15.2

691 145 162
                                    


Las melancólicas notas de un suave soul sonaban en sus audífonos. Jaebum no sabía de quién era esa canción que su reproductor de música había puesto aleatoriamente, pero se ajustaba perfectamente a su estado de ánimo. Sonaba suave y algo triste, haciéndolo sentir ligero mientras caminaba, como si fuera la música quien lo trasportara por las calles mal iluminadas del vecindario.

Su cabello, todavía húmedo, caía sobre su rostro, entorpeciéndole la vista. Aun así, no se molestó en quitarlo, llevaba, en una de sus manos, una bolsa con comida para él y Jinyoung y un six pack de la cerveza más barata que encontró en la tienda de conveniencia en la otra. Mientras la música calaba en sus oídos, los sonidos de la ciudad se ahogaban en las rudas notas del bajo. Era mejor así, no tenía deseos de cruzar su mirada con nadie, solo quería llegar a donde estaba Jinyoung y desahogar esas penas que se anudaban en su garganta.

De hecho, ni siquiera estaba del todo seguro de que fuera buena idea hablar con él, contarle que había vuelto a ver a Jackson, que lo había tenido una vez más entre sus brazos y, también, había recaído en aquello tan complejo que sentía por él. Sabía que quedaría como idiota, que probablemente Jinyoung lo iba a regañar, pero, aun así, tenía la leve esperanza de que lo comprendiera. Ambos, de cierta manera, parecían haber depositado sus sentimientos en las personas menos adecuadas. Era poco sano, poco inteligente, poco sensato, pero aun así, ninguno de los dos lo había podido evitar. Esperaba que Jinyoung entendiera eso y, de alguna manera, esperaba aligerar al peso en su pecho al beber esas cervezas con él.

Necesita dejar de sentir como si sus dedos estuvieran adormecidos luego de tocar a Jackson. Necesitaba dejar de sentir que tenía su piel bajo sus manos, que respiraba y latía contra sus yemas. Necesitaba dejar de oír su voz baja, sus gemidos y sus suaves susurros. Necesitaba quitarse esa bruma de su mente, o de lo contrario, no podría. Realmente no podría aceptar que esa había sido su última vez.

No se percató de dónde estaba hasta que las familiares vitrinas de la galería aparecieron en su campo visual. Había llegado allí casi de forma automática y, a juzgar por las luces apagadas en el interior, Jinyoung estaba todavía arriba, en su estudio, como mismo había estado todas las noches anteriores.

Con un poco de esfuerzo, acomodó todo lo que traía en una de sus manos para rebuscar en sus bolsillos, en pos de la llave del local. Le tomó un par de segundos, pero logró encontrar sus llaves entre el desorden de monedas de diez wons que traía en en ellos  y, aun con cierto esfuerzo, logró abrir la puerta.

Si bien la penumbra del lugar le había impedido notar algo extraño desde afuera, una vez que entró, se percató de que definitivamente había algo mal. Los marcos vacíos lo dejaron en shock por un par de segundos, pero no le tomó mucho tiempo atar los cabos.

Se rió de sí mismo. Solo. Estaba claro que había sido engañado una vez más. De nuevo tomado por idiota. Incluso si se dijo a sí mismo que no debía hacerlo, había creído en la promesa de Jackson, en ese firme juramento que le había hecho de que no volverían a ser molestados. Obviamente, había sido una falsa promesa, una que se sentía tan vacía como esos marcos que adornaban las paredes.

Sacudió su cabeza, resignándose a las consecuencias de sus idioteces, ya sintiendo cómo se revolvería su estómago al tener que contarle eso a Jinyoung.

Sin embargo, un sonido estridente se escuchó por encima de la música de sus audífonos. Los retiró de un tirón, prestando atención para tratar de discernir de qué se trataba. El ruido no se repitió, pero no necesitaba ser muy inteligente para saber que ése había sido un disparo. Sin embargo, no sabía de dónde venía y eso le causó cierto temor.

Tal vez quien quiera que hubiera robado los cuadros aún estaba cerca. Tal vez había algo más. Fuera lo que fuera, él estaba indefenso. Dejó las bolsas cuidadosamente sobre el mostrador y se dirigió al interior de la galería. Ésta lucía vacía y tranquila, realmente no le daba la impresión de que el disparo hubiera sido allí dentro, sin embargo, debía ser precavido. Había una tensión en el aire que no lograba dejarlo tranquilo.

❝Canvαs❞ 〈JinGyeom〉✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora