Cap 28 soy su legítima esposa

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Después que Alex recato a Mile la llevó al hospital más cercano que había en aquel pueblo de Elías piña, puesto que no reaccionaba y no dejaba de delirar cosas incoherentes por causa de la fiebre, diciendo que se cuidara de Albín que lo quería matar; este se quedó toda la noche cuidándola en el hospital hasta que llegó el momento de marcharse.

Cosas que tuvo que hacer en contra de su voluntad ya que queria estar ahi cuando abriera los ojos.

—¿Seguro que tienes que irte? —cuestiona Danis— aun estas a tiempo de CANCELAR esa boda que es una locura— intenta por enésima vez convencerlo para que no se casará.

Danis se encontraba entre la espada y la pared. Por un lado, estaba su mejor amigo al que nunca le había ocultado nada y menos algo tan importante para él y por el otro estaba Abby, a la cual le había mucho daño cuando no se lo merecía y aun lo continuaba haciendo al negarse en darle el divorcio, quizás ella lo hacía para rehacer su vida junto a aquel sujeto, pero no podía dárselo. De solo pensarlos juntos le daba de todo.

Pero no podía seguir haciéndole daño de eso estaba seguro. Y aunque Alex lo sacrificaría cuando se entere que él también lo sabía, no tenía de otra. No podía fallarle a Abby otra vez y se arriesgaría a que su amigo lo odie para resarcir un poco el daño que le ha causado todo este tiempo.

—No tengo otra opción-dice con simpleza Alex mientras mira a Mile dormir plácidamente ya que esta aún no había despertado después de haberle dicho aquello que lo tenía tan confundido.

—Por lo menos espera a que Mil.... –se detuvo de golpe Danis, porque sabía que inocentemente le revelaría que era Mile quien estaba acostada en aquella cama. Alex se quedó mirándolo extrañado. Algo extraño estaba pasando con su amigo- Milagros despierte- pudo decir finalmente.

—Ella tiene a su familia aquí, además, a mí no me corresponde estar aquí si no a su marido— si el supiera que su esposo es el ¿qué haría? -se preguntó Danis.

—Me voy contigo entonces.

—No, debes quedarte aquí, así me quedaré más tranquilo. Además, tu esposa te necesita.

—Más bien me quiere bien lejos de ella.

—¿Porque lo dices? - pregunta extrañado otra vez.

—Abby quiere el divorcio.

—¿Qué le hiciste ahora? — exige saber Alex.

—No poder amarla, eso hice.

—Si no la puedes amar déjala libre para que pueda encontrar a alguien que verdaderamente valore sus sentimientos, pero, sobre todo, que corresponda a su amor. Tu sabes muy bien lo que se siente amar y no correspondido. No la hagas sufrir innecesariamente. Pero si crees que existe una posibilidad en tu puedas corresponder a su amor no la dejes ir para que después no te arrepientas de haberla dejado ir.

Con estas palabras vio a su amigo ponerse de pie y marcharse. sabía que su amigo tenía razón más, no podía hacer nada, no quería que se fuera de su lado, pero tampoco estaba seguro de poder enamorarse de ella más su madre le había tomado mucho afecto y no quería romperle el corazón— se dijo a sí mismo como excusa.

Al ver a su amigo alejarse se sintió como un traidor nuevamente por no revelar lo que sabía.

En dado caso ahora no podía hacer nada, le había prometido a su esposa que no lo revelaría, ahora la única que podía impedir toda aquella locura era Mileidy, solo le pedía a Dios que ella despierte rápido antes de que sea demasiado tarde.

No mucho tiempo después apareció Martha y pitó el grito en el cielo al enterarse que Alex se casaría con aquella arpía sin saber la verdad.

—Danis, ¿cómo demonios lo dejaste ir? — le reclama la pelinegra a su amigo enojada- él no puede casarse con ella el ya est... — calla de golpe ya que revelaría la verdadera identidad de Mileidy sin saber que Danis se encontraba al tanto de todo.

Soy tú tormento, AlexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora