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Lolito

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Lolito

Luego de haber matado con la ayuda del rubio a una gran cantidad de personas, el resto de encapuchados se separaron y huyeron al oír sonar un silbido.

Como si fuesen unos jodidos perros.

Parecía que la situación se hubiese calmado y por fin, solucionado. No teniamos que enfrentarnos a más sujetos.. Pero algo en mí no estaba satisfecho con esa idea.

Quería asesinar a más personas, quería cortar sus piernas y evitar que huyesen. Pero ni siquiera con ayuda de rubius podiamos frenar a tantos. Este decidió que debiamos separarnos para buscar a los demás por si estaban heridos o incluso muertos.

Pero mi emoción estaba en un gran punto , me sentía.. Vivo. Observando las gotas de sangre caer de mis espada de aquellos a quienes logré matar.

Ni siquiera sentía el dolor en mi cuerpo por todo el daño que también recibí, necesitaba esto, se sentía realmente satisfactorio.

Sin pensar bien, comencé a reír al pisar a uno de los cuerpos , hasta que la voz del de gorra de oso me hizo reaccionar.

—¿Que tiene de gracioso esta situación? — Me preguntó con enfado y cansancio.

Mis ojos pasaron de observar el cadáver , a observarle a él, sin expresión alguna. Por un segundo noté que dio un brinco al verme.

Una idea me paso por la cabeza , ese sujeto era el estorbo entre mi niña y yo. Si él no existiese , Mangel no tendría excusa alguna para distanciarse de mí.

Podía deshacerme de él en este instante, y decir que lo mató alguno de nuestros enemigos.
Está cansado , esta vulnerable y estamos solos.

«Hazlo.»

La voz se repetía en mi cabeza , ni siquiera sabía si era parte de algún recuerdo o solo estaba volviendome un enfermo y mi mente me atormentaba.

Mis pasos fueron hacia él, mientras arrastraba la espada en la nieve. Dejando una pequeña linea tras esta.

Lo haría , ni siquiera le daré tiempo a reaccionar.

Él me observaba acercarme sin decir palabra alguna, y como si de una alerta se tratase. Levantó su espada , dando un paso atrás.

Se notaba el cansacio y heridas que tenía en la pesadez de sus movimientos, la única diferencia entre ambos era que a él si parecía dolerle y preocuparse.

Una brisa completamente helada se sintió, moviendo el cabello de ambos.

Y dando inicio , empuñé mi espada hacia él. El cual con gran esfuerzo se defendió con la suya. Quedando el acero , uno contra el otro.

Oí como me maldijo en cuanto ataque , a lo cual solo sonreí

Empujé mi sable y lo hice retroceder aún más , sus manos parecían sangrar. Podía cortarle de un solo movimiento ahora mismo.

Mangelito ; Anhelando El AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora