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La próxima vez que Izuku se encontró con Kacchan aún tenía en mente el recuerdo fresco de su primera cita. Estaba emocionado por volverlo a ver, tanto que tan pronto divisó el cabello rubio en punta corrió en su dirección y sin dudarlo un poco lo besó.

La reacción de Katsiki fue totalmente distinta a la que hubiera esperado.

—¡¿Qué te pasa idiota?! —el grito fue brutal, sintió como la mano de Kacchan se colocaba en su pecho para apartarlo con fuerza. Izuku tropezó hacia atrás y estuvo a punto de caer pero fue el mismo Katsuki quien evitó su caída. Miró a su novio con los ojos abiertos sin saber qué pensar, el insulto y el grito no le dolieron tanto como el hecho de que lo había apartado.

Kacchan pareció recapacitar un poco, su rostro pasó de la ira a la comprensión y se volvió a acercar. Izuku aún no estaba seguro de que pensar, inconscientemente se alejó y Kacchan al darse cuenta también decidió retroceder.

—Yo... —comenzó Kacchan antes de detenerse a sí mismo. Parecía querer disculparse por gritarle pero desistió —. Mira, no importa, lo olvidaré. Solo... —suspiró para tomar aire. Izuku no estaba seguro de querer escuchar sus siguientes palabras —. No lo vuelvas a hacer, ¿está claro?

Un ligero cosquilleo se sintió justo debajo de sus párpados, luchó contra su propio cuerpo para no romperse a llorar en ese mismo instante, bajó la mirada para que Kacchan no viera sus ojos vidriosos y asintió. Kacchan suspiró ¿de alivio? y luego miró hacia otra parte.

—Bien. Ahora, parece que en la misión de esta ocasión tendremos que trabajar juntos Deku. Al parecer tenemos que infiltrarnos en las naves de...

Izuku no escuchó bien las siguientes palabras. Su mente simplemente no podía estar en eso, ¿Cómo es que Kacchan podía actuar como si nada hubiera pasado? A su cabeza llegaron los recuerdos de la última conversación que tuvieron. «Quería disculparme por gritarte la última vez que te vi.» «No me molesto, todo lo contrarío en realidad.» «Quería aclarar algunas cosas primero.» Era este momento del que había hablado Kacchan.

Sin embargo la comprensión de eso no lo hizo sentirse mejor, todo lo contrarío. Pasó toda la misión despistado sin saber con exactitud qué es lo que tenía que hacer, estaba seguro de que Kacchan lo notó pero fue comprensivo por la situación.

Al final no supo ni cómo es que lograron escapar, solo necesitó que Kacchan le dijera que la misión estaba completa para que corriera directo a su cabina y huir de ese lugar inmediatamente para ponerse a llorar en su cama. Porque cuando la realidad lo golpeó no pudo evitar sentir como su corazón se desmoronaba como si se convirtiera en polvo.

Una parte de él ya lo sabía, una parte muy pequeña de su conciencia lo sabía y simplemente se negó a aceptarlo, por eso la comprensión llegó a él tan rápido «Nuestras líneas de tiempo van en direcciones opuestas» pensó e inmediatamente el llanto volvió.

No se trataban de dos viajeros del tiempo que simplemente se separaban y se volvían a encontrar en momentos aleatorios, no eran dos personas avanzando cada vez más en su relación. Eran dos viajeros del tiempo que avanzaban en direcciones opuestas, mientras que para uno el tiempo avanzaba para otro retrocedía «Mi futuro es su pasado».

Esa era la explicación a muchas cosas; como es que gradualmente el comportamiento de Kacchan se volvió más brusco y con más insultos, como las muestras de afecto eran cada vez menos. Era la explicación de que en sus últimos encuentros se comportaba de una manera casi tímida.

Él ya lo sabía, ya lo había notado e incluso se había llegado a preocupar pero no quería aceptarlo. Pero ese momento había sido lo suficientemente claro para que lo supiera con certeza.

Y no le dolía que Kacchan lo hubiera apartado, él ya se había disculpado, ya le había dicho que le gustó y que lo que quería era aclarar las cosas antes, ya sabía que Kacchan lo amaba más que nadie en el universo. Lloraba por algo distinto.

Esa no era su primera cita. Había sido la última. La última comida hecha por Kacchan, la última noche durmiendo abrazados, su último te amo. Acababa de tener su último beso con Kacchan, y ni siquiera se había dado cuenta de ello. Dolía, dolia tanto saber que todo de había acabado sin siquiera darse cuenta de ello y dolía saber que las cosas poco a poco irían empeorando.

Lloro un rato más, tanto, hasta quedarse dormido. Una vez despierto las cosas no se sintieron mejor. Ya no siguió llorando, simplemente se levantó con la mirada perdida en el infinito con los mismos pensamientos negativos en mente.

Necesitaba hablar con alguien, pero Kacchan estaba fuera de discusión porque para empezar no tenía idea de cómo encontrarlo. Pero no tenía amigos, Kacchan siempre había sido su único y mejor confidente, la persona a la que le contaba todas sus dudas, sus inseguridades y de quien hablaba durante sus crisis existenciales. Necesitaba hablar con alguien y no tenía idea de con quién.

Pasó varios minutos más divagando tratando de no pensar en nada hasta que algo llegó a su mente. «Katsudon», era ridículo, ni siquiera estaba seguro de poder llamar a esa chica su amiga pero en ese momento era su única opción.

Se dirigió a la zona de control de la TARDIS y fijó su rumbo a la tierra en el siglo veintiuno a aquel restaurante familiar.

Llegó a esa cafetería en plena noche, al parecer la chica estaba cerrando porque no había absolutamente nadie en la tienda. Cruzó por la puerta haciendo sonar una campana y la chica volteó para verlo. Inmediatamente una sonrisa se formo en su rostro.

—¡Izuku! —exclamó alegre al momento en que pasaba —. ¿No está Katsuki contigo? Estoy a punto de cerrar, pero si quieren puedo...

No dejó que la chica terminara de hablar para acercarse a ella, rodearla con sus brazos y ponerse a llorar en su hombro. Era ridículo, lo sabía, ni siquiera sabía si podía considerar a Uraraka como su amiga pero necesitaba a alguien que lo consolara y dentro de todo el universo la persona a la que más conocía era una camarera a la que solo había visto cuando iba a comer a ese pequeño restaurante cosa que era quizá una vez cada trescientos años.

Sorprendentemente la chica fue comprensiva, no dijo nada durante los primeros minutos, lo abrazó y dejó que llorara hasta que finalmente sus lágrimas cesaron y su respiración se nivelo. En ese momento él levantó la cara y ella le sonrió.

—¿Qué ocurre? ¿Te pasó algo? ¿¡Le paso algo a Katsuki!? ¡Ni se te ocurra decirme que terminaron! Ustedes se aman. — Izuku negó todo con la cabeza. Inhalo un poco de aire e intentó hablar pero las palabras le fallaron, repitió el proceso nuevamente pero ocurrió lo mismo —. ¡Tranquilo! —exclamó la chica —. No tienes que decirme nada, solo respira. —Izuku respiró pero decidió que tenía que hablar, había llegado a ese lugar para poder hablar con alguien.

—No terminamos —aclaró. Lo cual era cierto, no habían terminado, aún si sabía que su relación con Kacchan era ahora inexistente eso no era porque hubieran terminado. Katsuki lo amaba, o al menos lo haría, lo sabía, simplemente ya no sería él quien recibiría ese amor, no su yo presente.

—Pero es algo que tiene que ver con Katsuki, ¿cierto? —. Izuku asintió, tomó algo de tiempo para volver a hablar pero Uraraka fue paciente. no sabía que decirle, explicar la situación completa sería muy complicado y probablemente no le creería.

Después de meditarlo un poco únicamente preguntó:

—¿Qué harías si supieras que el tiempo que te queda con la persona que amas está contado?

Uraraka lo miró sorprendida, Izuku no podía saber que es lo que pasó por su mente en esos tres segundos pero después de la sorpresa inicial ella le dedicó una sonrisa y comentó sin dudar:

—Aprovechar hasta el último momento.

✨★✨★✨★✨

Para los que habían notado como es que el comportamiento de Katsuki pasó de ser extremadamente cariñoso a un poco más violento aqui la explicacion.

Perdon por esto. Y perdon tambienpor lo que sigue pero despues de todo es el punto central de esta hitoria, creo que para este punto el problema al que ambos se enfrentan es evidente.

🌠Reb

Líneas De TiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora