignando a tocarme!
Oh! Eso es magnífico por que jugar sola ya no me deja tan... satisfecha
Este mail es breve por que estoy en clase.
Bye te amo.
*

-Lenaaaa! –Gritó Rebecca.
-¿Qué pasa? –Se preguntó asustada.
-Lena, Lena, ay, Lena, auxilio.
-¿Qué pasa? Rebecca!
-Estamos en la clínica, no sé qué hacer, Naty grita, ven acá por favor, no sé qué hacer.
-Ay, Dios, ¿Ya es hora?
-Sí, bueno... la doctora dijo que en 2 semanas, pero Michelle no quiere estar más tiempo adentro.
-Ay, ya pasaron 3 meses desde que nos reencontramos....
-Lena! Deja de analizarlo y ven. –Dijo llorando.
-Ya voy, no entres en pánico.
-Bien. –Dijo y colgó.

-¿Todo en orden? –Le preguntó la madre superior al verla colgar el teléfono del convento con cara de abrumación
-No... tengo que am... voy a salir.
-Cerramos en una hora, no te tardes...
-Sí... -Dijo ignorándola mientras corría por dinero a su habitación.
No podía evitar el movimiento ansioso que producía su pierna derecha mientras sentía el tren moverse de forma rápida, "más rápido! Ya quiero verlas!" decía en su mente.
Cuando el tren llegó, corrió hasta la clínica, estaba a 6 cuadras de allí y cuando al fin estuvo en la entrada, dio un suspiro y tras exhalar entró.
Se escuchaba el llanto de algunos bebés...
-Estoy buscando a Natalia, esta teniendo a su bebé o ya lo tuvo... no se... por favor ¿Dónde está? –Preguntó en la recepción.
-Oh, si, están al fondo, acaban de terminar los médicos...
Lena no pudo escuchar lo que decían, solo caminó hasta la parte trasera de la clínica de un piso , la mayoría de las puertas estaba abiertas y se asomó en todas hasta encontrarlas, una lágrima se le escapó al ver a Rebecca rendida en el sofá individual de al lado y a Natalia aun más agotada con un pequeño bulto en brazos, pegado en su pecho y ella con un gesto de dolor mientras mantenía su mirada fija en la pequeña maravilla.

Algun DiaWhere stories live. Discover now