¿Podemos Besarnos Para Siempre?

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Aquella noche no pude pegar un ojo.

Hablar con Chloe había revuelto todos esos recuerdos que guardé bajo llave para poder continuar. Estaba lloviendo y las gotas de lluvia golpeaban contra el vidrio de mi ventana, el agradable sonido me relajaba pero de un momento a otro...comencé a llorar.

Siempre sentí que era una egoísta, debí detenerlo cuando las cosas con Luke se tornaron serias, pero yo dejé que llegaran lejos y eso trajo como consecuencia la destrucción de ambos.

Me levanté de la cama, abrí el primer cajón de mi cómoda y saqué el libro que él me había regalado hace tiempo. Sonreí al recordar el momento exacto cuando me lo obsequió, su sonrisa, sus ojos que brillaban más que las estrellas en el cielo.

❝Sólo se vive una vez . Pero si lo haces bien, una vez es suficiente❞- Mae West

Su dedicatoria estaba escrita en la primera pagina, pasé mis dedos sobre ella y una de mis lagrimas cayó sobre la pagina humedeciéndola.

El marca páginas era una serie de fotos que nos habíamos tomado en una cabina, la tercera vez que salimos en una cita. Solía leer el libro para él en francés, por petición suya, decía que mi voz lo relajaba.

Todas las noches, cuando me quedaba en su casa, nos metíamos en la tina mientras yo le leía y hasta se quedaba dormido. Recordar esas pequeñas cosas me puso muy nostálgica.

Cuando nos sentábamos en el sofá a ver una película y él luchaba por no quedarse dormido y prestarle atención porque pensaba que era importante para mi. Las veces que amanecíamos hablando por teléfono, enviándonos mensajes porque ninguno de los dos quería despedirse.

Componer música juntos era de mis actividades favoritas, aun conservaba todas las partituras y las letras de canciones que escribió para mi. No había tocado un instrumento musical desde que regresé de Nueva York.

Mis dedos extrañaban las teclas del piano, las vibraciones de las cuerdas de mi cello que se encontraba en algún rincón de mi habitación llevando polvo. Porque juré que no volvería a tocar música.

El libro estaba casi por terminar, sólo faltaban unas diez páginas. Me senté junto a la ventana y me puse a leer para terminarlo. Lo hice en voz alta, cómo si sintiera que él estaba escuchándome y mi memoria me hizo trasladarme llevándome de vuelta a su departamento.

Estaba sentada en su cómodo sofá, tenía su cabeza reposada en mis piernas mientras le rizaba el cabello y le leía en voz alta hasta que se quedara dormido.

Faltaba la ultima pagina cuando noté algo peculiar en la contra cubierta del lado interno. Mi ceño se frunció ligeramente y aparté la ultima página para ver de que se trataba.

Me quedé sin aliento cuando logré reconocer lo que estaba pegado en la contra cubierta con cinta adhesiva.

Dos boletos de avión a Tokyo.

❝Si te sientes perdida, es porque todavía no has salido a buscarte❞

Era la frase que estaba escrita debajo de los boletos, mis ojos se humedecieron y rompí a llorar desconsoladamente, abrazando el libro contra mi pecho.

.....

Estaba esperando por Chloe, hacía una hora que había mandado a recogerlos y me sentí muy ansiosa por reencontrarme con ellos.

Felicidad, esa era la palabra que estaba buscando, había reprimido tanto ese sentimiento que hasta olvidé como se sentía, cuando escuché que llamaban a la puerta de mi oficina me levanté como rayo y yo misma fui a abrir la puerta.

𝑲𝒊𝒔𝒔 𝒎𝒆 𝒉𝒂𝒓𝒅 𝒃𝒆𝒇𝒐𝒓𝒆 𝒚𝒐𝒖 𝒈𝒐 | 𝙇. 𝙃𝙚𝙢𝙢𝙞𝙣𝙜𝙨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora