||Capítulo XXIII||

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•Investigación•

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•Investigación•


°Narradora°
°En el purgatorio°
Un hombre caminaba a paso firme por los pasillos del gran castillo. Se detuvo en seco y miró la habitación que estaba entreabierta, se acercó lentamente y escuchó.

-No eres tan sexi cómo tu hermano, pero si aceptas ser mío te despertaré con gusto- dijo la peliroja a pocos centímetros del demonio que se encontraba en cama. -¿Qué dices cariño?- el hombre que observaba dió una media sonrisa y se adentró a la habitación.

-Yo no haría esa propuesta...- comenzó a mirar el cuadro que estaba colgado en una pared, la fémina dirigió su mirada al hombre y se levantó rápidamente de dónde estaba.
El pelinegro no despegó su vista del retrato de los dos príncipes demonios, siempre dándole la espalda -¿Así que tu jueguito de seducción podría costarme el plan?-

-Yo... estaba bromeando, Hathor- el hombre volteó a verla, la miró de abajo hacia arriba y levantó una ceja.

-No me gusta tu actitud de bromista, para ser un súcubo, acostumbras caer tan bajo. Siempre buscando seducir al primer príncipe que se te pone en frente, no me equivoqué respecto a tí- la mujer bajó la cabeza.

-Estás siendo muy duro con ella, Hathor- un pelirrojo se adentró a la habitación, -Te lo estás tomando muy apecho- le golpeó el hombro al joven.

-No vuelvas a tocarme...- apretó los puños.

-O si no, ¿qué?- no recibió respuesta, sonrió victorioso, -¿Crees que por ser el hijo del jefe te tendré miedo? No eres nadie al lado de tu padre- salió de la habitación, -Cobarde- susurró, siguió caminando, hasta que fué azotado contra una pared.

-¡¿UN CERO, BASTARDO?! ¡TE ATREVES A LLAMARME A MÍ! ¡¿UN CERO?!- el pelinegro puso su mano en la boca del hombre cubriendo sus mejillas con sus dedos, de ellos aparecieron unas filosas garras que se encajaron en la piel del pelirrojo. -Pídeme perdón-
El hombre no dijo nada sólo miró con rabia a su agresor. -Lo diré una vez más, ¡PÍDEME PERDÓN!-

-¡Detente Hathor!- gritó una rubia.
El hombre nisiquiera volteó a verla, sólo miraba los ojos obscuros del hombre que osó humillarlo. La sangre del hombre comenzó a caer en gotas.

-Perdón...- a penas pudo pronunciar, el pelinegro lo soltó al pelirrojo.
La rubia corrió hacia el herido mientras que el segundo hombre comenzó a alejarse.

[...]

-¡Hathor!... ¡Tu padre te llama!- gritó una vez femenina a la puerta.
El hombre secó el líquido negro de sus mejillas y se lavó la cara. El espejo estaba roto, se miró en el y salió del baño. Abrió la puerta de la habitación encontrándose con una castaña que tenía los brazos cruzados. Él sabía que iba a reñirle por el incidente de hace una hora, así que pasó a su lado dejándola con la palabra en la boca.

"Odio"... ▪Nanatsu no Taizai▪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora