capitulo 14: ruptura, nuevo amor y confusión 1/2

58 1 0
                                    

—como puedes hacerle esto a Crystal– protestó Athena.
—no tiene porque enterarse, si usted no le dice nada– el chico se encontraba molestó.

Templo de Aries
—pero que dice– Aiacos estaba desconcertado.
—lo que oyes– ya molesta— ahora corre a decirle a mí padre– mientras salía del templo.
—espera– trato de detenerla; pero ella hizo caso omiso, aunque las zapatillas que traía no le ayudaban— ¡Te dije que esperes!– tomándola de un brazo.
—que es lo que quieres– volteando a verlo.
—estas consciente que si tú padre le declara la guerra a Athena tu también estarás en peligro.
—claro que lo se– soltándose— pero déjame decirte una cosa, el no es capaz de lastimar a su hija.
—como si en verdad lo fuera– tratando de sacar de sus casillas a la peliplata— nisiquiera lleva la sangre del señor Hades.
—¡Basta!– se acercó a él.
—no se exalte– tomándola de los hombros— no queremos que tenga problemas.
—tu eres mi único problema que tengo.
—sera eso o es que mi presencia la pone nerviosa– haciendo que la chica abriera sus ojos más de lo normal.
—¡Eres un idiota! Serías la última persona en la que me fijaría– de manera amenazante— además ya estoy en una relación con alguien– dándole la espalda.
—así que eso era– mientras la obligaba a qué volteara— mientras la sostenía por la cintura— dime quién es.
—te lo diré de una buena vez, es el mejor chico que e conocido, tierno, atento y pertenece a la orden dorada de Athena.
—con que es todo eso– sonriendo de lado— pero te aseguro que no sabe cómo complacer a una mujer.
Crystal sabía que con un juez del Inframundo no se jugaba, y aunque ella lo sabía esta vez estaba perdida había caído en el juego de él.
—sueltame– empujando al juez.
—es demasiado tarde para cambiar de opinión– tomándola del mentón para apoderarse de los labios de la chica, mientras que la otra mano la presionaba más a él.
La peliplata soltaba quejidos pues Aiacos la estaba lastimando, así que pronto se vio obligado a soltarla.
—estupido– le soltó una bofetada– largo mi vista— y no vuelvas, solo obedecere a mí padre de aquí en adelante. Este simplemente le dirigió una mirada de lujuria para desaparecer rápidamente del lugar.
La chica tenía encima emociones encontradas no sabía que hacer trataba de ser una hija casi perfecta desde que su madre la abandono,se dejó caer en el frío suelo sin importarle nada y llorando.

—Athena, enserio no fue a propósito– Aioros no sabías que más explicarle a la diosa.
—a mi no me lo vas a decir se lo vas a decir a ella.
—no puedo, por qué no lo hice con la intención de lastimarla.
—pues no parece que fuera así.
—¡Está bien!– exclamó ya frustrado— mañana le dejaré todo en claro para dejarnos de juegos, le parece.
—esos espero Aioros– retirándose del lugar.
Mientras tanto el chico inundaba sus pensamientos con ambas chicas.
<< por qué tenías que llegar ahora>>.

Templo de Géminis
—cuanto más debo esperar– el guardian de aquella casa se encontraba frente al espejo de la habitación.
—no tienes por que torturarte tanto– Aioria y Gaby que habían llegado con Saga hasta su templo.
—es que no lo entiendes Aioria– Saga estaba demasiado confundido.
—pues tienes razón no entiendo que es lo que te pasa.
—yo tampoco, además tienes idea de lo que acabas de hacer– Gaby trato de hacerle ver al chico que lo que quiso hacer con su amiga no había sido la mejor opción.
—es que cuando la veo...tengo deseos de que solo este conmigo, no quisiera verla con alguien más– llegando a su mente imágenes de Elena y Aioros.
—por que no solo le dices tus sentimientos– dijo Aioria.
—no eso sería una mala idea– Gaby lo corrigió.
—se puede pasar– Shaka se asomo desde la puerta.
—claro, adelante– le dijo Saga.
—perdón que me meta en lo que no– sentadose a la lado de Gaby– pero creo que primero deberías hablar con ella, y después saber que es lo que en realidad quieren ambos.
—es una excelente idea Shaka– Gaby le dió un pequeño abrazo haciéndolo sonrojar.
—tiene razón– decía Saga.
—hay si Shaka es una excelente idea– decía el león burlándose de ella.
—ya cállate– lanzándose Gaby un cojín a la cara.

