Pensando En Ti

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Esa noche tampoco pude dormir, pasé toda la madrugada cuestionándome si estaba haciendo lo correcto.

Me di cuenta que estaba a punto de amanecer cuando el cielo comenzó a tornarse de ese color lila precioso. Me levanté para abrir más las cortinas y disfrutar de ese hermoso momento de paz. Escuchar el sonido de los pájaros, el aroma a tierra húmeda, el hermoso rocío que decoraba los pétalos de flores, suspiré y una sonrisa se me dibujó en el rostro.

No despertaba de tan buen humor desde hace tiempo. Luego recordé que el motivo de mi buen humor y de mi ansiedad en la noche era que, el amor de mi vida estaba de vuelta y mi corazón estaba celebrando.

Fui a darme una ducha y me arreglé para ir a verlo. Sabía que él no despertaba tan temprano y probablemente seguía profundamente dormido. Aproveché que aun no amanecía por completo y el palacio seguía a oscuras, logré escabullirme de los guardias que custodiaban el pasillo de mi habitación, me sentía toda una ninja.

Reí ante ese pensamiento.

Pude llegar hasta su habitación sin ser vista, pero cuando estuve a punto de tocar la puerta esta se abrió haciéndome sobresaltar por la impresión. Ambos nos quedamos viendo y me eché a reír cubriéndome rápido la boca para no levantar sospechas.

—Mierda, me asustaste, Isa...—dijo llevándose una mano al pecho— ¿Qué haces aquí? ¿estás bien?—preguntó preocupado.

—Vine a verte...—Sonreí mordiéndome el labio. Él también sonrió y sujetó mi cara plantándome un delicioso beso que hizo que las maripositas de mi estómago comenzaran a revolotear.

—Yo iba a hacer exactamente lo mismo.—habló contra mis labios y reí abrazándolo por el cuello para continuar con nuestro beso—No pude dormir, sólo pensaba en que debía buscarte—me abrazó por la cintura y hundió su cara en mi cuello.

—Yo también pensé en ti amor...todos los días que he pasado lejos de ti no hago nada más que pensarte —Suspiró abrazándome con más fuerza y nos quedamos así por una largo rato—Quiero mostrarte algo—se separó de mi cuello y levantando la cara para mirarme—No hagas ruido...—asintió y volví a besar sus labios un par de veces más.

Nos escabullimos juntos evadiendo a los guardias que custodiaban todo el palacio. Me sabía todos los atajos, había recorrido todo el castillo cuando era niña hasta cansarme y nadie sabía los pasadizo secretos mejor que yo.

Se me hizo tan divertido, nuestras risas cómplices mientras nos ocultábamos cuando escuchábamos pasos y de vez en cuando Luke frenaba nuestro andar  para robarme un beso.

—¿Sabes montar a caballo?—pregunté soltando su mano para abrir el enorme portón de la caballeriza, la puerta estaba un poco atascada y Luke se acercó para ayudarme.

—Practicaba polo cuando era pequeño—hizo una mueca de fastidio—Por supuesto, todo era idea de mi mamá.

—El polo es el deporte oficial de aquí—sonreí mientras lo guiaba por la caballeriza—Sobre todo de la realeza—abrí la jaula de mi caballo y entré acariciándole el pelaje—Ella es Penelope—sonreí abrazándola por el cuello—Vengo aquí todas las mañanas para alimentarla.

Luke se acercó lentamente, con un poco de miedo y me dio risa. Sujeté su muñeca para atraerlo y dejé su mano sobre Penelope.

—Me dan miedo los caballos, creo que es momento para confesártelo—reí de nuevo y lo animé a que la acariciara.

—Penny es muy linda, la tengo desde que era pequeña, no deja que nadie la monte, sólo a mi—Luke me miró rápido—Tranquilo, no te pediré que te subas a ella si no quieres, amor.

𝑲𝒊𝒔𝒔 𝒎𝒆 𝒉𝒂𝒓𝒅 𝒃𝒆𝒇𝒐𝒓𝒆 𝒚𝒐𝒖 𝒈𝒐 | 𝙇. 𝙃𝙚𝙢𝙢𝙞𝙣𝙜𝙨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora