✼𝓔𝓵 𝓟𝓻𝓮𝓹𝓪𝓰𝓸✼ Kookmin

《18》

Un mes ha pasado desde que salí huyendo de la mansión de Jungkook. No ha sido fácil sobrellevar las cosas, cada vez que él me busca yo termino huyendo.

Me muero por verlo, pero cada vez que lo pienso sé cómo acabará todo. Necesito que me diga la verdad, toda su verdad, ahora que mi mamá se encuentra en su tratamiento junto a la tía Sunny, yo estoy solo en casa con horribles náuseas y mareos. El Doctor Lee dijo que es normal por el tratamiento, pero es que la estoy pasando muy mal, no recuerdo que mamá sufriera tanto con esto.

De nuevo estoy aquí tirado en el suelo junto a la puerta y Jungkook detrás de esta pidiendo que le abra, no sé qué hacer.

Unos minutos después dejo de escucharlo y pienso en que se ha dado por vencido, se me remuerde el corazón al no abrirle, quisiera verlo, abrazarlo porque lo necesito, pero mi orgullo es más fuerte. De repente escucho ruidos, ahora es su voz y la de la señora Yung, no entiendo lo que dicen, pero en menos de un minuto Jungkook vuelve a acercarse a la puerta, ahora metiendo una llave en la cerradura, me paro rápidamente.

Esa señora Yung, arpía hija de la... le ha dado la llave o mejor dicho sé la ha vendido, eso es lo más seguro.

Jungkook me mira en cuanto abre, tiene los ojos cristalinos, ojeras debajo de estos, la barba crecida y el cabello desordenado, se ve fatal.

—Jimin por favor... hablemos.

No puedo decir nada, me duele verlo así, me mata más que nada saber que sufre igual que yo, corro a abrazarlo y él me corresponde gustoso. Me besa la cabeza repetidas veces, respirando en mi cabello y yo siento tanta paz.

—Joder Jimin, dijiste que jamás me dejarías. —Su voz suena dolida cuando acuna mi rostro entre sus manos.

—Lo siento. —Sollozo—. No quise, solo...

—Shshsh... ya estás conmigo de nuevo, es lo que importa —dice y entonces regreso a la realidad.

—¿Jungkook?

—¿Si lindo?

Mi voz suena indecisa. Tengo miedo a su reacción.

—Tenemos que hablar—. Se tensa mientras su agarre va perdiendo fuerza.

—Sí, y está vez te juro que te diré todo. —Me mira decidido y la expectativa se presenta. ¿Me dirá todo?

Nos sentamos en el sofá sin soltarnos las manos, está nervioso lo siento.

—¿Estás listo? —Pregunta con cautela.

—Como nunca antes. —Sonrió para transmitirle seguridad.

—Esto es realmente difícil para mí, solo espero que no te alejes de nuevo, es lo único que he pedido a cambio desde que te dije que te amo...

—No lo haré, te lo prometo. —Sonríe indeciso. Y tomo fuertemente sus manos para serle saber que estoy siendo completamente honesto.

Empezaré desde el principio. —Traga grueso—. Desde que tengo uso de razón, mis padres y los señores Lee fueron amigos, ya sabes, amistades de negocios. Jin y yo crecimos junto a Rosé y Taemin, los cuatro como hermanos, desde muy pequeños ya sabíamos lo que pasaría, nos comprometeríamos cuando creciéramos, fue una forma de unir más a las familias. Hace 17 años me casé con Rosé, aunque jamás nos viéramos como verdaderos esposos, nos llevamos muy bien, amigos incondicionales, con el tiempo lo inevitable paso. —Se rasca la nunca—. La noche que la pasamos juntos estábamos demasiado borrachos para recordarla, con rezos mi mamá le suplicaba a Dios que le diéramos un nieto y así es como Rosé quedó embarazada. Decidimos darnos una oportunidad por el hijo que esperábamos y todo parecía ir bien, al menos en la convivencia, y al final Yugyeom nacido.