Todo había terminado la fiesta como siempre fue la mejor y en cualquier parte de la sala del patriarca había botellas de vino y un sin fin de cosas.
Con los rayos del sol siendo aproximadamente las 10:30 AM. Crystal se encontraba en su habitación pensando en lo que anoche había sucedido con aquel espectro.
<<debería hablar con el>>– pensaba, cuando de pronto un llamado en su puerta la trajo de vuelta a la realidad—quien podrá ser– levantándose para abrir, llevándose una sorpresa— Aioros.
—puedo pasar– preguntó dudoso.
—adelante.
Cuando solían verse el chico la saludaba con un beso y una abrazo, pero está vez era diferente no hubo nada de eso.
—que sucede– mientras lo invitaba a tomar asiento al igual que ella en unos pequeños sofás.
—es un asunto delicado, y antes de que te enteres por otras personas te lo diré yo.
—de hecho yo también quería hablar de algo así– mostrándose nerviosa— pero no sabía cómo empezar– haciendo sorprender al chico— ayer me encontré con un espectro de Hades.
—que dices pero como...
—espera déjame continuar– bajando la mirada— no se cómo entro ni nada, pero me pidió que me fuera con mi padre...es decir Hades– el chico ya sabía que el enemigo de Athena era el padre de Crystal— como no quise hacerlo me empezó a amenzar, quería aprovecharse de mi y de un momento a otro me besó– empezando a brotar de sus ojos las primeras lágrimas.
—me estás diciendo que un espectro de él... – Aioros estaba exaltado no sabía que decir.
—lo siento Aioros traicione tu confianza– sollozando—se que no fui lo mejor...
—no Crystal,– levatandose para ir hasta ella y darle un abarzo– para luego apartarse— el que se tiene que disculpar soy yo.
El caballero no tenía el valor de decírselo pero lo haría sino su consciencia no estaría tranquila.
—ayer durante la fiesta sucedió también y en lo cual Athena se enteró– trago grueso— ayer me encontré con Elena...estuvimos platicando sobre la elección de un nuevo patriarca, pero no esperaba que sucediera ni siquiera estaba planeado– se mostraba más nervioso que la chica—no supe cómo sucedió enserio, ni por que pero...pero la besé.
La peliplata quedó sorprendida— tal vez si no hubiera pasado eso no estaría aquí diciéndotelo– Aioros sentía que el mundo se le venía encima, jamás en su vida había tenido la necesidad de decirle esto a una chica tan hermosa como Crystal y menos sin saber la reacción que tendría.
—yo sabía que nuestra relación no iba bien– levantándose del sofá, limpiándose las lágrimas– así que no tienes por que sentirte mal– el chico quedó sorprendido por tal reacción.
—no quiero que me odies Crystal– acercándose a ella— hice esto de la mejor manera lo juro, esto fue demasiado difícil.
—tranquilo, no te preocupes yo entiendo, tampoco fui sincera contigo– regalandole una sonrisa débil.
—de verdad lo siento– mirándole cabizbajo— no quería lastimarte.
—descuida, no te guardaré rencor lo prometo.
—eres una gran chica en verdad, gracias por tu comprensión– dándole un abrazo.
—gracias a ti por entender y por tu sinceridad Aioros– correspondiendo su abrazo
Era una ruptura algo dolorosa como cualquiera, pero eso no quitaba que ahora ambos serían felices con lo que querían y sobre todo sería el comienzo para una nueva amistad en la que ya no habría secretos.
Pero del otro lado de la puerta había alguien más escuchando todo y que estaba el preciso momento para dar el golpe que cambiaría el mundo para conseguir su propósito.
—me las pagarás Aioros muy pronto...

Continuara...

Me robo mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora