Capítulo 4
Los días, mese, años habían pasado como una tortura para Alex, pero aun así debía enfrentar la realidad que lo torturaba día tras día de una vez por todas como Danis le había sugerido.
Ya no ganaba nada con seguir sumergido solo en el dolor de la pérdida de la mitad de su corazón mientras sus hijos estaban sufriendo su ausencia y su desamor al no querer afrontar que el amor de su vida nunca más volverá a estar a su lado por más que quiera.
Sus hijos merecían ser feliz porque el ya no lo sería nunca más, por lo menos no completamente.
Mi felicidad había muerto junto con ella aquel día del que no quiero ni siquiera acordarme, pero mis hijos no merecen sufrir a mi lado ahora es tiempo de recompensarlos por todo este tiempo que ellos han sufrido por mi causa ellos merecen ser felices.
Alex toma el teléfono en sus manos para empezar la entrevista.
Tuve que cederle mi secretaria a Danis ya que últimamente no le paraba una secretaria después de lo acontecido con Samanta, puesto que ninguna soportaba su mal humor a excepción de Abby que parecía entenderle y llevarse bien con él.
-Andrea por favor empecemos las entrevistas para la persona que será mi secretaria lo antes posible...
-Señor disculpe, pero aquí está la señora Sarad.
Él se sorprendió, que buscaba Sarad en la empresa a esta hora de la mañana.
¿Quizás a la pequeña Isa le había pasado algo? O quizás simplemente solo viene a buscar más dinero.
-Hágala pasar por favor Andrea.
-Sí señor.
La rubia entra feliz a la oficina. Toma asiento en la silla frente al escritorio y posicionándose frente a frente a este.
Este la observa detenidamente mientras esta deja su bolso en su escritorio.
-A que debemos tu visita Sarah. ¿Mi hija está bien?
Interroga preocupado, Sarah no era una buena madre para su hija, pero ningún juez le quitaría su hija su madre si no es que ésta corriera peligro al lado de su madre y esta se cuidaba mucho para no dar lugar a ninguna mala interpretación.
Tenía las manos atadas con esa loca desquiciada que además se había asegurado que no pudiera hacer nada para quitarle a mi hija alegando que tengo antecedentes peligrosos y que además estuve recluido en sanatorio para enfermos mentales
-No puedo visitar a padre de mi hija, pero no te preocupes nuestra hija está bien.
Saber que su hija estaba bien lo dejaba más tranquilo no confiaba en ella.
-Déjate de rodeos y dime a qué has venido entonces para que te marches lo más pronto posible de mi presencia.
-No debes tratar así a la madre de tu hija.
Sarah disfrutaba verlo sufrir.
Se lo tenía bien merecido cada lágrima y todo el dolor que sentía por la estúpida esa. El día más feliz de mi vida fue cuando me dieron la noticia que ella estaba muerta.
En ese instante me sentí redimida por cada una de las humillaciones de ella y porque el elegido a antes que a mí.
Aún recuerdo el día que vino a mi apartamento amenazarme porque amenacé a su querida esposa y a su hijo.
Él estaba estérico más bien furioso y me amenazó con dejarme en la calle si me atrevía a acercarme a su amada de nuevo. Que lastima que no le sirvió de nada...
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Soy tú tormento, Alex
Romance¿¡Que pasa cuando te conviertes en tú propio verdugo y a causa de eso lo pierdes todo!? Dicen que la vida se encarga de devolverte todo bueno o malo que hiciste en tú vida, así como te cobrar todo lo malo que has hecho con creces, atormentándote co...