09

1K 109 76
                                    

Lolito

Todo era muy confuso , no sabía como preparar una buena ocasión para confesar mis sentimientos a mangel. Había esperado mucho y por eso ocurrió el beso.

Pero verle o pensar en la sola idea de confesarme a él me ponía nervioso, tanto que no podía estar mucho tiempo en la misma habitación que él, por miedo a que notase lo mucho que me gustaba.

Estos días por fin me di cuenta de lo que debía hacer , quería ser yo quien se confesara, y si me rechaza, aún así lo seguiría intentando. Al menos así sabría mis intenciones con él, por que lo menos que quería, era engañar a mi niña.

Quería revelarle todo de mí, quería contarle los asesinatos , quería ser sincero con quien amaba. O alguien más podría quitármelo.

Aquella tarde se hizo noche, y Mangel tardaba en volver. Pensé que se había ido con rubius y veguetta a caminar , pero ya en la noche era peligroso y me prometió volver a casa.

Los monstruos podrían atacarle, como me atacaron a mí aquella noche. Y sabía muy bien que Mangel no era de los más fuertes de karmaland.

Con este lío en la cabeza salí a buscarlo, la noche pasó a ser lluviosa , y recorrí cada calle y lugar que conocí.

Pero no estaba ¿Y si se fue a casa de alguien? ¿De rubius? Aquello me enfurecía pensarlo, pero eso sería más seguro que estar solo en la calle. Resignado quedé dando vueltas por las calles hasta que me crucé con veguetta.

—¿Lolito? ¿Que haces aquí? Pensé que estabas en tu casa hace ya mucho rato

—Sí.. Bueno, estoy buscando a Mangel ¿No lo has visto? Aún no volvió a casa

—Mh.. En realidad no lo he visto, lo siento. —Me contestó, estaba por irse cuando le pregunté algo más.

—¿Y rubius? ¿Sabes donde esta?

Si Mangel no estaba, seguramente estaba con ese idiota. Vi como veguetta parecía apenarse al preguntar por él.

—Nolose, estuvimos.. hablando un rato juntos y luego se fue por aquel camino. No se a donde querría ir. —Contestó señalando el bosque donde me encontró mangel cuando nos conocimos.

Antes de que este pudiese despedirse, salí corriendo hacia allí. Gritando un gracias , sin voltear. Si bien sabia, ahí había una cabaña , quizá se fue allí a refugiarse de la lluvia o algo.

El lugar era repleto de árboles , no sabia ni donde estaba la cabaña y lo único que traía era unas espadas, que aunque  solo eran dos, estaban muy afiladas.

Tuve que enfrentarme a varias criaturas esa noche, al menos me entrenaba cada día y no estaba herido ni cansado como aquella otra noche.

Así que me sorprendió lo fácil que resultó librarme de ellos.

Continúe caminando, mi ropa estaba muy húmeda y empezaba a pensar que mi niña no estaría aquí. Iba de regreso, tratando de guiarme por las luces y pude distinguir una delgada figura sentada debajo de un árbol , al lado de este, unas arañas que por algún motivo no se acercaban a él.

Era Mangel, con una mirada pérdida y vacía en sus ojos. No se percató de mi presencia hasta que toque su hombro. Sus ojos estaban rojos , estaba completamente mojado al igual que yo , y al verme, rápidamente me abrazó.

Sus manos apretaban muy fuerte mi espalda, y mi presencia alertó a aquellas arañas que ahora se pusieron agresivas. No entendía que hacía él ahí, así que lo subí en mi espalda y lo cargué.

Mientras que corría , tratando de esquivar a cualquier criatura que se interponía.

Escuché que Mangel sollozaba, pero no parecía tener heridas, tan solo lloraba en mi espalda.

Mangelito ; Anhelando El AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora