Un gran mal se ha desatado en Britannia junto con el regreso de dos de los demonios más antiguos. Una maldición, un propósito, una guerra.
Advertencia⚠
○Esta historia contiene spoilers, más allá de la 3era temporada de NNT.
🚫No copias
🚫No adaptac...
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•Llamas del purgatorio•
°Narra Darcy° Me levanté de exaltada, me puse de pie y corrí hacia la colina, rodée el árbol.
-¡Mamá! ¡¿Dónde estás?!- no se encontraba en el lugar de siempre.
-¿Por qué tanto alboroto?- caminaba en la hierba a mi dirección. -Te ves muy pálida. ¿Estás bien?-
-Mamá... él ya viene- ella me miró inexpresiva y soltó un suspiro.
-Tienes que encontrar a ese hombre, sólo así podrás enfrentarlo-
-¿Cómo voy a saber quién es?-
-Lo sabrás cuándo lo veas- me jalé levemente el pelo. Ella comenzó a alejarse de nuevo.
-Mamá- me miró por encima de su hombro, -Estoy muy asustada- le dije con un hilo de voz.
-¿Asustada? ¿Asustada de tu futuro?- giré, esa voz, la había escuchado en otras ocasiones, -No deberías asustarte por el futuro, tienes que vivir el presente, y prepararte para lo que se viene. Si confías en tí misma, sabrás que puedes con ello- miré a mi madre.
-Ahí lo tienes- dijo y siguió caminando. -No sé quién sea ese hombre, pero sus consejos son más que gratos- Me acosté al lado del árbol, pequeñas hojas comenzaron a caer.
-Tienes que creer en tí misma, creer que puedes con todo-
-¿Quién eres?... ¿porqué no puedo recordarte?- pregunté y cerré los ojos frustrada.
-Estoy en tu corazón...-
Abrí los ojos, estoy en mi habitación. Miré al hombre que estaba a mi lado, el rey.
-¿Qué fué lo que me pasó?- pregunté
-Te desmayaste. Pero te diste un buen golpe- una punzada en mi cabeza hizo que cerrara los ojos.
-Puedo ayudarte con eso- puso su mano en mi cabeza y de ella salió una luz.
-Muchas gracias Elizabeth- le sonreí, ya me sentía mejor. Ví entrar a Gil con una bandeja, detrás de él venían Griamore, Guila y Jericho.
-Supimos lo que te pasó, queríamos ver cómo estabas- habló Guila, les sonreí.
-Ya me encuentro mejor, gracias- Gilthunder se pasó a mi lado y dejó la bandeja en la mesita de noche.
-¿Qué fué lo que te pasó?- preguntó el rey.
-Recibí una carta, no sé quién la trajo aquí, estaba en mi tocador- miré hacia todos lados, me levanté y caminé hacia ahí, la carta estaba en el piso. Tocarla me ponía tensa. -Aquí está- se la pasé al rey y me senté nuevamente en la cama.
