Siete.

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29 de marzo de 2021, Formosa, Argentina


Ver la Fuente de Aguas Danzantes de Formosa en la noche era un espectáculo hermoso.

Andrómeda y yo tomábamos helado mientras veíamos el agua saltar y danzar junto a mil lucecitas de colores.


—Es tan bonito. —dijo emocionada como una nena.


La miré a ella, su rostro siendo iluminado por las luces del espectáculo. Sonreí como un pelotudo y asentí.


—Hermosa. —coincidí y ella me miró.

—Hablaba de la fuente. —se rió un poco.

—Yo hablaba de lo realmente importante acá. —acoté y apoyó su cabeza en mi hombro durante un instante.

—¿Quieres un poco de helado? —preguntó y yo asentí, abriendo mi boca.


Agarró helado con el dedo y en vez de dirigirlo a mi boca, manchó mi nariz, soltando una risita adorable a continuación.


—Sos muy graciosa. —dije arrugando la nariz.

—Eso ya lo sabía. —me sacó la lengua.


Se puso de puntitas sobre los pies para quedar más alta y alcanzar mis labios, al menos eso pensé yo, pero en realidad subió hasta mi nariz y sacó el helado con la lengua.


—¿Rico? —pregunté en voz baja y ella sonrió.

—Pruébalo. —me animó y yo me mojé los labios.


Manché mi dedo con helado y lo puse en sus labios. Ella largó un suspiro chiquito cuando sintió lo frío en su piel. Acaricié su mejilla y acerqué su rostro a mí, me agaché un poco y acaricié su nariz con la mía. Levanté su mentón y lamí su labio despacio para hacerla enloquecer, al parecer funcionó porque entreabrió los labios y soltó un pequeño jadeo. Aproveché ese momento para meter mi lengua en su boca y besarla, tomándola por sorpresa.

Amaba cómo se sentían sus labios con los míos, jamás sentí esto antes al besar a nadie y eso se debía a que jamás sentí por nadie lo que sentía por ella. Andrómeda era todo para mí.

Cuando nos separamos me dedicó una sonrisa y volvió a mirar la fuente, pero yo me quedé mirándola a ella, porque para mí ella era el verdadero espectáculo. Era realmente hermosa, así que me dediqué a contemplarla en silencio durante los próximos minutos: su carita redonda y hermosa, sus ojitos grandes y oscuros que me volvían loco y ahora brillaban con las luces de colores, sus labios, extremadamente tentadores y apetecibles, tenía el labio de abajo ligeramente más gordito, perfecto para morderlo, su nariz chiquita y perfecta, hasta sus cejas negras eran perfectas.

Continué por su cabello, había crecido mucho desde que la conocí, antes estaba un poco corto y ahora estaba muy largo. Amaba su cabello oscuro y lacio, amaba acariciarlo y hacerle mimos para que se quede dormida y sabía que ella también lo amaba.

El cuerpo de Andrómeda era el paraíso. Mi novia no medía más de uno cincuenta y cinco y aquello resultaba adorable para mí. Además jamás había visto una mina tan linda y caliente como lo era ella, tenía un cuerpo de escándalo. Sus pechos eran perfectos, un poco grandes teniendo en cuenta su estatura y aquello era algo que yo amaba. Su cintura era chiquita y su panza plana, si continuaba bajando me encontraba unas caderas anchas y perfectas que me volvían loco, no sé cómo pudo verse gorda un tiempo atrás, era perfecta y hermosa. Tenía unas piernas chiquitas y delgadas, con unos muslos perfectos para agarrar.

Caravana ~ WosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora