||Capítulo XXVII|

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•Élite•

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Élite

°Narra Darcy°
Abrí los ojos, el cielo era gris. Este lugar no era mi mente, estaba totalmente mojada y me dolía todo. Miré hacia a un lado, ahí estaba ella...  Alice.

-Jamás podrás ser una guerrera- por alguna extraña razón comencé a llorar. -Si Hathor estuviera aquí, sería de más ayuda. Y no estaría mal gastando mi tiempo en una inútil cómo tú- cerré los ojos, y me cubrí la cara. No soportaba que ella me menospreciara, me hacía odiarla sin que yo lo quisiera.

Quité mis manos de mi cara.

-No llores- esa voz.

-¿Dónde estás?- me puse de pie, ya estaba en el lugar de siempre, pero no veía el árbol o la colina.

-Debes esforzarte... sin darle gusto a los demás, de eso se trata ser un buen guerrero. Tú algún día lo serás, tengo fe en que sí- esa voz, ¿por qué a pesar de tener mis memorias, no puedo recordarla?.

Me levanté de dónde estaba, Gil estaba durmiendo a mi lado, toqué mis mejillas, ¿por qué estaba llorando?. Tomé mi ropa y me la puse, salí de ahí rápidamente y entré al castillo, subiendo mi habitación, al llegar miré el reloj, 11:45 pm, tomé mi pijama y fuí a bañarme. Al salir fuí hacia mi tocador para peinarme. Ahí estaba la carta, la tomé.

Para Darcy
No sé porqué te reúsas a responderme las cartas, no estás siendo cortés conmigo. Me enteré que el traidor está de vuelta, no sé cómo se despertó, pero te hago saber que tomé una pequeña parte de su poder, de eso se trata, mi "Sueño sin fin". Cómo te mencioné la otra vez, mis nuevos colegas atacarán pronto, estarán muy contentos de volver a encontrarse con los idiotas que los sellaron.
Mucha suerte para el próximo ataque, trata de no morir, quiero ser yo quien acabe contigo.

De: H.

Dejé la carta encima de la mesita de noche, son tantas cosas en que pensar, dormir me haría bastante bien. Comencé a cerrar los ojos.

Levanté la vista, había varios cuerpos tirados en el suelo, miré a mi lado, estaba mi mamá ahí, con un gran agujero en el estómago, me acerqué hacia ella.

-Dios mío- levanté la vista encontrándome con una mujer de cabellos rosas y unas alas grandes. -¿Tú hiciste esto?- no respondí. Esta no era yo.
Me puse de pie, y la miré seria, alguien aterrizó enfrente de ella, pero estaba dándome la espalda.

-¿Tú fuiste quién mató a todos estos hombres?- conozco esa voz. Se giró para verme, ese rostro... era él, no puede ser.

-Ludociel...- dije en susurro.

Me levanté de golpe, me sobé la cabeza, seguramente el resto de mis recuerdos ya estaban volviendo. ¿Por qué no me había acordado de él? ¿Seguirá vivo? Tengo que averiguarlo, me bañé rápidamente y me puse una armadura, tomé la carta que estaba en la mesita. Corrí hacia abajo. Llegué en la planta baja, Hendrickson ha de saber qué le pasó.

"Odio"... ▪Nanatsu no Taizai▪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora