Capítulo 23: Vuelta a casa

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Todo el mundo se ha quedado callado desde que yo he empezado a gritar a mis padres, pero es que tenía que soltarlo de una vez. Por una parte lo he hecho por Milo, pero por otra lo he hecho por mí misma.

-¡No nos hables así y mucho menos nos acuses de algo así!- grita mi madre acercándose a mí.

-¡Os molesta que os diga las verdades como puños, pero no soy la única que piensa así!- grito mientras retrocedo, con lágrimas saliendo de mis ojos.

-¿Qué dices?- pregunta mi padre.

-¿Os creéis que Kylee es feliz? ¡Pues no, no lo es! Ella también sufre. ¿Sabéis cuantas veces ha querido ayudarme y no ha podido por el miedo que tenía de que la hiciérais algo? Vosotros os pensáis que mimar así a una niña está bien, sobre todo pensáis que ella va estar bien, pero no lo está, sufre cada vez que me ve, sufre por mí y eso es algo que ni vosotros que sois mis propios padres habéis hecho. ¿Qué más da que sea adoptada? Es lo único que os agradezco, que me hayáis dado a una hermana que vale tanto como Kylee- mi madre me va a pegar de nuevo, pero entonces Trevor y Milo se ponen delante de mí.

-No le aconsejo que haga eso- dice Trevor.

-No vuelva a tocar a Lana o le saldrá muy caro- amenaza Milo, ella gruñe enfadada y se echa para atrás, mi padre coge la mano de Kylee y mi madre la mira.

-Vámonos- ordena ella, sacan a rastras a Kylee de allí. Pero antes de llegar a la puerta, Kylee se suelta bruscamente de ellos y corre hacia mí llorando, cuando me alcanza, me abraza muy fuerte. Entonces mis padres vuelven enfurecidos, pero ahora es Paul quien se pone delante de nosotros.

-Le aconsejo que no se acerque más señora- dice Paul, ella se queda asombrada.

-Vayan despidiéndose de sus hijas, soy abogada y estoy segura de que cuando el juzgado sepa esto, os las quitarán- dice la madre de Trevor, Kylee y yo nos miramos y sonreímos.

-No puede hacer eso- dice mi padre.

-Yo no, el juez sí

-No tenéis pruebas- dice mi madre.

-Tenemos pruebas suficientes- dice Milo, me mira para que yo diga algo, entonces sé a lo que se refiere.

-Todos los mensajes que me mandas siguen aquí- saco mi móvil y se lo enseño, ella intenta venir a por él, pero Paul, la madre de Trevor y los padres de Milo la paran. Vienen los guardias de seguridad y se la llevan con mi padre detrás.

-No os preocupéis por todo esto, yo haré que os separen de ellos- dice la madre de Trevor.

-Muchas gracias señora Tordjman- agradezco.

-De nada Lana. Oh, tu debes de ser Kylee, Trevor no para de hablar de ti

-Mamá- se queja Trevor, Kylee se sonroja.

-Sí, soy yo, encantada

-Mañana por la mañana iremos a denunciar, no tardarán en llevaros a juicio para solucionar todo- dice Paul metiéndose en la conversación.

-Gracias- agradezco de nuevo. La gente se dispersa y nos dejan solos a Milo y a mí, me coge suavemente de las manos.

-Lo has hecho- murmura.

-¿Tanto te sorprende?

-En realidad no, por una parte pensé que no lo harías pero por otra estaba seguro de que lo harías

-Tengo que irme con Kylee

-Buenas noches- se despide, salgo del lugar y Kylee me espera en la limusina con nuestros padres, pero yo no quiero ir.

-Si pasa algo con ellos, llámame- dice Paul a mi lado.

-Sé que va a pasar algo, pero no sé si me dará tiempo a llamarte. Seguramente mi madre me quite el móvil cuando tenga oportunidad- confieso.

-Dame tu móvil, mañana por la mañana te lo daré en comisaría, nos vemos allí a las diez de la mañana- me informa, yo asiento pero no me atrevo a ir a la limusina.

-¿Quieres que vaya contigo?- pregunta detrás de mí Milo, asustándome.

-¿Crees que mis padres te dejarán entrar en casa?- pregunto.

-No, pero siempre puedo colarme- me guiña el ojo y río, acepto y él va detrás de nosotros con su moto sin que mis padres se den cuenta. Durante todo el camino, nadie dice nada y eso es extraño, me esperaba que mis padres no pararan de gritarme.

Llegamos a casa, Milo se queda un poco lejos y Kylee se da cuenta de que es él, me mira asombrada y preguntándome con la mirada. De repente mi madre me coge del hombro y para mi caminata.

-Te vas a arrepentir por lo que has provocado hoy- yo la ignoro y me suelto de su agarre, me acerco a Kylee para contarle el plan.

-Tienes que meter a Milo en casa sin que se enteren, además tienes que avisar a la tía de lo que está pasando, seguramente tenga que venir al juicio. No puedo hacerlo yo porque Paul se ha quedado mi móvil por seguridad, ninguna queremos que mamá me lo quite- la explico.

-Entendido- me dice, me siento como una espía en una misión secreta.

Entramos en casa y mi padre se tira al sofá cansado, Kylee se va en seguida a su habitación.

-Voy a darme un baño- dice mi madre, se encamina hacia su habitación imagino que para coger las cosas necesarias.

Entro en mi habitación y dejo mis cosas, me pongo el pijama y Kylee pasa por delante de mi habitación, que tiene la puerta abierta. Se para unos segundos, tiene el móvil en la mano, me guiña un ojo y asiente para después seguir con su camino. Escucho el agua de la ducha correr, llenando la bañera en la que se va a meter mi madre.

-¡Lana!- me llama desde este, voy tranquilamente y abro la puerta del baño.

-¿Qué?

-No te parece que hay algo raro en el agua, no me quiero meter si hay algo- me dice, me meto en el baño y me acerco a la bañera para mirar a qué se refiere.

-¿Dónde ves tú que hay...?- mi madre me empuja desde atrás y caigo de espaldas en el agua, está helada. Antes de poder reaccionar, mi madre pone sus manos en mi pecho y me hunde bajo esta, apenas me ha dado tiempo a coger aire.

Unexpected ✨ (Milo Manheim y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora