Doce.

1.4K 136 43
                                    

10 de mayo de 2021, Catamarca, Argentina


Andrómeda había enfermado desde aquella noche en Tucumán. Agarró una gripe fuerte debido a una hipotermia, eso fue lo que dijo el doctor. Había estado en cama todo el tiempo y yo me vi incapaz de separarme de ella en ningún momento, por lo que nos vimos obligados a detener el viaje temporalmente.

Pero dos días atrás se despertó en la mañana y me sonrió con sus labios rositas de nuevo y no blancos. Aquello ya me dio una señal de que se sentía mejor, pero cuando me dijo que tenía hambre, cosa que no había sucedido en todo aquel tiempo y prácticamente la había tenido que obligar a comer, me sentí aliviado.

Bajamos al restaurante del hotel, porque había pagado un hotel para que esté más cómoda que en la caravana mientras estaba enferma, y después me puso un puchero, pidiéndome que quería volver a casa y emprender nuestro viaje de nuevo. Primero regresamos al médico para chequear que todo estaba correcto y solo cuando el doctor de turno dijo que todo estaba correcto fue que arrancamos de nuevo la caravana.

Eso fue hace dos días y ahora nos encontrábamos en Catamarca, visitando el Volcán Galán porque después de ese tiempo en cama, Andrómeda despertó con muchísima energía. De modo que alquilamos unas quads para recorrer el volcán.


—Hagamos una carrera. —propuso mientras se colocaba bien el casco de protección.


Lucía adorable con el traje de protección que estaba usando. Al alquilar las quads nos habían dado también el traje de protección y el casco, y ella se veía extremadamente adorable. Sonreí como un bobo mirándola.


—¿Qué me dices?

—¿Qué digo de qué cosa?

—No me estabas escuchando. —se rió.

—Lo lamento, pasa que lucís completamente adorable y me tildé.

—Digo que hagamos una carrera. —repitió.

—Mejor no, no sea que tengamos un accidente.

—Dale, cagón. —se subió al vehículo y lo puso en marcha.

—Andro, es peligroso. —advertí.

—Sé manejarla, no te preocupes. —usó el acelerador para quemar rueda— Vamos, sube o empiezo sin ti. —dijo de forma divertida.

—Bueno, pero tene cuidado, ¿sí? —me subí a mi propio vehículo.

—Sí, sí. ¡Vamos! —soltó emocionada— 3... —inició la cuenta regresiva arranqué mi quad— 2... —miré en frente y reí— 1... —moví el acelerador— ¡Ya! —gritó y ambos salimos al mismo tiempo.


El vehículo agarró velocidad rápidamente y empecé a ver el paisaje borroso debido a la gran velocidad a la que íbamos. Pronto sentí la adrenalina que la velocidad me produjo y ella debió sentirla también, porque la oí gritar en voz alta a mi lado. La miré rápido y me reí, gritando también para liberar la energía acumulada en mi pecho debido a la adrenalina, que me producía un nudo en es estómago.


—¡Te voy a ganar! —la oí gritar y vi como movía su mano para apretar más el acelerador. Su quad dio un nuevo rugido y me adelantó rápidamente— ¡El primero en llegar a esa montaña gana!

—¿Y qué gana?


Escuché su hermosa risa cortar a través del viento y me produjo un escalofrío.

Caravana ~ WosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora