Yugyeom solo había visto a Jaebum una única vez antes de irse. Lo recordaba como a alguien fiero y de mirada fría. Sus ojos, especialmente, eran lo que más claramente tenía en su memoria. Sin embargo, recordaba otras cosas, la mayoría relacionadas con lo que Jackson le había contado. Recordaba la forma en la que el mayor hablaba sobre él y cómo supo, entonces, que una persona capaz de hacer que otra se sienta así no ha de ser tan frío.
Aun si su apariencia decía lo contrario.
Y era ese mismo Jaebum quien lo miraba ahora como si acabara de presenciar un hecho paranormal. El mayor llevaba un café en una de sus manos y un bolso de fotografía colgando de su hombro. La mirada curiosa, el cabello largo, recogido con un descuido que causaba que varios mechones adornaran su rostro, los ojos cansados y los labios aun entreabiertos en obvia interrogación.
—¿Qué… qué haces aquí?
Yugyeom se esperaba, al menos, esa pregunta. Sabía que habría muchas más, de ambas partes, pero, por el momento, solo dejó salir un suspiro.
—Necesitaba ver… necesitaba ver cómo estaba todo… yo…
La expresión de Jaebum se relajó suavemente, tornándose ligeramente acusadora a la vez que se acomodaba el bolso.
—Jinyoung te estuvo esperando, ¿sabes? Nunca le dijiste que te irías.
Yugyeom agachó la mirada. Sí. Sí le había dicho. Esa última noche, envuelto en su piel y en su aroma, en eso que ahora era apenas un recuerdo, sabía que lo había dicho. Sabía que Jinyoung estaba consciente de su partida. ¿Por qué Jaebum no lo sabía? Era difícil decir. Aun así, Yugyeom se sentía apenado. Irse fue necesario, pero eso no lo hacía menos triste.
—¿Quieres…? —La voz dudosa de Jaebum lo hizo levantar la mirada. El mayor lucía un poco incómodo en su presencia, pero, aun así le hablaba con suavidad— ¿Quieres entrar a ver?
Las miradas de ambos se desviaron hacia la galería cerrada. Parecía invitarlos, allí, silenciosa, y Yugyeom sintió como su pecho apretaba al pensar que volvería a entrar a ese lugar.
—¿Puedo?
—Por supuesto. Creo que eres la única persona que realmente merece ver.
Yugyeom contuvo su aliento al ver como Jaebum sacaba las llaves de su bolsillo, abriendo la puerta para darle paso a la galería. La oscuridad del interior le impedía ver gran cosa, pero, incluso así, podía notar que había muchos cambios, demasiados.
Las luces se encendieron de repente y Yugyeom no supo a dónde mirar primero. Recordaba ese lugar algo vacío, solo las paredes y las pinturas, un pequeño mostrador junto a la puerta y la sensación de que había mucho espacio por llenar.
Ahora, en cambio, había columnas diseminadas en el amplio espacio, las cuales servían de apoyo a varios cuadros. Ya no eran solo los de las paredes, algunos incluso colgaban del techo, suspendidos en el aire como si quisieran cruzarse en su camino y ser vistos, admirados.
Sin embargo, estos detalles se veían fácilmente opacados por lo que se encontraba en el centro del local. Yugyeom se descubrió a sí mismo hipnotizado, acercándose lentamente, incrédulo y maravillado. Una pintura enorme, más grande que cualquier otra que hubiera estado nunca expuesta allí, se alzaba justo en el centro. Gruesos hilos metálicos la sostenían de las vigas del techo dejándola allí, justo a la altura de sus ojos, un lienzo de casi dos metros de altura, haciendo a Yugyeom tener que levantar levemente la mirada para verla enteramente.
Era él.
Una enorme pintura donde la figura central era él.
Aun si su rostro estaba algo ladeado, dándole la espalda a quien lo viera, Yugyeom se reconoció a sí mismo en ese perfil anguloso y detallado. Reconoció sus manos, descuidadas y llenas de pequeñas heridas. Su piel, clara, casi brillante en el pincel de Jinyoung, haciéndolo lucir más etéreo de lo que probablemente era. Estaba sentado en un taburete, y Dios, incluso reconocía ese pantalón, tan fiel al original gracias al hiperrealismo que solo Jinyoung podía hacer lucir tan vivo. Pero no era eso lo fascinante de la pintura. No.
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❝Canvαs❞ 〈JinGyeom〉✓
FanficYugyeom necesita dinero. Tal vez esté tomando malas decisiones, pero ya no le importa lo que tenga que hacer para conseguirlo. Jinyoung necesita pintar. Ya olvidó como se sentía desear plasmar algo en colores, ahora solo siente el amargo sabor de la...