Je Vais T'aimer

342 36 0
                                    

—Preciosa...—Luke llamó mi atención y aparte la mirada de la ventana para verlo.—Sé que no querías acompañarme y prácticamente te obligué a venir.—me miró rápido y tomó mi mano para sujetarla mientras iba conduciendo.—Pero odio que estés tan callada.

Sus ojos preocupados me hacían doler el corazón porque seguro pensaba que mi estado apático era por su culpa. Había estado tan dispersa y distante con él en lo que iba de noche y ni siquiera habíamos llegado a la fiesta.

—Te Amo.—dije en un susurro.

—Yo también.—sonrió llevando mi mano hasta sus labios para besarla.

—Necesito contarte algo pero...¿podemos esperar hasta mañana?.—me miró extrañado.

—¿Qué sucede?.

—No quiero abrumarte con más cosas hoy.

—Me estás preocupando, Isabela.—sonreí para tratar de tranquilizarlo aunque por dentro estaba muriendo.

—Disfrutemos esta noche, ¿si?.—acaricié su mejilla y él no hizo más que suspirar y continuar con el camino.

No iba a arruinar mi ultima noche con él.

Traté de hablarle de otra cosa, sacándole conversación para que se relajara porque lo notaba demasiado tenso.

No era el momento para decirle mi verdad y aunque había practicado muchas veces para decirle, todavía seguía quedándome sin palabras.

.....

Estaba tan dispersa esa noche que ni los comentarios despectivos de la madre de Luke hacia mi, me parecían graciosos. Ese lugar, todo a mi alrededor me recordaba a casa, personas elegante fingiendo que se agradan.

A pesar de haber crecido en ese ambiente, me sentía fuera de lugar, siempre me sentía fuera de lugar.

"—Isabela.—aterricé cuando escuché mi nombre.—Baja los codos de la mesa, niña, ¿a caso comes con la servidumbre?.—bajé rápido mis codos.—Siéntate derecha.—lo hice.—Levanta el mentón.—erguí mi espalda dejándola completamente recta en la silla y alcé ligeramente mi mentón.—Ahora, toma la cuchara para sopa.—comencé a sudar cuando vi los utensilios a un lado de mi plato con miedo a equivocarme, tomé la que yo creía correcta pero el golpe que recibí con la vara de bamboo me hizo saber que estaba mal.

Me tensé y volví a mirar las cucharas, eran tantas que se me hacía difícil recordar cual era la correcta.

Quería llorar pero no se me tenía permitido, tampoco hablar sin pedir la palabra o hacer algo por mi propia voluntad.

Cerré los ojos buscando mi concentración y cuando los abrí y volví a ver los cubiertos, tomé el correcto.

—Bien. Ahora, debes tomar la sopa dando pequeños sorbos, sin abrir demasiado la boca.—metí la cuchara en la sopa.

Pero cuando intenté llevarla hasta mi boca, sin inclinarme ni acercarme al plato, un poco de sopa se derramó en mi vestido por culpa de mi mano temblorosa.

—No puede ser...—dijo en susurro pero logré escucharlo.—Siento que le estoy enseñando modales a un animal de corral.—suspiró arrojando la servilleta de tela en la mesa.—Empecemos de nuevo, hasta que no lo hagas perfecto no podrás irte.

𝑲𝒊𝒔𝒔 𝒎𝒆 𝒉𝒂𝒓𝒅 𝒃𝒆𝒇𝒐𝒓𝒆 𝒚𝒐𝒖 𝒈𝒐 | 𝙇. 𝙃𝙚𝙢𝙢𝙞𝙣𝙜𝙨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora