Fabergé

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Pensaba que esto era una mala idea, no sabía porque pero algo me lo decía. De todas formas fui al lugar donde la madre de Luke me citó para tener "un almuerzo de chicas", así lo llamó ella.

Fiona llegó media hora despues de la hora acordada, odiaba la inpuntualidad, me parecía descortez y una vil falta de respeto, pero conociendola sabía que lo había hecho a proposito.

­—Perdón querida, pasé por esta tienda y no pude evitar comprar.—alzó las bolsas que tenía en sus manos y las dejó sobre la silla que sobraba en nuestra mesa.

—No se preocupe.—sonreí.—Ordené unas mimosas.

—Perfecto.—se quitó las gafas de sol dejandolas sobre la mesa.—Estás radiante hoy, el blanco te luce, es tu color.

—Gracias, usted tambien luce preciosa en su bulberry.—señalé su abrigo y ella sonrió.

El mesero llegó con nuestros tragos y Fiona aprovechó para pedir una ensalada y un postre costosisimo que estaba en el menú. Yo no tenía mucha hambre así que pedí un entrante de camarones.

—Escucha, pequeña.—dijo una vez el mesero se fue con nuestra orden.—En realidad quería hablar seriamente contigo.—juntó las manos sobre la mesa.—Sé que mi hijo está contigo por uno de sus actos de rebeldía y no lo tomes a mal, me caes muy bien pero seamos honestas...tú no encajas en la vida de Luke, él necesita una chica que esté a su altura, refinada, con clase...no quiero decir que tú no lo seas, tienes tu encanto y mi hijo en serio te aprecia, pero sabes que lo de ustedes es pasajero.

—Señora Hemmings...—comencé pero ella me interrupió.

—Espera.—abrió su costoso bolso dejando sobre la mesa una bolsa de terciopelo, abrió la bolsa revelando lo que contenía en su interior y me miró con una sonrisa.—Es un huevo fabergé y vale más que tu casa y la mía juntas. Te lo daré, como obsequio, si te alejas de mi hijo y lo dejas hacer su vida normal.

¿Es en serio?, no podía creermelo, ni siquiera había asimilado todo lo que estaba diciendome, estaba perpleja y me llevó un rato procesar todo aquello.

Me quedé un rato viendo el huevo y reí sin gracia mientras negaba con la cabeza.

—Estaba consiente de que usted era algo frívola y que tampoco era de su agrado, pero tratar de comprarme es la cosa más baja que le he visto hacer a alguien y no me lo esperaba de usted.

—Por favor chiquilla, te estoy haciendo un favor. Piensa en Luke, sería el asme reír de todos si te lleva a otra cena como la de anoche...acepta el trato, te alejas de él, tú obtienes algo de dinero y todos somos felices.

—No me va a comprar con un huevo, ni con miles, amo a Luke y él me ama a mi y nada de lo que usted haga va a hacer que eso cambie.

Ambas nos miramos desafiante por un momento hasta que el mesero volvió con lo que habíamos ordenado cortando con el momento de tensión, pero en cuanto se fue ella volvió a mirarame.

—Ni siquiera sabrás lo valioso que es uno de esos huevos, Jessica tenía razón.

—Oh...claro que lo sé señora Hemmings, mi familia los colecciona. Mi padre me regaló un par en mi cumpleaños dieciocho.—le sonreí de medio lado levantándome de la silla.—Es una pena que usted sea así de vacía, por un momento pensé que podríamos llevarnos bien...que tenga linda tarde.—tomé mi abrigo y dejé dinero sobre la mesa, el suficiente para pagar la cuenta completa y salí de ese lugar totalmente ofendida.

.....

—¡Pero que vieja tan maldita!.—Exclamó Chloe completamente furiosa luego de terminar de contarle lo que había pasado en el almuerzo.—¿Quién se cree que es para hablarte así?.

—Esa señora tiene serios problemas.

—¿Le vas a contar a Luke?.—negué.—Tienes que contarle, Isa, para que haga algo al respecto.

—No quiero mortificarlo, de por sí, ya se siente muy afligido, no quiero que se sienta culpable por algo...

—¿Entonces vas a dejarlo así?, esa señora no te va a dejar tranquila y la tal Jessica menos.

—¿Pero qué se supone que haga, Chloe? es su mamá y no podría ponerlo en su contra, no me lo perdonaría, por muy malvada que sea esa señora.

—Odio que seas tan diplomática.—bufó levantandose del sofá y fue directo a la cocina para tomar una botella de vino.—Tienes que entender qué ellas no se van a quedar tranquilas hasta destruir tu relación con Luke.—sirvió vino en dos copas y volvió a su lugar en el sofá entregandome una de las copas.

—No soy vengativa y tampoco me gustan las confrontaciones.

—No estoy diciendo que te vengues, Isabela, sólo que estés prevenida, al menos dile a Luke para que él esté atento.—le dio un sorbo a su copa y se quedó callada observándome.—Por favor...si tú no estás a su altura entonces nadie lo está.—negó con la cabeza y reí.—Más bien él no está a tu altura...estúpida vieja estirada.

—Ya Chloe, no digas eso.—bebí de mi copa y la dejé sobre la mesita de café.

—Es verdad Isa...es que me muero por ver la cara de esa señora cuando se entere de quienes son tus padres, se desintegrara en su propio veneno.—sonreí y negué al escucharla.

—No quiero que ese día llegue.—admití en un hilo de voz y volví a tomar mi copa para beber otro sorbo.—¿Qué hora es?.—miré mi reloj de pulsera.—Tengo ensayo en una hora.

Me levanté del sofá bebiendome todo el contenido de la copa en un sólo sorbo y Chloe se echó a reir.

—No bebas tan rápido que ensayar ebria no es buena idea.—reí también mientras me colocaba mi abrigo.—Relájate, intenta sobrevivir hasta el viernes y luego nos iremos los cuatro a pasar unas lindas vaciones de invierno lejos de tanto drama.

—Ojalá.—fuí por mi instrumeto y antes de irme me acerqué hasta Chloe para despedirme con un beso en la mejilla.—Nos vemos más tarde, no bebas tanto sin mi.

—Nos vemos más tarde, no bebas tanto sin mi

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𝑲𝒊𝒔𝒔 𝒎𝒆 𝒉𝒂𝒓𝒅 𝒃𝒆𝒇𝒐𝒓𝒆 𝒚𝒐𝒖 𝒈𝒐 | 𝙇. 𝙃𝙚𝙢𝙢𝙞𝙣𝙜𝙨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora