Diecinueve.

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20 de junio de 2021, San Luis, Argentina


Tomé otro trago directo de la botella y el líquido bajó de forma un poco rasposa por mi garganta. Debió quemar pero no lo hizo, no después de haber tomado una botella entera como esta solo. La primera hizo que mi garganta ardiera con cada trago, la segunda se sentía mejor.

La pantalla de mi celular se iluminó sobre la barra del lugar, por no sé cuánta vez en la noche. Incliné la cabeza hacia atrás para que el líquido baje por mi garganta mientras miré la nueva notificación que aparecía junto al resto. Todas decían lo mismo "felicidades a Andro y a vos".

Gruñí y bloqueé el celular, empujándolo lejos. Puse la botella en mis labios de nuevo y cuando la incliné una vez más, nada cayó. Estaba vacía.

Lancé un nuevo gruñido y la botella se resbaló de mis dedos, afortunadamente rebotó en la barra y no se rompió.


—¿Un día duro? —preguntó una voz que resultó vagamente familiar.

—Estoy cumpliendo tres años de noviazgo con el amor de mi vida. —respondí sin darle importancia, levanté el brazo hacia el camarero para demandar otra botella nueva.

—Desprendes felicidad por cada poro, eso es seguro. —se burló ligeramente.

—Soy feliz. —gruñí y la miré— ¿No se me nota?

—Has bebido demasiado, Valu. —colocó una mano sobre mi brazo.

—No me toques. —ladré, retirando el brazo rápidamente.


Ella largó un suspiro y se sentó junto a mí.


—¿Qué hacés acá?

—Sabes que vengo a pasar las vacaciones de invierno a San Luis cada año para visitar a mis abuelos.

—Digo justo acá, en este bar.

—Te encontré de casualidad. —respondió sin importancia.

—No te creo. —agarré su brazo y apreté ligeramente— ¿Me estás siguiendo?

—No sos el ombligo del mundo. —puso los ojos en blanco— Ya no más.

—Laura. —gruñí.

—Posta no. —aseguró mirándome a los ojos— Salí con unas amigas a tomar algo y te vi, así que decidí acercarme a saludar. Debí voltear en cuanto noté tu sudor a alcohol. —se soltó de mi agarre— ¿Dónde está tu novia? —miró hacia los lados buscándola. El camarero llegó con una botella nueva, dejé un billete grande en su mano y la abrí, dando un largo trago de ella— Si están celebrando su tercer aniversario no debe estar lejos.

—Dije que cumplíamos tres años hoy, no que estuviera festejando nada. —gruñí.

—Oh... —parecía realmente sorprendida cuando me miró.


Mi celular sonó y en cuanto vi el nombre que rezaba la pantalla, el nombre de Andrómeda con un corazón púrpura, lo volteé de mala manera, estampando la pantalla contra la barra y escuchando un ligero "crack" a continuación.


—Valentín. —susurró Laura y yo la miré— ¿Estás bien? —preguntó suave.


La miré a los ojos en silencio por un momento, después negué una sola vez y su ceño se frunció. Me derrumbé sobre ella, literalmente.


Caravana ~ WosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora