Noticia Inesperada

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capítulo 11

En toda la noche no pude dejar de pensar en ella ni en aquel magnífico beso que nos dimos tan especial, tan lleno de pasión.

Una pasión que aun siento en mis labios con ese sabor a miel que aún se encuentra papables de en los míos y eso de alguna manera me asusta.

Me asusta la manera en la que sea a colado en mi vida. Como pierdo el control cuando estoy a su lado.

Sé que no le soy indiferente por la forma en que su cuerpo reaccionó ante mí tato.

Sentí su cuerpo templo junto al mí.

Doy vueltas en mi cuarto mientras me pongo la camisa de seda.

No he podido sacarla de mi mente ni un segundo por más que lo intento y eso me está volviendo loco no puedo sentir ninguna clase de sentimientos hacia ella

Pero cuando el reflejo de sus besos se cuela en mi memoria mi mente se pone borrosa y solo puedo verla a ella y sus labios son tan dulces y suaves que desearía devorarlo por completo todo el tiempo y aunque sé que es una locura.

Si estoy loco, no me encuentro en mis cabales. Lo mejor será no ir a la oficina hoy he ir con mi terapeuta debo de estar confundiendo la realidad nuevamente.

-Buenos días doc. Toné.

-Buenos días Alex. Dime el porque me ha pedido una cita conmigo urgencia.

- Creo que he tenido una recaída.

-Cálmese primero y luego cuénteme todo lo que pasó. – dice su terapeuta toma asiento en su sillón frente al sofá de cuero blanco y lo invita hacer lo mismo.

Alex toma asiento en el sillón de cuero blando que siempre se tumba cuando viene todos los viernes a la consulta para hablar con su psicólogo doctor Toné.

Este se tumbó en el diván y empiezo a relatar todo lo acontecido al pie de la letra si omitir ni una comilla.

-Reconozco que nunca debí dejarme llevar por el deseo mucho menos probar sus labios ni devorarlo en la forma en que lo hice porque esa fue mi perdición. Fue como si con ese beso se habría adueñado de mí alma y mi mente por completo.

Dos días más tarde.

-Alex - dice la castaña inmediatamente lo ve entrar.

Estaba preocupada. La forma en la que desapareció después de aquel beso no le gustaba nada porque sentía que perdía terreno.

-Milagros. - responde con añoranza. - podemos hablar.

-Si -responde despreocupada.

Los dos fueron dirección a la oficina.

-si quiere hablar de lo que paso entre nosotros aquel anoche quiero que sepa...

-sssssh - la silencio con sus dedos - calla.

-Pero es que...

-Sé que aún estás desconcertada por lo que hice esa anoche y aunque no tengo justificación quiero decirte que no me arrepiento de nada.

-Me estás hablando enserio. - finge emoción en sus palabras.

-Sí, no me arrepiento de haberte besado. También estoy consciente que fue un atrevimiento de mi parte, pero de todos modos no me arrepiento.

-Yo tampoco. - confiesa y él pone cara de felicidad al escucharla, pero también de preocupación. Por más que quisiera no podía estar con ella - Debo confesar que me sentí muy a gusto entre tus brazos, pero también estoy consciente que es una locura tú aun estás de luto por lo de mi hermana y no sé si vas a querer darte una oportunidad a mi lado.

Soy tú tormento, AlexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora