Aun si era extremadamente temprano, había suficientes personas en la calle como para que Yugyeom se sintiera incómodo con las miradas. Sabía que su rostro debía lucir horrible. Ni siquiera había querido volver a tocar su cara. Solo sostuvo un pañuelo contra su mejilla y caminó así.
Los callejones húmedos se sintieron fríos esa mañana. Yugyeom avanzó a paso ligeramente apresurado entre los estrechos pasillos hasta llegar a su destino. Cualquier cosa sería mejor que solo deambular por ahí como solía hacer. Además, quería dormir. Necesitaba dormir. Tocó a la puerta con una mano ensangrentada, asegurándose de que sus nudillos no mancharan el indefinido material que Yugyeom aún no discernía si era plástico o metal.
Tuvo que tocar un par de veces más, hasta que la puerta se abrió bruscamente.
-¿Qué mierda quieres? Son las siete de la… Ah, Yugyeom… -Mark lo miró con el ceño fruncido. El mayor lucía obviamente acabado de levantar, su cabello rojo apuntaba en todas direcciones y, en su rostro, la sombra de su barba y su bigote interrumpía la blancura de su piel-. Pues son las siete, Yugyeom. -suavizó un poco su tono-. ¿Qué mierda te pasó? -Concluyó, dándose la vuelta. Dejó la puerta abierta y Yugyeom lo tomó como una invitación, entrando.
-Buenos días, hyung. -saludó, ligeramente incómodo.
-Sí, lo que sea. ¿Qué pasa? -Mark habló desde la cocina. Su casa era lo suficientemente pequeña como para hacerlo sin tener que alzar mucho su voz. Yugyeom dio una ojeada alrededor, buscando donde sentarse. El sofá estaba lleno de ropa sucia, lo cual no era inusual. En una de las butacas descansaba la consola de Mark y los discos de los juegos estaban tirados por doquier. La sala no era la mejor opción, así que solo fue a donde estaba el mayor y tomó asiento en una de las sillas de la mesa del comedor.
-Quería saber si podía pasar el rato aquí.
-Este no es horario para venir a pasar el rato, mocoso. -contestó Mark con voz rasposa a la vez que ponía un poco de café-. ¿Qué te pasó en la cara?
-Me corté.
-¿Haciendo qué? –El mayor se giró a verlo, escéptico.
-No quiero hablar de eso, hyung. –musitó.
Mark no le dijo nada, solo se acercó a él, quitando el pañuelo ensangrentado que Yugyeom sostenía contra su pómulo. Se restregó los ojos para mirar bien, examinando la herida.
-No es tan profunda. –Anunció-. Ahora te la limpio.
-No tienes que…
-Cállate anda. -gruñó el mayor, caminando hacia el baño para volver a los pocos segundos con un kit de primeros auxilios. Tomó algodón y desinfectante para comenzar limpiar la herida, pateando ligeramente una de las piernas de Yugyeom cada vez que este se movía-. No arde tanto, deja de ser marica.
Yugyeom solo bufó, haciendo muecas ante la sensación de ardor que le producía el desinfectante. Al parecer, la herida realmente no era muy seria, pues Mark terminó en un par de minutos, colocándole después un parche encima.
-De todos modos creo que te va a quedar una cicatriz. -Mark botó los algodones ensangrentados después de limpiar también el resto de la cara del menor. Yugyeom solo asintió, agradecido.
-Hyung, yo…
-¿Tú qué? -Mark sirvió café para los dos, sin dejar de lucir malhumorado ni un segundo, aun si acababa de ayudar a Yugyeom de forma suave y, casi, cariñosa.
-Gracias. -musitó el menor, bebiendo el café.
-Debería cobrarte.
-De hecho, quería saber si podía quedarme aquí unas horas. Dormir una siesta. -Yugyeom sonrió inocentemente, apelando al aparente buen humor del mayor.
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❝Canvαs❞ 〈JinGyeom〉✓
FanfictionYugyeom necesita dinero. Tal vez esté tomando malas decisiones, pero ya no le importa lo que tenga que hacer para conseguirlo. Jinyoung necesita pintar. Ya olvidó como se sentía desear plasmar algo en colores, ahora solo siente el amargo sabor de la...