6.2

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Jinyoung cerró la puerta del estudio al salir. No necesitaba alzar la vista para notar la mirada incómoda de Jaebum. Podía sentir cómo los ojos del mayor lo recorrían, juzgadores y enojados. Sabía que a Jaebum no le había gustado para nada lo que había visto, sin embargo estaba dispuesto a explicar.

-¿Quién es ése, Jinyoung?

Esperaba que esa fuera la primera pregunta, cuando estaba enojado, Jaebum era plasmantemente directo, no dejaba espacios para dubitaciones o ambigüedades, buscaba respuestas, claras y concisas. Ya Jinyoung lo conocía demasiado bien.

-Se llama Yugyeom. –Jinyoung apoyó su espalda sobre la puerta cerrada, su mirada aun un poco baja.

-¿Por qué no me dijiste que estabas viendo a alguien?

-No lo estoy viendo. Bueno, al menos no de la forma en la que tú dices.

-¿En qué forma entonces? Nunca te he visto tener cosas de una noche. ¿Qué estás tratando de hacer con tu vida?

-No es así. Él… Yugyeom es… lo quiero pintar.

-¿Qué? –El mayor avanzó un paso hacia él, exigiendo con su lenguaje corporal que Jinyoung lo mirara, que le dijera lo que le tenía que decir viéndolo a los ojos.

-Quiero pintarlo. Por primera vez en mucho tiempo tengo algo que quiero pintar. Estuve toda la noche haciendo bocetos suyos. Realmente es increíble, pensé que ya no podría sentirme así, que nunca más dibujaría algo… –Jinyoung miró sus propias manos-, pero con él es tan sencillo, simplemente necesito hacerlo.

-Pues desde mi punto de vista parece que hiciste un poco más que solo bocetos esta noche. –El comentario del mayor estaba cargado con reproche. Jinyoung finalmente se atrevió a verlo a los ojos y ciertamente no entendió lo que encontró en ellos. ¿Qué emociones eran esas en el rostro de Jaebum? ¿Por qué tanta tensión cuando se trataba de una noticia buena? ¿Por qué no podría emocionarse, o, al menos, interesarse un poco?

-Eso no viene al caso, Jaebum.

-¿Te gusta ese chico? De hecho… –El mayor sacudió su cabello, ligeramente exaltado-. ¿De dónde demonios salió? Nunca lo había visto. Tú ni siquiera sales. No me digas que lo conociste en línea o algo así.

-Jaebum… te estoy diciendo que puedo pintar de nuevo. Te estoy diciendo que tengo más de una docena de bocetos, que no puedo esperar a crear cuadros y tú estás jodiendo sobre el lugar de donde saqué a Yugyeom. ¿A quién rayos le importa de dónde salió? Eso es irrelevante.

-Podría ser peligroso.

-No soy un niño, Jaebum.

-¿Y si te contagias con alguna enfermedad o algo así? No sabes con quiénes se ha acostado.

-Deja de decir estupideces.

-¿Usaste condón?

-¡Jaebum! No soy tu jodida hija. ¿Por qué mierda le das tanta importancia al hecho de que me haya acostado con él? ¡Eso es mi puñetero asunto, no tuyo!

El pecho del mayor se infló con creciente ira. Algo le decía a Jinyoung que esta vez era distinto, esta vez no era su simple enojo tensional, ni su personalidad fuerte y contrastante. Esta vez Jaebum estaba enojado en serio, y Jinyoung no lograba entender del todo la razón.

-Se supone que no habría secretos entre nosotros.

-Creo que estás organizando mal tus prioridades. Mis pinturas ahora mismo son mucho más importantes que la persona con la que me acuesto.

-Muéstrame.

-¿Qué?

-Muéstrame tus bocetos.

-Son solo bocetos, aun no…

Pero Jaebum no lo escuchó más. Agarró el hombro de Jinyoung y lo empujó, quitándolo de la puerta para abrirse paso en el estudio. Lo primero que vio fue la mirada temerosa de Yugyeom. Sus ojos se cruzaron con los del rubio por un segundo. Lo recorrió con la vista, desde los pantalones que Yugyeom aún no había abrochado, hasta ese cabello desarreglado y esponjoso. Una mueca se dibujó en su rostro a la vez que rompía el contacto visual, sin decir nada, solo destruyendo la tensión del momento con sus pasos fuertes y resueltos. Caminó hasta donde el cuaderno de Jinyoung yacía en el suelo, recogiéndolo.

-Hyung, ¿Qué demonios te pasa? –Jinyoung se acercó a Yugyeom, como si temiera que Jaebum pudiera hacerle algo. Sabía que no lo haría, pero la necesidad de proteger a Yugyeom se le hizo imperiosa.
Jaebum no le contestó, solo hojeó el cuaderno, observando los bocetos. Sus cejas se mantuvieron firmes, no hubo una sola expresión de alabanza o aprobación, aun si el propio Jinyoung estaba orgulloso de esos bocetos. Jaebum parecía implacable.

-Bien. –dijo finalmente-. Si quieres hacer esto entonces está bien. –Cerró el cuaderno, lanzándolo sobre el colchón-. Pero escúchame bien, Park Jinyoung. –Se acercó a los dos menores, su dedo índice apoyándose sobre el pecho de Jinyoung, tan firme y amenazador como todo en él-. Si ese chico te defrauda, si de nuevo caes en tu miseria, esta vez no me quedaré a tu lado. Si te hundes, te voy a dejar ahogarte.

-¿A qué te refieres? –preguntó Park con voz temerosa.

-Si esta vez no logras pintar, se acabó Jinyoung. -Jaebum retrocedió, negando enérgicamente-. Se acabó.



❝Canvαs❞ 〈JinGyeom〉✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora