5.3

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Yugyeom se despertó con cierta urgencia. Sintió que había dormido demasiado. Se supo extraño, vulnerable y la sensación lo hizo incorporarse de un brinco, sentándose sobre el colchón.

Sin siquiera tener tiempo a mirar bien a su alrededor, escuchó un chasquido acompañado de una maldición susurrada por lo bajo. Se giró hacia el lugar de donde provenía el sonido, encontrando a Jinyoung a su lado, sentado sobre el colchón, su espalda desnuda apoyada contra la pared, un bloc de dibujo sobre sus muslos y un lápiz entre sus manos. Lo miraba de vuelta con el ceño fruncido, sus labios apretados en un puchero que le quitaba cualquier poder de intimidación a su expresión.

-Jinyoung…

-¿Por qué te moviste? -Se quejó el mayor, agarrando el bloc para pasar la hoja-. Quédate así ahora, no te muevas mucho. Será rápido.

-Espera... -Jinyoung sujetó su mano, deteniéndolo antes de que volviera a apoyar el lápiz sobre el papel-. Yo… ¿Qué hora es?

Jinyoung se encogió de hombros.

-No sé… ¿Alrededor de las siete?

El menor dejó salir un suspiro de cansancio, aun algo somnoliento y agotado.

-Creo que debería irme. -dijo, haciendo ademán de levantarse, notando que lo único que lo cubría era aquella tela de terciopelo rojo.

-Espera… -Jinyoung lo detuvo, agarrando su brazo-. Aun no... quiero… déjame pintarte un poco más.

Yugyeom frunció el ceño. Algo le decía que durante el día el hechizo no funcionaba. Como si él volviera a ser un ladrón y Jinyoung el dueño de la galería. Algo le decía que tenía que actuar como si la magia nunca hubiera pasado. Pero era imposible hacerlo si Jinyoung lo miraba de la misma manera. Como si la luz del sol y la de la luna fueran lo mismo para él. El día y la noche entrañando la misma magia, la misma realidad.

-No creo que…

-Por favor. -Jinyoung solo pronunció esas dos palabras, no dio una sola razón más, no trató de usar nada para convencerlo. Solo lo pidió de favor, aun sujetando su brazo. Temeroso.

Yugyeom lo dudó, miró a su alrededor, pensativo. Tenía que volver a su casa, lidiar con su padre, ver a Youngjae, tratar de que no le metiera una bala en el trasero. Tenía que vivir su vida.

O tal vez no.

Su vida era una mierda después de todo.

-¿En serio está bien si me quedo?

Jinyoung asintió, luciendo esperanzado.

-Entonces voy a dormir un poco más… -dijo, dejándose caer de vuelta sobre el colchón-.Estoy un poco cansado.

-Duerme cuanto quieras… cuando despiertes seguiré aquí. –Jinyoung le sonrió, aun si Yugyeom ya había cerrado sus ojos, solo llevó el lápiz nuevamente hacia el papel,
comenzando su decimotercer dibujo.

❝Canvαs❞ 〈JinGyeom〉✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora