Unexpected ✨ (Milo Manheim y Tú)

Capítulo 2: Él

Al día siguiente debemos estar a las doce de la mañana en el centro de Texas de nuevo, por lo que Kylee y yo nos despertamos a las diez y media. Desayunamos juntas y muy rápido, y nos preparamos. Yo me pongo unas sandalias marrones, unos pantalones cortos vaqueros de color negro y una blusa rosa pastel y un poco de pintalabios que apenas se nota en mis labios. Recojo mi pelo en una coleta baja al lado de mi oreja. En un bolso meto dinero, mi móvil, los cascos, el cargador, colonia y mi pintalabios. Busco el guión por todos lados y no lo encuentro, literalmente busco por toda la casa y no aparece.

-¿Qué pasa?- pregunta mi hermana en la puerta de su habitación.

-No sé dónde está el guión

-¿Qué? ¿No te acuerdas dónde lo has dejado?

-No, pero estoy segura de que lo he dejado en mi habitación

-He visto salir esta mañana a mamá de él- mi madre abre la puerta del baño sin salir de él y voy hacia ella corriendo.

-¿Has visto mi gui...?- tira de la cadena con la tapa abierta y veo lo que hay dentro del retrete, mi guión.

-¡Mamá!- grita Kylee detrás de mí sorprendida, yo solo puedo mirarla asombrada con las lágrimas acumulándose en mis ojos.

-¿Por qué has hecho eso?- la voz se me apaga al final.

-No creo en la casualidad, y menos en el destino. Tampoco creo que te hayas quedado con el papel cuando hay chicas mucho mejores que tú que lo podrían haber hecho sin mover apenas una pestaña. Solo te estoy demostrando que no vales nada hagas lo que hagas

-No, ya está, avisa a papá, vámonos- le digo a Kylee, ella desaparece y yo corro a por mis cosas a la habitación. No puedo creer lo que mi propia madre me ha hecho, y sé que lo hace porque no quiere admitir que su hija ha conseguido algo por una vez, y que va a triunfar por ello. Sé que ni ella ni papá quieren que yo sea igual que Kylee, por alguna razón quieren que yo sea siempre inferior a ella, seguramente sea para poder mofarse de alguien en su cara, en este caso de mí.

Nada más entrar en el coche, aprovecho a que mi hermana esta vez se ha sentado delante para soltar todo lo que estaba reteniendo y ponerme a llorar. ¿Cómo me pueden odiar tanto mis propios padres? Lo que más me inquieta es qué voy a hacer ahora que no tengo el guión.

Durante todo el camino, Kylee pone la instrumental de las canciones y canta sus partes, yo aprovecho para calmar mi llanto. Cuando llegamos al centro de Texas, justo a la dirección asignada en el correo, vemos un edificio marrón muy alto con puertas giratorias en la entrada.

-Es aquí, sé que terminaréis tarde y por la carretera que hemos venido es muy peligroso conducir por la noche. Toma, para que os quedéis en algún hotel de aquí o que os lleve alguien a casa- le da algo de dinero a Kylee y pasa de mí, yo bajo del coche sin despedirme.

-Típico, que en vez de preocuparse por la seguridad de sus hijas que se preocupe por la suya- digo para mí misma rodando los ojos.

-Lana mírate- grita mi hermana, se acerca a mí preocupada.

-¿Qué?

-Tus ojos están rojos y tus labios hinchados. ¿Has estado llorando en el viaje?

-Sí, he estado llorando- respondo siendo obvia.

-No hagas caso a mamá, Paul te dará otro guión, es imposible que solo tengan uno, tienen que tener copias- me anima, yo echo a andar hacia el edificio que tenemos delante. Paso por las puertas giratorias y me encamino a la recepción con mi hermana siguiéndome.

-Somos Lana y Kylee Russell- le digo al chico detrás del mostrador.

-Perfecto, mi compañera os acompañará hasta el ascensor, es la última planta, puerta número 148- nos indica, una mujer joven nos acompaña y pulsa el botón por nosotras, me sorprende mucho que haya hasta veinticinco plantas, y que la última sea la nuestra.