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-Es niña. –Dijo Rebecca levantándose.
Lena sonrió y se acercó. –Tenía que ser niña, no se... pero nunca me imaginé a Michelle, hombre. Dios... es hermosa... es Naty en chiquita...
-Lo mismo le dije.
-Hola Michelle, soy tu tía Lena... ¿Cómo estás, Nat?
-Ay... muerta... duele más que todos los dolores que he tenido juntos, multiplicados por dos.
-Auch!
-Sí, pero vale la pena, no es posible... es tan perfecta, mira... tiene todos sus dedos. –Dijo agarrándole las diminutas manos. –Y dos ojos, y dos orejas, y pesa 3 kilos 350 gramos, y mide 53 centímetros, y depende de mí....
-Y de mí. –Interrumpió Rebecca tomándola de la mano.
-Chicas... tengo que ofrecerles algo, Yulia me lo propuso hace unos 2 meses, verán... pues... yo no soy ciega, sé que no tienen ni idea de cómo van a poder seguir pagando la renta si solo una de las dos trabaja, Me gustaría que me dejaran ayudarlas.
-¿Cómo? –Preguntó Natalia en una desesperación evidente ante la preocupación por el futuro de su hija.
-Yo puedo quedarme con tu trabajo, Rebecca y Yo trabajamos y tu te quedas en casa con este dulce, miren, si en algún momento sienten que daño su intimidad o no se... me vuelvo fastidiosa...
-No, para nada, gracias. –Dijo Rebecca con alivio al abrazarla.
-De nada, yo quiero.
-Vamos a ser una familia. –Dijo Natalia.
-Y vaya que ocupo una familia.
*
De: Lena.
Para: Yulia.
Asunto: Muñeca, te hice caso y ahora no trabajo para mí, sino para mantener a una familia, acaba de nacer, al hermosa de Michelle.

Es una niña igual a Natalia, no puedo creer que ese pequeño rayito de luz ocupe tanta atención, en la madrugada llora como si la estuvieran torturando pero Natalia no se queja, le fascina verla, y a Rebecca igual, cuando el agotamiento vence a su mujer, ella se la lleva y le habla, podría jurar que hasta la hace sonreír, ya se que es una bebé de algunas semanas, tiene un carácter muy bonito, perdón por no contestarte mails por casi un mes, acabo de leer los 11 que me mandaste, je, no te alteres, es solo que el bebé no me da tiempo, pero con cada día que pasa, se vuelve más fácil cuidarla, el pediatra dice que no vamos a decir eso cuando la estemos enseñando a caminar, ay es tan linda...
¿Cómo te va con tus cenas de "gente bien"? ¿Sabes? En 2 meses cumplo 17 años cumplir años es lo más maravilloso del mundo.
Dejé la escuela... si, pero yo y Rebecca vamos a estudiar y en 3 meses vamos a hacer ese examen general con el que te dan el certificado de preparatoria, en nuestros tiempos libres, osea, generalmente entre 5 y 7 de la mañana, nos ponemos a leer libros aburridos, hay una tienda de libros usados tan mas genial! Conseguí "La divina comedia" a un precio que me pareció de broma.
Te amo, he pensado en ti a cada momento libre, como en los 5 minutos que dura mi baño, mientras el agua helada cae sobre mi cuerpo...
*
De: Yulia.
Para: Elena.
Asunto: Definitivamente sabes volverme loca, "Agua helada cayendo por tu cuerpo"

Felicidades a Natalia y a Rebecca y a ti, por ser tía, definitivamente ya no estás jugando a ser gente grande, cariño, ya eres gente grande, y sí, he pensado en tu cumpleaños, este año será el cuarto que no te veo, y tengo 4 regalos debajo de tu cama, esperándote.
Por favor, mantente mas comunicativa o me dará un ataque cardiaco.
Respecto a todo lo que me ha pasado... m... bueno, de hecho, las fiestas de gente bien, son algo muy divertido, tenemos así como 2 a la semana, te lo dije en uno de los 11 mails que aparentemente acabas de leer, al principio era tedioso, olvidé cómo hablar con las personas, pero mi forma de relacionarme va cada vez mejor, me junto con las esposas de los inversionistas, me da risa pensar que yo también soy esposa de uno de los inversionistas, es extraño, hoy tengo una de esas fiestas, de hecho, una mujer esta peinando mi cabello mientras te escribo, es lo que yo llamo "La maravilla del internet inalámbrico", ¿Sabes? No estoy segura de que las cenas sirvan para algo, pero ya no solo estoy involucrada en cenas sino en eventos con personas de escasos recursos y una vez al mes llevo juguetes a algún orfanato, hay tantos que no creo llevar 2 veces a uno solo, es un poco triste, tantos niños sin mamá y yo sin poder serlo, Said dijo que si me encariño con alguno, a él le encantaría conocerlo y que consideráramos la adopción, pero yo no puedo querer a un bebé que no sea mío.
Bueno, me tengo que ir, te amo. Suerte con Michelle.
*

-¿Quiere que le mandemos la cuenta a su esposo? –Le preguntó Yulia la mujer de la caja.
-Sí, por favor. –Dijo guardando su laptop en el estuche y saliendo de la estética, tenía una hora para llegar a su casa, ponerse el vestido y escoger sus zapatos antes de que Said llegara.

Tenía unos 10 vestidos sin estrenar, escogió uno azul metálico bastante elegante y unos tacones del tono que hacían que sus piernas se vieran largas y estilizadas, Said llegó exactamente a la hora que había dicho, la puntualidad era algo muy característico de él.

-Te ves hermosa, mi vida. –Le dijo antes de besarla.
-Tú no te ves nada mal. –Contestó con el mismo dejo halagador.
-¿Nos vamos?
-Claro.

El salón era enorme, las mesas eran para 10 personas y el plato costaba lo suficiente como para alimentar a una familia grande por un mes, esta vez la causa era Acabar con la hambruna en un campo de refugiados al este de áfrica, no estaba segura de que se lograra, pero definitivamente tendría alguna conversación con personas que estuvieran seguras de que hacían una diferencia y terminaría creyéndolo.
Pasaron un montón de diapositivas con imágenes deprimentes sobre la vida en esos lugares y tras un gran discurso se dio inicio a la cena y todos olvidaron el propósito.
Tras un par de horas le dolían los pies por bailar y decidió sentarse en la terraza mientras Said tenía las últimas conversaciones de la noche.
-Yulia Volkova. –Dijo una mujer de cabello castaño y una mirada entre verde y miel.
-Lara Frent. –Contestó recorriéndose en la banca para que esta se sentara junto.
-¿Por qué tan sola? –Le preguntó al entrégale una copa de vino.
-Estoy cansada.
-Oh, creí que estabas aquí pensando atrocidades de tu esposo.
-No soy tú. –Contestó con una sonrisa.
-Tienes razón.
-¿Qué te hiso ahora?
-Su secretaria está embarazada.
-Es increíble que tan fácil es embarazar a alguien. –Dijo al dar un trago largo a su copa.
-Mañana llegan mis papeles de divorcio, mi abogado me dijo que lograré quedarme con la mitad de su fortuna.
-¿Eso es lo que te interesa?
-Claro, si ya no lo voy a tener a él, tan siquiera quiero su dinero.
-Lara, tienes herencia propia.
-No es suficiente.
-Nena, conozco a muchas personas que llorarían de felicidad teniendo tu fortuna propia.
-¿Ah si? Suena a que tienes una historia interesante para contar.
-No es que sea interesante, es solo que mi mejor amiga trabaja de mesera junto con otra amiga para mantener a una tercera amiga que tiene un bebé, producto de una violación.
-Bueno, no parece tan complicado, 3 mujeres, tan siquiera se tienen a ellas mismas, además ella no tenía por qué conservar al bebé.
-Las tres tienen 16 años.
-¿He? –Preguntó tosiendo tras haber escupido el vino en la copa.
-Bueno, creo que te tengo que explicar para que entiendas, m... a ver, a Natalia la separaron de Rebecca, porque son lesbianas, así que Natalia se escapó y luego lo hiso Rebecca, y vivían juntas, luego Lena se escapó de su casa porque su papá era un desgraciado y estuvo viviendo en un convento, luego violaron a Natalia y tanto ella como Rebecca se quisieron quedar con el bebé, pero no había forma de poder mantener a la niña, Michelle, así que Lena se fue a vivir con ellas. Mi Lena es tan responsable.
-Interesante... lesbianas de 16, deberían de pelearse con sus papás por qué no las dejan salir a fiestas y estar preocupadas por los exámenes de matemáticas...
-Sí, y sin embargo, están jugando a ser gente grande.
-¿Ellas ocupan dinero?
-Sip, supongo... casi no hablo con Lena.
-Creí que era tu mejor amiga, m... espera, es 10 años menor.
-Solo de edad, es más madura que yo, y no he hablado con ella, porque no la veo desde hace casi 4 años, desde que tenía 13, está por cumplir 17, nos comunicamos por mail...
-¿Por qué?
-Pues... se la llevaron de mi lado y la extraño más de lo que puedo soportar.
-Ah, eso explica tus ratos en los que miras al vacío. ¿Lena también es lesbiana? Como Rebecca y am... Natalia.
-Sí.
-Wow, que vida la tuya.
-No, la mía está vacía desde que se fue, creo que hasta he engordado.
-Estás loca, todas te critican en el baño.
-Ah... ¿Eso es bueno?
-Claro que sí, significa que quieren tu cuerpo, tu cabello, tus ojos, al menos eso es lo que yo pienso, pues yo lo deseo.
-Oh... interesante, pero no tienes nada que envidiarme.
-No me di a entender, no te envidio, te deseo.
Yulia la miró a los ojos y comenzó a reírse. –No sabes lo que dices, tu esposo te engañó con la secretaria y esta le va a dar un bebé, lo que tú quieres es que él se sienta mal por dejarte.
-No solo la embarazó, sino que la va a mantener y espera al mocoso ese con ansias. Pero no es por eso que te deseo, lo hago desde que te vi por primera vez en la fiesta de hace 2 meses... espero no estar poniéndote incómoda.
-Para nada, es solo que te enamoraste de la única mujer que no te va a corresponder.
-¿Tanto amas a tu esposo? –Le preguntó asombrada.
Yulia soltó una carcajada y le dio un último trago a su copa. –Podría decirse.

-Yulia, mi amor ¿Nos vamos? –Preguntó Said entrando a la terraza. –Hola señora Frent.
-Hola Said, ya te dije que me llames Lara.
-Sí, ya vámonos. –Contestó Yulia poniéndose de pie con los tacones en las manos. –Nos vemos, Lara. –Se despidió.
-Adiós Yulia, Adiós Said. –Dijo mirando a la pelinegra con ojos de interés.


-Me gustaría que no te juntaras con Lara Frent. –Le dijo Said al tomarle la mano mientras conducía a casa.
-No creas que me es grata su compañía, pero... ¿Por qué lo dices?
-¿Sabes lo de su esposo?
-¿Lo de que olvidó usar condón y que embarazó a la secretaria?
-Sí... bueno, de hecho fue un poco más complicado.
-¿Me contarás?
-A eso voy... es que Lara dejo de acostarse con él hace como un año, y hace unos 3 meses la descubrió en su propia cama con la cocinera.
-wow, que intenso, Lara es lesbiana, nunca lo habría imaginado, ¿Es por eso que no quieres que me junte con ella? ¿Crees que logre seducirme? –Preguntó encogida.
-No... yo no dije eso, es solo que pienso que es am... no se... mala persona.
-Dios... ¿No se supone que tu eras el de mente abierta? El que me dijo que tenía que aceptar a Lena tal y como era.
-Sí, no me refiero al hecho de que sea lesbiana o no, me refiero a la actitud tan mala de tener que engañar a su esposo para satisfacerse.
-Pues su esposo la engañó igual.
-Sí, pero después de que ella lo hiso.
-¿Entonces si tú me engañas puedo engañarte? –Preguntó Yulia.
-m... entiendo tu punto, yo tampoco me voy a juntar con él.
-¿Luego nos contagian? –cuestionó riendo.
-Bueno, al menos te hice sonreír.
-Sí...
-¿Oye? –Inquirió Said mirándola.
-¿Qué pasó?
-La volviste a llamar "Lena".
-¿De verdad?
-Sí, estás cediendo
-m... cuando vuelva, no le digas.
-¿Va a volver?
-am... yo pienso que cada día falta menos.
-M... la pelirroja sí nos hace falta. –Dijo Said al entrar en la calle en la que vivían.
-Bastante...

*

De: Lena.
Para: Yulia.
Asunto: Quiero el nombre de todas tus amigas para hacerles un hechizo que haga que les salga caspa si se te acercan.

Te imaginé toda guapa con algún vestido y tacones altos en una fiesta llena de gente hermosa que ni siquiera le llega a los talones a tu belleza, prométeme algo, ¿Sí? Quiero que me des un beso el día que nos veamos, un beso bien dado, no quiero nada corto ni lleno de sentimientos, quiero algo largo y calenturiento y que tus manos se porten mal por mi cuerpo... Ay, perdón si soy directa, pero tengo tantas ganas que no lo creerías.
Pero bueno... cambiando de tema, anoche, Michelle estaba dormida y las tres nos sentamos en la mesa de la cocina, que ahora que lo pienso es la única mesa de la casa y comenzamos a discutir nuestra economía, no vamos nada mal, y eso que hemos comprado toda clase de lácteos vegetales y pollo para Naty y hasta hemos comido nosotras, dice Rebecca que fue muy buena idea comprar cosas para la niña desde antes de que naciera, así de cierta forma estaban listas para este momento; me gusta sentirme, útil, el otro día, Michelle estaba llorando y Natalia estaba semi-desmallada en la cama, intentando levantarse para cargarla, Rebecca aun no volvía de trabajar, así que me acerqué yo y la levanté, su pequeño cuerpo se amoldó a mis brazos y se calmó, de seguro estaba asustada, Natalia se quedó dormida en cuanto vio que estaba a salvo con migo y la niña me miró y sonrió, como lo hace con Rebecca, le cambie el pañal y luego luego se quedó dormida, aun en mis brazos, es tan hermosa...
¿A qué quiero llegar contándote esto? Rebecca ama a Michelle, hasta yo amo a la pequeñita, claro que tu si puedes amar a un niño que no sea tuyo... tú ocupas a quién amar y hay alguien en el mundo que ocupa tú amor.
Te amo, ya me voy porque tengo que cuidar a la niña mientras Natalia se baña porque Rebecca está trabajando y estoy a 6 cuadras.
*

Lena corrió hasta el departamento, no con pesar, sino con ganas de ver a la pequeña... realmente se había encariñado.
-Ya, ya vine, perdón, perdón, es que no sabía ni que escribirle. –Dijo entrando a la casa.
-Ay, no te apures, Lena, Michelle está en la cama, entre 2 almohadas, ponte debajo por que se arrastra como oruga, el otro día casi se me sale el corazón cuando la vi al borde de la cama.
-Sí, no te preocupes por nada, báñate con calma, yo tengo todo bajo control.
-Gracias hermosa, no me tardo, si llega mi mujer que ella la cuide para que no te pongas a estudiar o a hacer lo que tú quieras.
-Natalia, no me molesta cuidar a la niña, la amo, ándale, ya vete a bañar. –Le dijo Lena entrando en la habitación.
Se acercó a Michelle y la recorrió hasta arriba pues tal como había dicho Natalia, se hacía hacia abajo.
-¿Cómo estás, nena hermosa? ¿Bien? Ay magnífico, yo también estoy bien... eres tan hermosa, ¿Lo sabes, verdad? Sí, yo se que lo sabes, tu mamá es digna de concurso de belleza, igual que tú, ay y tu otra mamá, es maravillosa, estás tan llena de amor. –Le dijo la besarle la frente. Pronto sintió la pequeña mano de la niña ente su cabello rizado y vio en sus ojos el asombro por el color y la falta de intención de soltarla. –Es rojo, ¿Te gusta? Si quieres te lo cambio, pero déjame decirte que tu cabello es encantador, el color cobre tampoco es tan común, me pregunto si se te va a quedar de ese color, aunque si sales como tu madre, de seguro te encantará pintártelo de todos los colores que se te ocurran, no me sorprendería si en algún momento las dos fuéramos pelirrojas... te quiero muñequita, sí... eres una muñeca.
-Sí Yulia te escucha se va a poner celosa. –Le dijo Rebecca sonriendo mientras se le acercaba.
Lena rió. –No es mi culpa que tu hija sea una muñeca.
-¿Sí le mandaste el mail?
-Sí, al fin tuve tiempo, Natalia se está bañando, por si quieres ir con ella, Michelle y yo estamos sordas, ¿Verdad peque?
-Gracias por la sugerencia. –Dijo sonriente. -Voy a ver si ocupa algo.
*
De: Yulia.
Para: Elena.
Asunto: Lo prometo.

Lo prometo, lo prometo, lo prometo, te besaré todo lo que tú quieras durante todo el tiempo que tú quieras y pondré mis manos dónde a ti se te antoje.
No me importa que nos tome toda la noche.
Ay, Elena, lo que causas en mi es impresionante, toda tu vida me asombra y tu lado maternal con Michelle se me hace adorable, aunque no te he visto, pero te imagino.
Sobre lo que dijiste de la adopción y sobre el amor que yo tengo para dar... pues bueno, con Rebecca es diferente, Michelle es su hija porque es hija de la mujer que ella ama más que a cualquier cosa, yo no sé si pueda amar al hijo de un desconocido, no soy tan fuerte.
Te amo, te prometo escribirte otro mail más completo, es solo que no podía esperar para decirte que te lo prometo.
*

Yulia presionó "enter" y miró a Lara mientras se sentaba en la silla frente a ella en el café en el que se encontraba.
-Hola, Yuli, ya no te había visto.
-Hola Lara. –Contestó un poco incómoda.
-¿Qué haces aquí tan sola? Creí que tu suegra estaba dando una comida que se prolongaría hasta la cena.
-Sí... le dije que no me sentía muy bien.
-¿Estás enferma? -Le preguntó.
-No.
-¿Entonces mentiste?
-No, tampoco, es solo que no me siento bien de ánimos, así que vine aquí a tomarme un café y a contestarle un e-mail a Elena.
-¿Tu amiga lesbiana?
-Ya supe que te encontraron con la cocinera. –Le dijo para no hablar de Lena.
-Las noticias corren rápido... ¿Tu de pronto no tienes ganas de tocar a la chica que arregla tu jardín?
-No. –Dijo riendo.
-¿De verdad amas tanto a Said?
-¿Por qué lo dudas? –Preguntó Yulia dando un sorbo a su café.
-Bueno... por qué estas enamorada de Elena.
-¿De dónde sacaste esa divertida idea? –Le preguntó.
-Porque la gente habla de ti... así como se corrió mi noticia con Gina, la cocinera, así de rápido se sabe que tu vida ha sido miserable desde que el padre de la niña se la llevó.
-Elena tiene 16. –Le dijo seria.
-Eso es precisamente lo que quiero que entiendas, tiene 16 y tú 26, son 10 años, ¿De verdad quieres arruinarle la vida a una niña? ¿Vas a mantenerla en lo que acaba su carrera? ¿Vas a poder tocarla sabiendo que le cambiaste los pañales? Ella puede conseguirse a una mujer joven y hermosa, no digo que tú no lo seas, pero... ella es muy chica, tu actitud... esa necesidad que tienes de ella, dime... ¿Eres lesbiana y pedófila? –Le preguntó en el tono más insultante que pudo conseguir.
-No sé de que hablas, Lara, no soy lesbiana ni pedófila, ¿Cómo te atreves a siquiera decirlo?
-Bien, linda, yo estoy aquí, soy libre y soy mayor qué tú, demuéstrame que no eres pedófila.
-Tampoco soy lesbiana. –Le dijo Yulia parándose de la silla con la computadora en mano.Indignada salió del lugar pero Lara la siguió y se subió al asiento del pasajero del auto de Yulia.
-Vete de aquí, me ofendes. –Le dijo
-Perdón por ser tan directa contigo, me disculpo, solo te pido que me escuches un momento ¿Sí?
-Tienes 2 minutos.
-Más que suficiente para que quieras hablar más conmigo.
-Un minuto y medio.
-Bien, tranquila. Dime, ¿Tú Elena es pelirroja, llena de pecas, pelo rizado, una mirada verde gris, un cuerpo bien desarrollado para una niña de 16, duerme en una cama matrimonial, tiene una laptop "hp", le gustan los muñecos de peluche y cuando llora te dan ganas de abrazarla cómo si el mundo fuera a terminarse?
-No entiendo... ¿Cómo...?
-Bien, trabajo en una compañía con el gobierno que se encarga de detectar a los pederastas, para salvar a los niños de ambientes hostiles y meter a prisión a los que se atreven a sentir placer con los inocentes.
-¿Eso qué tiene que ver con...?
-Hace unos días encontré un video llamado "Elena jugando sola", recuerdo que en una reunión en tu casa, vi una foto en un portarretratos encima de la chimenea, y en cuanto la vi, supe que era ella, solo que ahora es más grande... tenía que descubrir si tú eras quién había subido el video, tal vez ella se lo tomó y te lo mando...
-Ella no hace esas cosas. –Afirmó internamente escandalizada.
-Bien, entonces ocupo que me ayudes a descubrir quien lo hiso, sí fue su padre, tal vez podamos meterlo en prisión, y así puedas recuperarla antes de que cumpla 18, por qué se que solo estás esperando a que cumpla 18.
-¿Qué tengo que hacer?
-Préstame tú computadora, primero necesito que la identifiques.
Lara tomó la computadora y entró a un sitio lleno de fotografías y videos de niños, el video más visto de la semana era "Elena jugando sola", Lara lo puso a reproducir y enseguida salió en la pantalla.
Lena estaba llorando en su cama, miraba el techo con desesperación, de pronto se sentó y limpió sus lágrimas y en vos apenas audible dijo "Yuli, te amo, ¿por qué nos separaron?" nuevamente miró al techo y se quitó la blusa, quedando descubierta, y enseguida se quitó su pantalón de pijama, llevó una de sus manos a su pecho, de forma delicada y enseguida se deshizo de la ropa interior que le restaba.

Yulia cerró los ojos y Lara quitó el video. –Es ella. –Dijo abrumada. –Ese desgraciado... ¿Cómo pudo hacerle eso a mi princesa? Humillarla de ese o...
-¿Vamos a hacer algo al respecto, o qué? –Preguntó mirándola a los ojos.
-Sí... hay que matar a Sergey.
-Am... no cariño, yo me refería a algo así como am... meterlo a prisión de por vida y que Elena pueda vivir contigo.
-No quiero vivir con ella, no quiero desearla, no quiero ser cómo Sergey.
-Ignora lo que dije hace rato, ella te ama, lo dijo en el video.
-Eso es lo que me asusta... ¿Viste que tremenda arma de seducción es? Lo hermosa que es cada día, si la tengo conmigo no se si pueda controlarme.
-Estas conflictuada, debes de tranquilizarte.
-Metamos a Sergey a prisión. –Dijo Yulia intentando no llorar.
-Perfecto, eso me agrada.
*

-Lo prometió, lo prometió, lo prometió. –Se dijo internamente mientras celebraba frente a la computadora tras leer el e-mail. No sabía que decirle, pero dado que Yulia había prometido mandarle otro mail, se esperaría.
Salió del ciber y caminó las 6 cuadras hasta su casa, esa noche cuidaría a Michelle y sacaría a Rebecca y a Natalia de la casa, parecían abrumadas y un poco de diversión no les haría daño... Algo la mantenía inquieta pero el vivir en familia la había ayudado a ignorar sus propios sentires y a concentrarse en los demás.
Al día siguiente volvió a revisar su correo, aún no había nada nuevo.
*
De: Lena.
Para: Yulia.
Asunto: Gracias, te amo.
Debo admitir que el que me lo hayas prometido causó una emoción muy dulce en mi.
Aun estoy a la espera de ese mail que me prometiste, anoche cuidé a la pequeña, me di cuenta de que ya no sirvo para desvelarme, en cuanto se quedó dormida también yo y solo desperté una vez para cambiarle el pañal.
Creo que me comienza a asustar mi vida, a cada momento, Rebecca y Natalia me necesitan menos, ¿A dónde voy a ir cuando Natalia decida trabajar? Un sentimiento de desamparo me llenó anoche, no estoy segura de que sea, es por eso que esperaba un mail tuyo, para ver si así me sentía mejor.
Por favor. Escríbeme.
Te amo.
*
Lara estaba sentada detrás de Yulia mientras esta leía, se daba cuenta de que también estaba leyendo, pero no le importaba...
-¿Qué le prometiste?
-Algo que no se si pueda cumplir... demonios, últimamente lo único que hago es decepcionarla.
-Entonces cumple lo que prometes.
-Es que... es mi pequeña, es un poco extraño.
-¿Entonces? ¿Simplemente vas a comenzar a ignorarla? ¿No le contestarás mails y esperarás que te olvide? Me temo decirte que eso no va a pasar.
-No, no va a pasar por que si me quieres tanto cómo yo a ella, la única forma de que me olvide es muriendo, y si ella muere, yo muero.
-Eres una pesimista.
-No, soy realista.
-Vamos, juega, dime qué harías si pudieras.
-M... eso es fácil, si pudiera, volvería al día de mi boda, no me casaría, me llevaría a Elena a Inessa y a mi madre de viaje, no dejaría que Inessa muriera, no lo permitiría bajo ninguna circunstancia, y lo más importante, esperaría a Elena, a que creciera, de todos os... ya estoy resignada a no ser madre, ya ni siquiera quiero serlo, quiero tenerla cerca, estoy segura de que solo así puedo ser feliz. ¿Y tu? –Preguntó para no tener que seguir hablando de ella.
-Yo no quiero volver al pasado, no sirve de nada... quiero que se acabe mi divorcio, esconderme de todos un rato y luego ver si Gina aún me quiere después de que fui tan cobarde.
-Creo que el nivel social al que pertenecemos nos vuelve cobardes e inútiles, no estoy segura de que nosotras hagamos nada importante para la sociedad, sería mejor si en vez de gastar tanto en vestidos, zapatos y peinados, diéramos ese dinero y en vez de las millonarias cenas diéramos la comida o... no se... comprar terrenos e impulsar la economía, ¡tengo tantas ideas! Es solo que es demasiado cómodo ser simplemente la esposa de alguien.
-No lo serás por mucho tiempo.
-Yo creo que sí, porque para empezar, me da miedo tocarla.
-M... es cómo saltar de un avión en paracaídas, no sabes que eres capaz de hacerlo hasta que lo haces, el viento en todo tu cuerpo, la adrenalina... y de pronto, se abre el paracaídas y todo va lento y cómodo... ya no deseas que se acabe por que en las alturas te sientes simplemente cómoda y en casa, ninguna preocupación es importante... es como tener la mente en blanco y lista para concentrarte en lo que se te antoje, y te das cuenta de que lo único que da miedo, es llegar al suelo y volver a la normalidad.
-Eso... tiene sentido. –Admitió sorprendida.
-Lo sé. No la dejes esperando, tú y yo sabemos lo que se siente estar sola, ella se siente así y lo que ocupa es leerte, ¿No te das cuenta? Solo con leerte consigue paz... Nos vemos en la fiesta de la noche, mañana nos vamos a reunir con los ciber-policías, y vamos a eliminar a Sergey, trata de parecer conectada con la realidad esta noche ¿Ok?
-Sí... gracias, Lara, de verdad. –Le dijo.
*
De: Yulia.
Para: Elena.
Asunto: Discúlpame.
Esto es bastante complicado, je, después de leer el mail me di cuenta de lo que te había prometido, me sentí cómo tu padre... ya sé que no se compara, pero de vez en cuando la diferencia de edad se vuelve algo un poco molesto, ¿Sabes? Yo sé que tu quieres ser mayor con desesperación, pero yo, por mi lado, quiero ser menor... ojalá no hubiera tantos prejuicios... la única razón por la que me siento incómoda prometiéndote lo que te prometí, es tener que atenerme a lo que puedan decir... tengo una amiga, no la consideré mi amiga hasta que comenzamos a hablar, ella se ve sometida a escándalos continuamente, me asusta ser cómo ella y al mismo tiempo, se que ahora que sus secretos se saben, se siente libre... sin nada que ocultar.
Quiero que sepas que si en algún momento ya no puedes vivir con Natalia y con Rebecca, no debes dudar ni un segundo en venirte acá, conmigo, no me importa que me metan a la cárcel, no me importa, de verdad... es que estas a tan solo poco más de un año de tener 18, y de verdad que no puedo aguantar.
Te amo, perdóname por no completar el mail anterior.
*
De: Lena.
Para: Yulia.
Asunto: Tonta.

¿Cómo te atreves siquiera a compararte con mi padre? No, no, no. Eso no está bien, es que no tienes idea de lo terrible que es, lo odio, lo odio, lo odio más de lo que es posible odiar a alguien, así que por favor, no te atrevas ni por un segundo a pensarte como él. Lo que tengo contigo es amor, y soy lo suficientemente grande como para saber qué es lo que me conviene y que es lo que no, Yulia, yo se que tú eres lo mejor para mi, la única forma en la que yo me atrevería a dejar decirte que te amo, sería sabiendo que tú no me amas, pero el que no te diga que te amo no quiere decir que no lo haga, por todos los cielos, bonita, yo te amo desde ese momento en que desperté en tu cama, bajé las escaleras y te vi... recuerdo esa imagen, recuerdo que después de nuestra no amable presentación, me sentaste en tus piernas y el movimiento de tus letras me arrulló... recuerdo cada momento contigo, y lo guardo en mi corazón cómo si fuera un tesoro.
¿Ves? Contigo soy feliz, solo así... es decir, me encanta tener familia, pero no lo sé... te necesito, para ver en ti, tan siquiera un poco de esa vida que teníamos antes de todo.
*
Lena presionó enviar y volvió a casa sintiéndose desahogada.
Esa noche, Yulia tenía una fiesta y Lena dormiría, nada más pasaría.
*
La pista de baile estaba llena, el evento de esa noche sería para beneficio de los orfanatos, eran tantos que esta fiesta era la número cuatro con el mismo propósito, entre la multitud, Yulia pudo ver a una niña pequeña, de unos 12 años, era la hija de un inversionista con acciones petroleras y desde el momento en que su hija Anna había nacido, se había encargado de presumirla, era hermosa, su cabello era fuego, igual que el de Elena, solo que lacio, estaba llena de pecas y tenía una intensa mirada gris que te intimidaba con solo sentirla; Yulia la miraba fijamente, intentando encontrar en esa niña consentida algo que le recordara a su Elena, sin embargo, se daba cuenta de que no amaba a Elena por su imagen, sino por ser ella.

-¿Te gusta? –Le preguntó Lara.
-No, tiene cara de tonta.
-Es la mejor en su clase, toca 5 instrumentos...
-Y no sabe nada de la vida... no todo es la escuela.
-La extrañas mucho, solo eso explica el rencor que le tienes a Anna.
-Te apuesto que si Anna se enamorara de una mujer, su expresión despreocupada desaparecería.
-No le desees lo que te haces sentir mal a una niña pequeña.
-No es pequeña, es más madura de lo que quiere demostrar.
-¿Seguimos hablando de Anna?
-Sí, todas las niñas de 12 años son sumamente inteligentes, es solo que les gusta seguir siendo niñas.
-Menos a Elena.
-Dile Lena, no le gusta que le digan Elena.
-Pero tú le dices Elena.
-Sí, pero yo soy yo.
-Bien... no te enojes, no pasa nada. ¿Quieres que te traiga a Anna?
-No. –Dijo sonriendo.
-Es muy agradable.
-Ay, Lara ¿Qué haces hablando con ella?
-Es que hace un rato me la encontré en el baño, estaba hablando mal de ti con sus amigas.
-Dios... ¿Todos hablan mal de mí?
-Sí, pero es envidia, me gustaría que alguien me tuviera envidia.
-Yo te tengo envidia, estás fuera del closet.
-Tú no sales del closet porque aún no es momento, cuando sea el momento no lo vas a poder resistir.
-Eso espero... de verdad que sí.

A la mañana siguiente se encontraron con los ciber-policías, no necesitaban muchas cosas para incriminar a Sergey, sin embargo tomaría tiempo.
No había prisa siempre y cuando no se dejara de hacer, pasaron algunos meses, casi 5 antes de siquiera dar con la dirección de internet desde la que el publicaba, estaba cubierto por demasiados.
Pasó el cumpleaños de Elena, Yulia ahora tenía un sentido. Decidido no contarle nada sobre su nuevo trabajo; a pesar de que el caso tenía prioridad, habían logrado atrapar a varios hombre, eso era bueno, Yulia lo sabía, sin embargo lo de ella era algo personal.

*
-Tenemos su fuente. –Dijo uno de los ciber-policías.
-¿he? –Preguntó Yulia.
-Alguien cercano al señor Katin está dispuesto a ayudarnos.
-Pero... ¿Cómo?
-Trabajará de encubierto con nosotros, vamos a hacerlo caer.
*
-Anda Michelle, di, "mami" –Le pedía Natalia mientras le daba pedacitos de manzana.
La pequeña solo sonreía sin decir nada.
-Michelle, di "Ma" –Le pidió Rebecca al sentarse junto a ellas.
-Ma. –Repitió la pequeña soltando una carcajada y gateando hasta su regazo.
-Eres una presumida. –Se quejó Natalia sonriendo al ver a su hija y su mujer llevarse tan bien.
-Michelle, di, "Lena". –Le pidió la pelirroja.
-No. –Dijo la pequeña tallándose los ojos.
-Ay tiene sueño. –Dijo Natalia. –Seguiremos intentando que diga algo más que "ma" y "no" cuando despierte. –Completó levantándose para llevarla a la cama.
-¿Cómo te va con Yulia? –Le preguntó Rebecca cuando estuvieron solas.
-¿Me creerías si te digo que no tengo idea?
-M... pues sí... he notado que ya casi no la mencionas.
-Ya casi no me escribe, como si intentara eviatme, o como si estuviera haciendo algo más importante... no me molesta... solo me confunde, quiero hablar con ella.
-¿Por qué no vas a buscarla?
-Estamos muy cerca de mi cumpleaños 18 como para hacer eso.
-Lena, son 7 meses, no creo que la metan a la cárcel si te encuentran en su casa a esta edad.
-M... eso lo dices tú por qué vas a cumplir 18 en 3 meses, para ti no es tanto tiempo.
-Tranquila, debes decirle como te sientes con su actitud, la comunicación es la respuesta para todo, cuéntale todo, asi ella te contará todo.
-Lo haces sonar fácil, no todos tenemos una relación mágica como la tuya.
-No es mágica. –Interrumpió Natalia.
-Perdón, no creí que escucharas. –Se disculpó Lena.
-No te preocupes... nuestra relación no es mágica, la única razón por la que no peleamos es porque ella me deja ganar y cuando no me deja ganar, estamos demasiado cansadas como para discutir, ninguna relación es perfecta, lo que importa es que las dos personas se amen y se tengan confianza, la confianza de saber que la otra persona no va a hacer nada estúpido ni perjudicial para ella misma ni para la otra.
-Exacto. –Dijo Rebecca. –Amor y confianza. –Concluyó.
-No puedo ir a buscarla.
-¿Por qué no? –Preguntaron simultáneamente.
-Porque tengo miedo.
-¿Miedo de que?
-De que algo haya cambiado.
-Eso no lo vas a saber hasta que estés con ella.
*
-Gracias señora Greta. –Le dijo Yulia al abrazarla.
-Por nada... no entendí por qué se había ido la señorita Elena de la casa hasta que se me ocurrió limpiar la habitación del señor Katin, es por eso que para mí es un placer ayudarla.
-Ha hecho muy buen trabajo, de verdad, pronto lo meteremos a prisión, gracias a usted, gracias a la evidencia que usted nos consiguió.
-Solo tengo una duda.
-¿Cuál?
-¿Es usted Yulia Volkova, cierto?
-Am... pues sí.
-¿Es usted la mujer que se robó el corazón de la niña?
-Am... no se qué contestar a eso.
-Es que ella se refería a usted con tanto entusiasmo y amor, me confrontó varias veces porque yo no aprobaba su idea del amor, quiero que sepa que ella la defendió a capa y espada en todo momento.
Yulia se sonrojó y sonrió tímidamente. -¿De verdad me mencionaba?
-En el desayuno, la comida y la cena, también intenté hacerle ese pastel que hace su madre pero nunca pude hacerla tan feliz como yo se que era con usted, hasta una vez me atreví a pedirle al señor Katin que la regresara junto a usted.
-Le juro que quiero verla.
-Me imagino... ha pasado tanto tiempo.
-Yulia, Yulia, Yulia! –Exclamó Lara entrando corriendo a la sala de la casa de la pelinegra, lugar que se había convertido en oficina de ciber-policías.
-¿Qué cosa? Respira, tranquila...
-Tenemos la orden de arresto.
-¿he? ¿Para...?
-Sí! Yul, lo logramos! –Gritó antes de que las dos se volvieran un mar de lágrimas y euforia.

Algun DiaWhere stories live. Discover now