Alta Alcurnia

347 38 3
                                    

Cuando regresamos de nuestro viaje, nos enteramos que Fiona había organizado una fiesta de "presentación a sociedad" y toda la familia de Luke estaba en la ciudad.

Se podrán imaginar lo afligido que Luke estuvo toda esa semana.

Nunca le conté lo que su madre intentó hacer aquella tarde cuando me invitó a comer. Pero no fue necesario porque él sabía que su madre era capaz de eso, llegó a contarme que una vez sobornó a una chica que salía con él cuando estaba en la universidad.

Me mordí la lengua y actué sorprendida ante aquello.

Ese fue el detonante que lo hizo abandonar la escuela de leyes, tomar sus cosas e irse a explorar el mundo.

El plan de Fiona era volver a emparejar a Luke con Jessica, que su hijo retomara su antigua vida. Era como si el único propósito en la vida de la elegante señora era controlar a Luke.

Luke una vez me contó que el comportamiento de su madre para con él se debía a que, él era el único de sus hermanos que hizo lo que realmente quería. Desafió a sus padres, incluso cuando lo amenazaron con sacarlo del testamento y congelar sus cuentas.

Con él no pudieron y su madre vivía frustrada.

La señora no perdía la oportunidad para desprestigiarme cada vez que podía, siempre se refería a mi como si fuera poca cosa, me trataba como la sirvienta y Luke y yo nos burlábamos llamándola la madrastra de la cenicienta y Jessica era una de las hermanastras.

Estaba parada fuera de su salón de clases esperando a que terminara y no pude evitar sonreír al admirar lo perfecto que era.

No se percató de mi presencia hasta luego de un rato y cuando cruzamos miradas me sonrió.

—Ya vinieron por mi.—dijo y todos sus alumnos voltearon a verme. Varios de ellos también eran alumnos míos y me saludaron.—Practiquen eso de los dedos que les enseñé.—se levantó de su silla buscando el forro de su guitarra para guardarla.—Nos vemos la próxima semana.

Entré por fin al salón de clases y me apoyé de su escritorio mientras lo observaba recoger sus partituras.

—¿Estás bien?.—asintió sin verme colgándose el estuche de la guitarra en su hombro.—Estás todo gruñón...—le acaricié la mejilla y me miró al fin.

—Sabes que no es contigo y perdón si he estado de mal humor ultimamente.—asentí regalándole una sonrisa y resopló peinándose el cabello hacia atrás.

—No te preocupes, se cómo te sientes...todos tenemos días buenos y días malos.

—Nunca te he visto molesta...—frunció el ceño y sonrió mordiéndose el labio.—Triste sí, pero molesta nunca.

—¿Cómo algo podría molestarme si te tengo a ti?.—lo abracé por el cuello.

—Soy un idiota...por hacer que soportes mi mal humor.—negué besando fugazmente sus labios.

—Sí no quieres ir a ese baile...no vayas.

—No quiero matar a mi mamá de un infarto y que después toda la familia se me venga encima.—negó cerrando los ojos.

—Entonces relájate, respira hondo.—inhalé y exhalé y él hizo lo mismo.—Irás a esa fiesta esta noche, harás felices a todos y yo te voy a estar esperando en tu departamento con la tina llena de burbujas y lista para darte un masaje.—abrió los ojos de golpe.

—¿No vendrás conmigo?.

—Tu madre no me invitó y tengo miedo de comenzar a arreglarme para ir y que ella vaya a mi casa a rasgar mi vestido.—eso lo hizo soltar una carcajada y besó mis labios mientras se reía.

—No seas tonta. Tienes que venir conmigo, no podré soportar un segundo en ese lugar sin ti.

—Mi amor...sabes como me ponen esas cosas de etiqueta, tu mamá me odia, tu familia debe estar de su lado, no quiero causarte incomodidad.

—Lo ultimo que haces es causarme incomodidad.—negó apretando mi cintura y volvió a besarme.—Te necesito.—suspiré tratando de no ver su cara de borreguito a medio morir.

—Está bien.—asentí cediendo ante sus suplicas y sonrió ampliamente.—Llamaré a mi hada madrina para ver si tiene un vestido para mi.—ambos reímos al mismo tiempo y apreté sus mejillas para besarlo lentamente.—¿Me prestas tu teléfono para llamar a Chloe?.

—Aquí tiene, señorita Bronswick.—se sacó el teléfono del bolsillo para entregarmelo y lo tomé buscando el número de mi amiga en su directorio.—¿Tu teléfono aún sigue en el técnico?.—asentí despacio.

No había encendido mi celular desde aquel viernes que nos fuimos de viaje y no pensaba hacerlo.

Había cortado la comunicación con mi familia y evitaba por completo los canales de noticias.

—Chloe.—sonreí cuando contestó la llamada.—Necesito de tus buenos servicios esta noche.

—¿Qué sucede?...

—Iré a un baile de presentación a sociedad y es formal. No tengo nada de etiqueta y se que en tu closet hay algo que pueda usar.

—¿Qué rayos es un baile de presentación a sociedad?.—me eché a reír.

—Es una fiesta que las familias de clase alta solían hacer antes para...presumir su dinero.—Luke puso los ojos en blanco y le sonreí.

—Que asco...—gruñó.—No sé si lo que está en mi closet esté a la altura de una fiesta de presentación a sociedad de la alta alcurnia.—lo dijo imitando un acento súper refinado y me cubrí la boca conteniendo una carcajada.—Pero podemos ir a comprar algo, conozco un lugar...

—Vale, nos vemos en una hora en tu trabajo.

—Está bien.—hizo una pausa.—¿Sigues sin prender tu celular?.

—Sí.—me mordí el labio.—Te estaré llamando del celular de Luke.

—Bien...—supiró.—Nos vemos.—colgó la llamada y le pasé el teléfono a Luke.

—¿Qué te dijo?.

—Qué no tiene nada a la altura de una fiesta como esa pero que conoce un lugar, quedamos en vernos en una hora.

—¿Necesitas dinero?.—negué besando fugazmente sus labios.

—No te preocupes por eso.

—Te daré mi tarjeta de todos modos.—se sacó su billetera para darme su tarjeta pero lo detuve.

—Mi amor, tranquilo.—le di besos por toda la cara y lo escuché reír.—Por que no me dejas mejor en el trabajo de Chloe y te vas a casa a dormir, tienes unas ojeras horribles.

—¿Lo del baño de burbujas sigue en pie?, creo que lo necesitaré luego de que todo esto termine.—negó mientras se masajeaba sus sienes.

—negó mientras se masajeaba sus sienes

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝑲𝒊𝒔𝒔 𝒎𝒆 𝒉𝒂𝒓𝒅 𝒃𝒆𝒇𝒐𝒓𝒆 𝒚𝒐𝒖 𝒈𝒐 | 𝙇. 𝙃𝙚𝙢𝙢𝙞𝙣𝙜𝙨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora